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Los «imbéciles» también eran unos violadores

Sábado, 22 de junio 2019, 12:50

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Hace año y medio, cuando los cinco integrantes de 'La Manada' se sentaron por primera vez en el banquillo de los acusados, su abogado dio ... a entender que no iba a perder energías en rebatir lo más evidente para cualquier ciudadano del país con dos dedos de frente y una mínima altura moral: que sus patrocinados eran unos impresentables a los que tenía que intentar librar de una condena de prisión por lo que ellos calificaban como sexo consentido en una madrugada de excesos sanfermineros y el letrado de su víctima, como una violación múltiple en un portal convertido en un sórdido infierno para la joven denunciante. Agustín Martínez Becerra se afanó en no negar ante la Audiencia de Pamplona y la opinión pública lo que saltaba a la vista -la cretina jactancia de unos imputados que respondían fielmente, en pleno siglo XXI, al patrón del macho más retrógrado y peligroso- y se centró en tratar de probar la pretendida inocencia de sus defendidos con un argumento chirene: el comportamiento social de los cinco resultaba propio de «unos verdaderos imbéciles», pero todos eran unos «buenos hijos» incapaces de delinquir y que se estaban viendo atrapados en un trance vital poco menos que incomprensible y desmedido.

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