Juan Mari Atutxa advierte de que «faltan algunos pasos para que desaparezca el destello del odio de algunas miradas»
El Memorial de Víctimas de Vitoria acoge un emotivo homenaje de la asociación de ertzainas Mila Esker a quien fuera consejero de Interior y objetivo prioritario de ETA entre 1991 y 1998
Iñigo Fernández de Lucio
Sábado, 16 de noviembre 2024, 14:50
«Hoy estamos en el camino a la paz, pero nos faltan algunos pasos para que desaparezcan el destello del odio de algunas miradas, la ... desfachatez de algunos homenajes y el dogmatismo y la intolerancia de algunos discursos. Signos que delatan a quienes ejercieron, impulsaron, disculparon o colaboraron con la violencia y el terror. Las falsedades con que se justificaron los crímenes más repugnantes son aún hoy para algunos una realidad alternativa, la que les ayuda a soportar la terrible imagen que les devuelve el espejo».
Estas palabras las ha pronunciado este sábado el exconsejero de Interior y expresidente del Parlamento vasco Juan Mari Atutxa. El exdirigente jeltzale ha recibido en el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo un emotivo homenaje de la asociación de ertzainas Mila Esker por su trayectoria en defensa de la democracia y en su lucha contra el terrorismo.
Atutxa lideró la Ertzaintza entre 1991 y 1998, motivo por el cual se convirtió en objetivo prioritario de ETA. Eran los años en los que la izquierda abertzale alentó la kale borroka y la «socialización del sufrimiento» como parte de su estrategia de terror. Atutxa sobrevivió a diez atentados, uno de ellos en la boda de uno de sus hijos, y llevó escolta «26 años y 115 días», hasta mucho después de abandonar la primera línea de la política.
Durante su intervención, Atutxa ha recordado la memoria de los quince ertzainas asesinados «vilmente» por ETA, así como la del resto de personas que «vistiendo otros uniformes, al amparo de la ley y respetando los derechos fundamentales» perecieron a manos de la banda, así como «todas las víctimas del terrorismo». Son «el testimonio», ha dicho, «de una dolorosa verdad: que ETA solamente puede acreditar dolor y destrucción en sus cinco décadas de siniestra trayectoria». «ETA intentó acabar con la democracia, limitó nuestro progreso y perjudicó legítimas aspiraciones políticas. Ningún proyecto puede reivindicarse vulnerando el derecho a la vida».
El exconsejero ha dado las gracias a muchas personas. A quienes pelean por mantener viva la memoria de las víctimas. A quienes a diario se enfundan el uniforme y sienten «la soledad cuando nadie puede decidir» por ellos. «Gracias por asumir ese peso», ha afirmado quien se considera «un ertzaina». Y también ha expresado su profundo agradecimiento por su familia y su esposa, Begoña Zalduegi, fallecida el pasado año y que «nunca» le pidió que cesara en sus responsabilidades pese al alto precio pagado. «Tu cariño no me dejó nunca solo, ni en aquellos momentos duros ni ahora. Gracias por pagar un elevado precio sin expresar nunca ninguna queja», ha afirmado, visiblemente emocionado.
«Remozado cartel»
Ha sido un ejercicio de memoria de alguien que ha afirmado en más de una ocasión que en su interior «no ha germinado la semilla del odio». Pero que «no olvida nada». Y precisamente por eso ha lanzado un mensaje a una izquierda abertzale renovada en sus formas y objetivos. «La durísima lista de vidas truncadas, las familias rotas de sufrimiento absurdo. Cuanto antes asuman que lo que hicieron fue moralmente inaceptable, humanamente insufrible y políticamente estéril, más cerca estaremos de las condiciones que necesitamos para vivir definitivamente en paz», ha señalado.
«Mientras no lo hagan, no podremos dar credibilidad a su remozado cartel. Lo mejor que podemos decir hoy de ellos es que sus actuales estrategias constituyen una contundente enmienda a la totalidad de todo su pasado. Y que parecen decididas a incorporarse a la democracia y la modernidad aunque sea con medio siglo de retraso».
Previamente, el director del memorial, Florencio Domínguez ha reivindicado la «transparencia y credibilidad» del exconsejero, así como su «defensa a ultranza» de la Ertzaintza frente a la «campaña de deslegitimación» de la banda terrorista y su brazo político, «que justificaba los atentados». Por su parte, Julio Rivero, presidente de la asociación Mila Esker, ha destacado que representa «una parte importante de la historia de este país» y ha reivindicado su compromiso «frente a la lacra del terrorismo».
Al acto han acudido Vicki Landa y Josu Bujanda, directora y jefe de la Ertzaintza; Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao y ex director de los Servicios Generales de Interior en la etapa de Atutxa; José Manuel Martiarena, que fue el 'numero dos' del exconsejero durante aquellos difíciles años; y un largo etcétera de invitados, entre los que se encontraban también familiares y allegados de Atutxa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión