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La Diputación de Gipuzkoa afronta el reto de sacar adelante la reforma fiscal y vuelve a necesitar un socio en la oposición que le garantice ... la mayoría. Quien ya ha mostrado sus intenciones es el PP, quien asegura que se abre a respaldar el proyecto. Ante esto, el primer teniente de diputada general, el socialista José Ignacio Asensio, les manda un mensaje: «ellos verán lo que hacen, pero no vamos a retroceder en los avances de progresividad fiscal que hemos logrado». Aunque tampoco les cierra las puertas: «Al territorio le hacen falta acuerdos entre diferentes. Hemos sufrido muchísimo como para que ahora tengamos que excluir a nadie».
– ¿Está satisfecho con el proyecto de reforma fiscal que su partido ha presentado junto al PNV?
– Sí. La reforma fiscal que planteamos respeta el acuerdo que tenemos con el PNV y pretendemos que los impuestos directos sean mucho más progresivos de lo que eran anteriormente, se respete el esfuerzo que hacen los trabajadores y tener un mejor tratamiento en las rentas del trabajo. Al mismo tiempo queremos que las empresas tengan un mínimo de aportación a los ingresos que necesitamos para mantener las políticas públicas. Una reforma fiscal de este calibre lo que pretende es que tenga un carácter muy estructural y una duración mínima de una década. También respetamos las desgravaciones de la vivienda, para la emancipación de los jóvenes o para el emprendimiento y el talento. Tenemos que llegar a un acuerdo y para eso tenemos un camino trazado en Gipuzkoa que es la ponencia fiscal con sus 27 conclusiones.
– Los tres partidos de la oposición han catalogado esta semana la reforma de «poco ambiciosa». ¿Lo es?
– No me preocupa que digan eso. Si queremos ampliar la ambición es el momento de hacerlo. Yo lo único que pido a la oposición es que pongan medidas concretas encima de la mesa para que digan en qué están de acuerdo y dónde profundizarían. Estamos dispuestos a negociar y a discutir las distintas propuestas que hagan.
– La ponencia fiscal se aprobó en las Juntas con el respaldo de EH Bildu. ¿Es el socio preferente con el que quieren sacar adelante la norma económica?
– Sin el esfuerzo que hizo el PSE para acercar posturas con el PNV y con EH Bildu, esa ponencia seguramente hubiera sido muy diferente. Hicimos un esfuerzo importante, fuera de los focos, para que hubiera una orientación hacia la izquierda, más progresiva, que se haga un mejor tratamiento de las rentas del trabajo... Yo lo que pretendo es que se mantenga ese consenso y, si es posible, ampliarlo.
– La portavoz en Juntas de la coalición abertzale, Maddalen Iriarte, y este viernes EH Bildu han criticado que el proyecto presentado no se ajusta a la ponencia. ¿Enfría esto un posible acuerdo?
– Escuché con mucha atención lo que dijo Maddalen Iriarte. Lo que no le escuché es dónde no se ha cumplido y dónde están las nuevas propuestas. Ella habla del postureo de los demás, pero postureo es cuando no pones encima de la mesa una propuesta concreta. Ya me gustaría que me dijera cuál de las 27 medidas no se ha desarrollado lo suficiente. Estamos en el momento de llegar a acuerdos.
– Habla de ampliar los acuerdos, pero Iriarte les ha pedido que elijan entre EH Bildu y el PP. ¿Se repite el escenario de la negociación presupuestaria?
– Espero que no, porque eso me produciría una enorme tristeza. Hemos hecho un recorrido con la ponencia y hemos puesto una propuesta encima de la mesa. Lo que tiene que hacer EH Bildu es hablar de contenidos. Desde el PSE vamos a mirar a la izquierda y vamos a mirar que la reforma fiscal sea cada vez más progresiva. En estos momentos el único acuerdo que tenemos firmado es con el PNV, partamos de esta posición. Lo que no puede hacer Iriarte es pedir que acordemos con ellos y que los contenidos ya nos los dirán en el futuro. No, que nos ponga los contenidos encima de la mesa porque igual no son lo suficientemente ambiciosos para cerrar un pacto. Pasó con los Presupuestos y espero que no volvamos a esa situación. Parece que con el PP solamente puede acordar Bildu de lo que ellos quieren y cuando lo hacemos los demás nos echamos en las manos de la derecha rancia.
– Usted mismo pidió a EH Bildu que no presentase una enmienda a la totalidad contra los Presupuestos. Un proyecto que finalmente salió adelante gracias a los votos del PP. ¿Fue síntoma de que prefiere una foto con ellos antes que con los populares?
– En los contenidos no había diferencia significativa con EH Bildu para sacar adelante los Presupuestos. La petición de recapacitación venía a cuenta de que evidentemente era un posicionamiento político predeterminado por la cúpula del partido. Yo creo que los negociadores de Bildu tuvieron un mandato de la cúpula para no acordar los Presupuestos con este gobierno por razones exclusivamente políticas, y lo que es más lamentable, nada que ver con la política útil que necesitan los ciudadanos. Parecía que habían abandonado la pancarta y las políticas del no, pero todavía tienen 'tics' del pasado.
– El PP ya ha dicho que se abre a apoyar la reforma. ¿Les incomoda su respaldo?
– El PP dice que está dispuesto a acordar, pero, ¿qué quiere? Si va a apoyar incondicionalmente, como hizo en los Presupuestos, ellos verán lo que hacen. Lo que no vamos a permitir, y aquí sí que hablo como secretario general del PSE en Gipuzkoa, es retroceder ni un ápice en una reforma fiscal donde ha habido cierto avance en la progresividad de los impuestos. Si alguien quiere rebajar la aportación de las empresas o desdibujar la aportación de las rentas del capital, el PSE no estará en eso. Es muy probable que el PP quiera hacer otro tipo de planteamientos, pero insisto, hasta no conocer contenidos, nosotros no nos vamos a pronunciar.
– ¿Son los populares un mal acompañante?
– No. Cuando me presenté como candidato a diputado general dije que lo que hacía falta en el territorio es acuerdos entre diferentes, sin exclusiones de nadie. Aquí se ha sufrido muchísimo para que ahora tengamos que excluir a nadie. El Presupuesto que hemos aprobado es del Gobierno foral del PSE y del PNV al 99,99%. Ha habido aportaciones concretas del PP que se han incorporado, pero también se podrían haber incorporado de los demás grupos y no han querido.
– ¿Se requiere de un mismo socio en Gipuzkoa y Araba –territorios en los que sus Gobiernos están en minoría– para asegurar la armonización fiscal?
– Tener mayorías distintas para aprobar la reforma fiscal en los tres territorios es muy difícil. Es más, es contraproducente. Tienes que tener una coherencia en donde el diferencial sea escaso. En caso contrario tendríamos un problema.
– Fuentes de EH Bildu aseguran que la coalición abertzale hizo una propuesta al PSE para aprobar los Presupuestos de Irun pero que la dirección socialista en Gipuzkoa bloqueó ese posible acuerdo. ¿Fue así?
– Eso no fue así. Nosotros tenemos un socio preferente que es el PNV, pero en estos momentos el de Irun es el único ayuntamiento que tenemos sin Presupuestos y sin acuerdo de gobernabilidad. Nosotros hemos dado plena autonomía a la alcaldesa y al grupo municipal socialista para que profundicen en esta cuestión. Pedimos al PNV que respete los acuerdos que tiene con nosotros, lo cual no quita que el ayuntamiento tenga que sacar sus Presupuestos adelante. Se ha trabajado con muchísima honestidad por parte del grupo socialista. En este caso la autoexclusión también fue de EH Bildu. Veremos hasta dónde podemos llegar, pero evidentemente la autonomía y la decisión la dejamos en manos de la alcaldesa.
– ¿Llegará el momento en el que se normalice la relación con la coalición abertzale como ha sucedido en Navarra o en España con pactos de Gobierno?
– Está bastante normalizada la relación política con todos los partidos. Estamos en distintas instituciones donde ellos también tienen poder y tienen mayorías. Por ejemplo en los consorcios de residuos o de aguas, en las agencias de desarrollo... EH Bildu tiene que abandonar determinados posicionamientos que pueden condicionar negativamente la gestión de los ciudadanos. Lo que no puede ser es que tengan una actitud cuando las instituciones dependan de ellos y otra cuando están en la oposición.
– ¿Y de qué salud goza la relación con el PNV en los ayuntamientos guipuzcoanos?
– Estoy muy satisfecho. Tengo que reivindicar el papel que ha jugado la ejecutiva socialista de Gipuzkoa para facilitar los acuerdos municipales. Se han roto o se han modificado muy en positivo determinadas actitudes. El caso de Eibar, Zumarraga, Legazpi, Urretxu o Lasarte son algunos ejemplos en los que se ha hecho una magnífica labor. Vivimos en un país donde no va a haber mayorías absolutas ni en las grandes capitales, ni en las grandes ciudades, ni en un sinfín de pueblos. Por lo tanto, hay que garantizar la estabilidad. Una estabilidad que significa que los proyectos de inversión y los proyectos de futuro salgan adelante.
– Habla de proyectos y de inversiones. ¿Ve peligrar el paso del TAV por Ezkio tras el informe del Ministerio en el que se advierte de una posible saturación?
– Lo que necesitamos es tener los informes técnicos lo antes posible, y eso llevará su tiempo. Habrá que hacer las catas y habrá que hacerlas con todas las garantías. El miércoles tuve una conversación con el Secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, y están metiendo el acelerador. Hay que hacerlo con rigor, pero con la diligencia necesaria. Tenemos una enorme suerte de que en este ámbito tengamos una serie de compañeros vascos y socialistas al pie del cañón, porque conocen la situación de primerísima mano y yo estoy segurísimo que van a dar la mejor solución. Nosotros apostamos por Ezkio y nuestra posición va a ser invariable.
– ¿Va a seguir al frente del partido en Gipuzkoa?
– Estamos en la fase del Congreso de Euskadi. Va a ser un encuentro muy importante donde tenemos un liderazgo claro de Eneko Andueza, que se ha consolidado en tiempo récord como líder del Partido Socialista. Eso es incuestionable. Y lo que tenemos que hacer es esperar a que él tome sus decisiones, cómo quiere conformar su equipo, su dirección... Algunos continuarán, otros no... Él va a tener las manos libres. Lo que está claro es que los guipuzcoanos le vamos a apoyar en todo lo que pida.
– ¿Eso quiere decir que usted podría dar el salto a la ejecutiva autonómica?
– No. La ejecutiva de Euskadi la conformará Eneko Andueza y yo me debo a la Diputación y a la secretaría general de Gipuzkoa. Cuando Andueza decida lo que tenga que decidir sobre la ejecutiva, los demás tomaremos posicionamiento en los tres territorios.
– ¿Ve recorrido a la legislatura del presidente Pedro Sánchez?
– Totalmente. Si alguien es hábil manejando situaciones difíciles y buscando múltiples acuerdos con distintos grupos políticos y tan diferentes es precisamente el presidente Pedro Sánchez. Yo creo que es un político con unas habilidades fuera de lo común en ese sentido y se merece un respeto por ello. Lo que está sucediendo con el ruido reconozco que a veces me cuesta entenderlo. Por poner un ejemplo, ¿cómo va a ser más importante una filtración de alguien que ha cometido dos delitos fiscales y además los ha reconocido? Y a ese señor no se le llama ni siquiera a declarar. Hay una verdadera intención para que algunos procedimientos judiciales vayan más lentos y otros vayan mucho más rápidos.
– ¿Logrará acordar el Gobierno central con los socios de investidura unos Presupuestos Generales del Estado?
– Espero que la legislatura dure y que tenga unos Presupuestos generales del Estado. Será bueno para todos. De eso va a depender, por ejemplo, que tengamos recursos suficientes para hacer frente a una política tarifaria en el transporte donde haya una aportación y una bonificación por parte del gobierno de España. No será fácil pero el Gobierno lo ha conseguido anteriormente y estoy seguro que esta vez también lo va a conseguir.
– Sánchez aguanta la difícil coyuntura que se le presenta con los casos de corrupción y la minoría parlamentaria, pero, ¿resistir es ganar?
– No es resistir, es sacar medidas adelante. Y nosotros tenemos un cuadro macroeconómico que no se produce por sí mismo. Más empleados que nunca en el mercado laboral, más cotizantes que nunca en la seguridad social, una inflación controlada comparativamente con el resto de territorios y el país que más crece de la Unión Europea. ¿A eso le llamamos resistencia? Bendita resistencia.
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