Iñaki O'Shea, cuñado de Botín, entre las 35 víctimas policiales reconocidas
El exdirigente de HB será uno de los damnificados que recibirá mañana de manos del Gobierno Vasco el dictamen que acredita que sufrió abusos
Han pasado cinco años desde que el Gobierno Vasco diera un paso al frente para que las víctimas de la violencia policial vieran ... reconocido su sufrimiento a través de la ley 12/2016. Finalmente y, superados varios obstáculos judiciales después, el Ejecutivo de Iñigo Urkullu reconocerá mañana en un acto en el Euskalduna de Bilbao 35 damnificados por abusos policiales. Entre ellos, Iñaki O'Shea.
El histórico dirigente de HB, conocido también por ser el cuñado de Emilio Botín –el banquero ya fallecido estaba casado con su hermana Paloma– está entre las víctimas que han visto reconocidos los abusos que sufrieron tras el estudio realizado por la comisión de valoración; un grupo de trabajo compuesto por diferentes expertos –desde historiadores, forenses, juristas o psicólogos– que ha visto acreditada la denuncia de O'Shea: que sufrió malos tratos y tortura en 1975.
Hermano también de la exdirectora de la revista 'Telva' (Covadonga O'Shea), el exdirigente de la izquierda abertzale pasó a formar parte de la Mesa Nacional de HB en 1990. Además, fue condenado en 2007 por la Audiencia Nacional a diez años de prisión por, supuestamente, ser parte del proyecto de «desobediencia civil» promovido por ETA a través de la fundación Joxemi Zumalabe. El caso 18/98. En 2009, sin embargo, el Tribunal Supremo le absolvió.
El testimonio
Será la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, la encargada de hacer entrega de los dictámenes elaborados por los expertos a 30 de las 35 víctimas o sus familiares –cinco prefieren mantenerse en el anonimato– tras analizar 55 expedientes de las 1.017 solicitudes de reconocimiento recibidas.
Entre ellos también están Idoia Aierbe, Juan Ramón Arretxe y Manuel Vizcay, que denunciaron haber sufrido torturas en el cuartel de Intxaurrondo junto a Mikel Zabalza. Así recoge la comisión de valoración en su primer informe anual el testimonio de una de las víctimas no identificada: «Relata que le introdujeron la cabeza en el váter, tirando de la bomba, que le colocaron una almohada en la cara y le pisaban hasta hacerle sangrar de la nariz, que le colgaron de una ventana, que le apagaron cigarrillos en los brazos, que le quemaron la oreja con una cerilla, que fue golpeado con los codos en la espalda, y que también recibió golpes con una barra de unos 15 centímetros de diámetro tanto en la espalda como en las nalgas, extremo, este último, que él asocia con una rotura de coxis. También recuerda la presencia en las dependencias de un perro grande al que llamaban Pelusa que, en palabras de la víctima, 'me daba más miedo que ellos todavía'».
Durante el acto intervendrán tres mujeres. Noelia Suárez, hija de Felipe Suárez, jefe de Correos y Telégrafos que en 1976 murió tras recibir un impacto de bala después de que la Guardia Civil ametrallara su vehículo de camino a Zestoa. Y Belén Matabuena e Inés Barayazarra, víctimas de malos tratos en 1973 y 1975, respectivamente.
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