Tacticismo y surrealismo

Pero lo que más ha llamado la atención ha sido que un asunto de las 'cosas del comer', como gusta decir a los partidos, haya estado tan determinado por el tacticismo político, al que se ha sumado la surrealista votación de las bases de Podemos. Hasta el propio documento de votación de la formación morada fijaba como una de las razones para el acuerdo el «aprovechar mediáticamente la ventana de oportunidad» abierta, dada la necesidad de peneuvistas y socialistas. El resultado ha sido una participación escasa, lo que no deja en buen lugar este proceso interno en el que un número indeterminado de militantes de un partido sin representación en el Parlamento Vasco ha tenido la llave de un asunto estratégico.

PNV y EH Bildu también han trasladado su pugna partidista a este campo, con constantes envites, cuando en Gipuzkoa habían sido capaces de pactar unas bases en la larga ponencia en Juntas. Al PNV no parece quitarle el sueño la posibilidad de que las cosas se queden como están. Y EH Bildu insiste en que mantendrá su posición, aunque quizás es hora de ser más flexibles ante el interés de los socialistas por pactar con ellos, en una entente de izquierdas que no entusiasma en Sabin Etxea. El propio PSE ha sido bastante rígido con su negativa a pactar con un PP que estaba dispuesto a entrar en el juego de la negociación. Así que, 'los unos por los otros, la casa sin barrer', a la espera de un nuevo capítulo ojalá más edificante.