Jesús Eguiguren: «Siento vergüenza por la deslealtad de Felipe con los militantes del PSOE»
Expresidente del PSE ·
El socialista, que presenta en septiembre su libro de memorias, pide a Sánchez que «resista el golpe de Estado sin tanques de la derecha»Acaba de cumplir 71 años y en septiembre presentará un libro de memorias que condensa toda una vida política en Euskadi, desde la defensa de ... la Constitución «casi en solitario» a la búsqueda de la paz. El expresidente del PSE sigue atento la actualidad, respalda sin fisuras a Pedro Sánchez, se muestra muy sorprendido por el escándalo Cerdán e indignado con el expresidente Felipe González, que ha anunciado que no votará al PSOE por haber impulsado la ley de Amnistía.
–¿Sorprendido por el escándalo Cerdán?
–Lo veo como una catástrofe. Me cuesta entenderlo. Me afecta casi como si fuera culpable al ser del PSOE. Produce vergüenza. No se entiende cómo han podido llegar a esos puestos dos personas que por todo lo que se ve son corruptas. Y eso que la política española era difícil de soportar. Veo una especie de golpe de Estado permanente, sin tanques claro, contra el Gobierno socialista por parte de todas las entidades que intenta mover la derecha. Pero si era difícil hacer frente a todo eso, pues ahora siendo responsabilidad nuestra lo de los corruptos, pues ya se hace casi una tarea heroica.
–¿Le conoce a Cerdán?
–A veces le he saludado en algunos actos.
–¿Cómo es posible que dos secretarios de Organización, a tenor de los indicios al menos, estén implicados en esta trama? ¿Qué ha fallado?
–Pues parece imposible. Yo creo que ha fallado que el presidente está tan ocupado con el Gobierno que ha pensado que el partido es una cosa que va por su cuenta y no se ha preocupado de la gente que le rodea. Luego hay explicaciones más complejas en esta crisis. Las primarias están mal reguladas en el PSOE. Un dirigente puede llegar de la nada a lo máximo sin haber pasado por toda la experiencia que te enseña un partido, ¿no? Y luego tampoco hay mecanismos suficientes de control y de debate porque si los hubiera habido, estas cosas se hubieran descubierto. Y aunque sea ir demasiado lejos, yo creo que la teoría de la superioridad moral de la izquierda también contribuye a pensar que el que es socialista es bueno y honesto y no puede hacer estas cosas. Pero la naturaleza humana es la misma. En nosotros y en otros.
–¿Y resistir es suficiente?
–Es que no hay otra receta en esta coyuntura que resistir y seguir gobernando hasta que haya una buena coyuntura para convocar elecciones.
–¿Ahora no?
–Sería el peor momento. Ningún presidente convoca elecciones en la peor coyuntura. Todavía tiene 2026 y 2027. Va a aguantar. Tampoco tiene otra alternativa.
«Los casos de corrupción los veo como una catástrofe... Me afecta casi como si fuera culpable por ser del PSOE»
–¿Y una cuestión de confianza?
–Sería como convocar elecciones.
–¿Debería presentarse a la reelección?
–Él mismo ha dicho que quiere ser candidato en 2027. El PSOE no tiene otro capital político.
–¿Está reaccionando bien?
–Ha reaccionado con rapidez y contundencia. Y la otra respuesta ineludible es presentar una relación de temas para evitar la corrupción.
Futuro del socialismo
–¿Piensa que este escándalo puede llevarse por delante al PSOE?
–Ese peligro existe porque los partidos la gente se cree que son grandes organizaciones. Pero si le quitas el votante y el simpatizante, un partido es un castillo de naipes y puede entrar en crisis. Pero, bueno, yo creo que aguantará,
–Hay otros casos en Europa donde el socialismo ha quedado en la irrelevancia. ¿Corre ese riesgo el PSOE?
–Corre el riesgo pero no va a ocurrir porque no es un caso de financiación del partido. Estamos hablando de unos individuos que eran corruptos. Eso la gente ya lo distingue. El PSOE no va a entrar en crisis. En su día pasó por situaciones peores. Como Filesa, Barrionuevo, la X de los GAL, situaciones muy complicadas se han superado todas. Esta vez lo superaremos en parte porque hay una alternativa que está situada en el golpe de Estado permanente.
–Pues Barrionuevo y González han criticado durísimamente a Sánchez...
–Lo de Barrionuevo lo tomo casi medio en broma. No creo que sean los mejores ejemplos para reivindicar o criticar al PSOE por lo que ha ocurrido. Lo de Felipe me parece impresionante. No tiene nombre. Aquí nos hemos jugado la vida por la política de Felipe acertada o equivocada. Nunca lo habíamos dudado. Después yo mismo me consideraba un felipista. Pero ahora ves a un Felipe González de tonto útil de la derecha. Porque además sus declaraciones, aunque le dé un aire de experiencia y objetividad, no son verdad. Destila odio e inquina hacia Sánchez. Y aparece en los peores momentos. Es una falta de solidaridad y una deslealtad hacia los que somos militantes del PSOE.
–¿Le parece bien la ley de Amnistía?
–Yo en principio pensaba que no encajaba en la Constitución. Pero el Tribunal Constitucional ha dado luz verde y, además, sus efectos han sido muy positivos para Cataluña y para España.
–¿El PSE puede pagar toda esta crisis?
–Le puede afectar, pero en principio yo creo que la corrupción en Madrid se ve como si no nos afectara. Hombre, si le dañan mucho al PSOE, nos dañará también a nosotros.
«Hay causas complejas en esta crisis. Las primarias están mal reguladas. Un dirigente puede pasar de la nada a lo máximo»
–¿Cómo juzga el papel del PNV y de EH Bildu con Sánchez?
–Están siendo muy serios.
–Los pactos de coalición con el PNV, ¿les ve recorrido o son una fórmula que ya empieza a estar agotada?
–No se puede saber si van a tener un recorrido, yo creo que de momento siguen siendo válidos y sigue siendo la única alternativa. Ahora, si el electorado va cambiando a la velocidad que cambia, pues no se puede decir lo que va a pasar el día de mañana.
–Parece que estamos a las puertas de un nuevo ciclo político en Euskadi donde Bildu está disputando la hegemonía al PNV. ¿Le preocupa?
–No, no me preocupa pero tampoco lo doy por hecho. El PNV es un partido que tiene muchas raíces en la sociedad. Y yo creo que está en crisis en estos momentos, pero se puede también recuperar. Y lo de Bildu, pues ahora le va muy bien, pero en política a veces se sube y otras veces se baja. Tampoco hay que dar por hecho que lo de Bildu va a ser un paseo triunfal.
–Pero les va bien incluso aun cuando siguen sin hacer una autocrítica de lo que fue ETA...
–Eso dificulta cualquier acuerdo futuro, cualquier cambio de alianzas futuro. Ahora, el hecho de que no condenen lo que pasó en el fondo quiere decir que están de acuerdo. Si no se condena es porque en cierta forma creen que su legitimidad sale de aquella lucha...
–¿Confía en que eso cambie?
–Sí, yo creo que, tarde o temprano, la condenarán cuando lleguen nuevas generaciones y los veteranos lo vayan dejando. Supongo que tarde o temprano lo condenarán, vamos.
–Ellos siempre dicen que el PSOE tiene que hablar de los GAL y tiene que hablar de la tortura...
–Hombre, el PSOE no torturaba, joder. Se torturaba bajo el Gobierno del PSOE, por lo visto. Y los GAL y tal son otro tipo de fenómenos. Además, no tenemos por qué pedir perdón porque lo condenamos siempre. Son cosas distintas.
–Esto lleva a la reflexión sobre su libro de memorias. Pero, antes de nada, ¿cree usted que el PSE y Bildu gobernarán juntos algún día?
–En Navarra y Pamplona ya hay una experiencia. Tampoco nos imaginábamos verle a Bildu como uno de los sostenedores más serios del Gobierno de Madrid. Creo que los dirigentes de EH Bildu han asumido con todas las consecuencias lo que implica la vida democrática. Y que no se pueden imponer las fuerzas, que hay que conseguir mayorías sólidas para incluirse en la sociedad. Y yo creo que esas alianzas son perfectamente posibles, tanto con Bildu como con el PNV.
«Es muy factible un acuerdo sobre el estatus con PNV y EH Bildu. No lograrlo sería una irresponsabilidad»
–¿Cree factible esta apuesta por ampliar y renovar el pacto estatutario para incorporar a esa izquierda independentista que en 1979 no quiso embarcarse en el Estatuto de Gernika?
– Sí, lo veo factible. Además, creo que sería un hecho fundamental. Porque si se comparte el marco estatutario o el nuevo estatus que llaman ellos, etc., pues también el tema de las alianzas adquiere más credibilidad. Porque son partidos que comparten el Estatuto. Yo creo que es posible, aunque claro, si los nacionalistas van con sus máximos y el PSOE tiene que defender su visión constitucionalista, es como la cuadratura del círculo. Pero yo sí lo veo factible. Además, incluso, antes hemos hablado de la ley de amnistía, se ha comprobado que la Constitución española es muy flexible, en la que caben muchas cosas mientras que antes lo veíamos como un marco rígido y limitativo. Ahora se ve como un marco abierto. Yo creo que se va a llegar a ese punto de acuerdo.
–¿Hay ya madurez para llegar a un acuerdo?
–Creo que sí. Y si no se llega sería una grave irresponsabilidad.
–A pesar del derecho a decidir...
–No sé lo que están defendiendo ahora, pero plantear el derecho a decidir o de autodeterminación es un problema, aunque yo creo que han hecho una apuesta pactista. Y si hacen ese planteamiento pactista no debería haber problemas para llegar a ese punto de acuerdo. Creo que el punto de encuentro estaría en reconocer que el País Vasco puede aprobar un Estatuto o un estatus, que es lo mismo, pero que eso solo tenga validez si se desarrolla pactando con el Estado.
–O sea, nos remitimos a los famosos papeles de la mesa de Loiola...
–Sí, algo parecido hicimos en Loiola. Ahí se hablaba de eso. Pero en Loiola estábamos agobiados por ETA. El PSE, con el aliciente de acabar con ETA fue hasta el extremo. Ahora, en una coyuntura normal, todo depende de la buena voluntad, claro. Si los nacionalistas a toda costa quieren que se reconozca la soberanía original y del pueblo vasco y tal, pues eso es volver a lo mismo. Creo que tendrían que cambiar mucho los planteamientos tradicionales e ir a una fórmula pactista. Lo que no debe salir de ese acuerdo es que haya ganadores y perdedores. Habría que buscar un punto de encuentro, incluso en la terminología.
–¿Ve viable ese punto de encuentro sin la derecha no nacionalista?
–Hombre, tendría que ser sin la derecha española. Yo creo que hoy por hoy no se puede esperar nada de la derecha española.
–Usted cree que para construir la convivencia hay que aplicar un 50% de olvido y un 50% de memoria. ¿Estamos en eso?
–En estos momentos gana el olvido. La sociedad quiere olvidar, no quiere saber lo que pasó. Hay una frase de García Márquez que dice que recordar es fácil cuando se tiene memoria y que olvidar es imposible cuando se tiene corazón. Estamos un poco en esa situación en la que se prefiere acordar u olvidar. Pero la memoria siempre retorna.
«El mundo progresista por el que he luchado toda mi vida se está desmoronando»
¿Con qué sensación se queda después del libro de sus memorias?
–De cierta incredulidad de lo que hemos vivido y cómo hemos podido aguantar. Es decir, me presento como un superviviente de tantos años. Desde los finales del franquismo hasta que dejé la política.
–Que no la ha dejado...
–No se deja nunca. He puesto mucho énfasis en los primeros años de la Transición, porque yo creo que fueron terribles.
–¿Qué balance saca?
–Pues después de todo un recorrido en la vida y viendo lo que pasa hoy en España y en el mundo, tienes la sensación de que se te está desmoronando el mundo progresista por el que luchaste. Porque siempre habíamos creído que la sociedad iba mejor, y todo eso en cuestión de pocos años se ha caído. El mundo va a peor, la extrema derecha parece que va a mandar en Europa. ¿Qué es lo que ha fallado?
–¿Algo habrá hecho mal la izquierda?
–No sé si la izquierda ha hecho algo mal o es la evolución del mundo que va así. Yo creo que la derecha y también la izquierda después de la guerra mundial construyeron una sociedad relativamente justa y plenamente democrática. Y eso de que la extrema derecha surja con esta fuerza no hay quien lo entienda porque en las distancias se parece bastante al periodo previo a los fascismos. Hombre, te queda la esperanza de que cuando estos partidos se incorporan al gobierno pues tampoco se hunde el mundo.
–¿Este fin de las certezas afecta a sus ideas? ¿Sigue siendo socialista?
–Sí, sigo siendo socialdemócrata. Sigue siendo más necesario que nunca.
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