El empresario que vincula a Cerdán, Ábalos y Koldo niega el pago de mordidas por obra pública
Antxon Alonso, administrador de Servinabar, y Fernando Merino, exdelegado de Acciona, sortean la prisión después de que el juez haya acordado retirada del pasaporte, prohibición de salida del país y comparecencias quincenales
El magistrado del Tribunal Supremo que instruye el 'caso Cerdán', Leopoldo Puente, ha tomado declaración este lunes a dos de los empresarios de la construcción ... investigados por el presunto pago de mordidas para la adjudicación de obra pública en el Ministerio de Transportes. Unos hechos que habrían tenido lugar bajo la etapa de José Luis Ábalos al frente del departamento, entre 2018 y 2021, y por los que está en prisión provisional sin fianza desde hace una semana Santos Cerdán, quien fuera secretario de Organización del PSOE hasta su dimisión tras el informe incriminatorio de la Guardia Civil conocido el pasado 12 de junio.
Por el alto tribunal desfilaron este lunes Fernando Merino, exdelegado de Acciona Construcción en País Vasco y Navarra, y Antxon Alonso, administrador único de Servinabar, la pequeña empresa navarra que está en el centro de la investigación porque vincula a los tres principales investigados: el propio Cerdán, el exministro Ábalos y el entonces asesor de éste, Koldo García. Con el añadido político, no menor, de que el ex número tres del PSOE señaló ante el instructor que había recurrido a Alonso para que le hiciera de enlace con el PNV y Bildu, convertidos en sostén indispensable del Gobierno de Pedro Sánchez. Los peneuvistas niegan esa mediación.
Según fuentes jurídicas presentes en las declaraciones, tanto Alonso como Merino han negado el pago de mordidas por la adjudicación de obra pública. El primero solo ha contestado a su abogado, mientras que el exdelegado de Acciona despedido en abril de 2021 por «pérdida de confianza» ha respondido al juez, al fiscal y a su defensa. La Fiscalía Anticorrupción no ha pedido prisión provisional para ninguno de los dos, en cambio ha reclamado al juez, y éste lo ha aceptado, la retirada del pasaporte, prohibición de salida del territorio nacional y comparecencias quincenales ante el juzgado más próximo a su domicilio.
Antxon Alonso ha explicado su relación con Cerdán y ha sostenido, como ya hizo éste el pasado lunes, que en junio de 2016 firmaron una escritura privada para que el exdirigente socialista adquiriera el 45% de las participaciones sociales de la mercantil, pero ha añadido que el documento nunca fue elevado a público e, incluso, que fue revocado pocos días después. El juez Puente considera este papel hallado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en el registro de la vivienda de Alonso como un indicio clave de la causa.
Servinabar, que comenzó siendo una consultora para saltar después a la construcción, recibió media docena de contratos del Gobierno Foral de Navarra entre 2017 y 2023, valorados en unos 86 millones de euros. Los consiguió yendo de la mano con el gigante Acciona a través de una Unión Temporal de Empresas (UTE).
Alonso, alias 'el guipuchi', está citado junto a Fernando Merino, exdirectivo de Acciona en el País Vasco y Navarra
En el caso de Ábalos, el vínculo con esta sociedad se debe a un pago de 4.500 euros realizado en julio de 2018 a una ONG vinculada al exministro, la Fundación Fiadelso, en concepto de «donativo». La UCO sospecha que ese abono es, en realidad, un pago recurrente, según se desprende de las grabaciones intervenidas a Koldo García en su casa. El asunto es que el exasesor del ministro, una vez tuvo constancia por medio de Cerdán de que la cantidad había sido satisfecha por la empresa, manifestó a una hija de Ábalos que ese retraso no se volvería a producir. En su comparecencia, Alonso ha reconocido este lunes que sí hizo un donativo a Fiadelso, como a otras organizaciones similares, pero para desgravar ante Hacienda.
La conexión navarra
Finalmente, el nexo de Servinabar con Koldo es más antiguo. Su administrador Alonso fundó en junio de 2015 junto a García una sociedad denominada Noran Sociedad Cooperativa Pequeña, cuyo objeto social era la «gestión y administración de la propiedad inmobiliaria». La Guardia Civil señala al exasesor de Ábalos como «titular real» de una cuenta bancaria de esta cooperativa entre 2015 y 2020, en la que Alonso aparece como apoderado.
Pero la conexión entre ambos no se limita a la sociedad inmobiliaria. Uno de los informes policiales menciona que desde una cuenta de Servinabar se transfirieron 3.000 euros entre 2017 y 2018 a una cuenta a nombre de Koldo y su entonces pareja, Patricia Uriz, sin que se haya especificado en qué concepto se realizó el pago.
Y en esta conexión navarra es donde la hipótesis incriminatoria del juez Puente y del fiscal jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón -avalando por completo el relato de la UCO-, sitúa el origen de la presunta trama de mordidas a cambio de contratos públicos. Un mecanismo nacido al menos en 2015 que luego dio el salto al Ministerio de Transportes tras el nombramiento de Ábalos en 2018. Cerdán habría colocado en el departamento gubernamental a Koldo para ejercer influencia sobre el entonces ministro y actual diputado del Grupo Mixto.
Núcleo fundacional
Que el guipuzcoano Alonso -así lo identifica García en las conversaciones grabadas incluidas en el informe de la UCO, pero con diminutivos familiares como el citado 'guipuchi' o 'guipu'- estuvo en el núcleo fundacional del esquema navarro lo prueba el hecho de que Noran Coop se constituyó en junio de 2015, Servinabar tres meses después y la UTE que esta última formó con Acciona, en noviembre de ese mismo año. En diciembre, Acciona y Servinabar ya fueron contratados por Geoalcali, la filial española de la multinacional australiana Highfield, para construir una mina de potasa entre Navarra y Aragón.
Los investigadores han encontrado un correo electrónico de septiembre de 2015 en el que el investigado Fernando Merino, siendo directivo de Acciona, le pregunta a Koldo por los pliegos del contrato con Geoalcali. El mensaje lleva en copia a Antxon Alonso. Es decir, hacia finales de 2015 ya estaba operativo el motor con sus cuatro pistones: Koldo, Antxon y Santos, de un lado, y Merino de otro, siempre según el relato de la UCO.
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