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Será complicado que en menos de nueve meses, el tiempo que resta para finalizar este año, el Gobierno de Pedro Sánchez pueda colmatar la lista ... de una veintena de transferencias pendientes que el Gobierno Vasco, liderado por Imanol Pradales, ha puesto con rotulador fluorescente encima de la mesa del presidente. Pero la realidad es que el último pacto de legislatura que firmó Ortuzar con el líder socialista en noviembre de 2023, y que recogía que había que culminar el Estatuto a finales de este año, ha metido más velocidad al siempre ralentizado proceso de traspasar una materia a la Administración de Lakua. Un dato. Desde que está Sánchez en el Gobierno se han transferido 18 materias. Los dirigentes nacionalistas siempre han alzado la voz contra la resistencia de la estructura funcionarial que reside en los ministerios de Madrid y que, al parecer, suelen imponer sus ritmos a los deseos políticos. En los 45 años que lleva vigente el Estatuto de Gernika las materias que trasladaban los gobiernos centrales caían a cuenta gotas y ahora resulta sorprendente la velocidad que Moncloa está imprimiendo a esta última fase de entrega. Sánchez, que parece estar abonado últimamente a prorrogar los presupuestos, no parece que quiera correr el mínimo riesgo con sus socios y es por ello que se vea obligado a cumplir los acuerdos firmados para no alterar al nutrido bloque de aliados. Es mejor prevenir que curar, y sobre todo cuando no dispone de proyecto presupuestario con el que responder a sus socios ante las numerosas eventualidades que están salpicando la legislatura.

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