La familia Zabalza agradece que se devuelva a Mikel "la dignidad que le robaron junto con su vida"
El Gobierno Vasco entrega el reconocimiento como víctima policial, en un acto en Orbaizeta, en el que exige "justicia" y pide al Estado que asuma "su responsabilidad"
«Hoy se ha reconocido a Mikel la condición de víctima y se ha resuelto su reparación. Es un paso de gran importancia, un avance que no hubiéramos imaginado años antes, por lo que le devuelve en gran parte la dignidad que le robaron junto con su vida». Con estas palabras, Lourdes Zabalza, en nombre de la familia, agradeció este domingo el reconocimiento que el Gobierno Vasco, de mano de la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Beatriz Artolazabal, entregó a los hermanos de Mikel Zabalza Garate, en forma de resolución que le acredita como víctima de la vulneración de sus derechos humanos en el contexto de la violencia de motivación política vivida en la Comunidad Autónoma del País Vasco entre 1978 y 1999.
Los Zabalza Garate remarcaron que el caso sigue sin esclarecer. «Los dos intentos planteados en los tribunales no superaron la fase de instrucción y fueron archivados», citaron. En un emotivo discurso, ante la casa familiar en Orbaizeta, el caserío Lorentxo, también recordaron «a los que sufrieron con nuestro hermano aquellos días en que también fueron detenidos, en especial Jon Arretxe e Idoia Aierbe, a la que su experiencia personal y la muerte de Mikel dejaron marcada de por vida». Sin poder contener la emoción, evocaron a sus aitas «que ojalá hubiesen tenido la oportunidad de vivir este reconocimiento por lo que lleva implícito de verdad y de justicia, ya que se hubiera aliviado la amargura con la que se fueron».
En su dictamen, la Comisión de Valoración desmonta la versión oficial y acredita que Zabalza sufrió «graves torturas», recoge las palabras de familiares que quieren «que se sepa la verdad y que no era ni de ETA ni violento», y recomienda al Gobierno Vasco y al Parlamento Vasco que «se dirijan a las instituciones del Estado para que actúen en idéntico sentido, habida cuenta de la responsabilidad de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del mismo en los hechos analizados». Esta resolución ha sido emitida por la Comisión de Valoración de manera unánime y tramitada a instancias de una de sus hermanas, Lourdes Zabalza.
La delegación del Gobierno Vasco, encabezada por la consejera Artolazabal y el viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación, José Antonio Rodríguez Ranz, que ha sido el encargado de firmar la resolución, y la directora de Víctimas, Monika Hernando, se desplazó a la localidad natal de Mikel Zabalza, Orbaizeta, donde se celebró un acto en su memoria.
En el tributo, junto a la casa familiar, el caserío Lorentxo, y en presencia de los hermanos Zabalza, también participaron la consejera de Relaciones Ciudadanas del Gobierno de Navarra, Ana Ollo Hualde, así como representantes del Ayuntamiento de Orbaizeta y de las entidades memorialistas Mikel Gogoan, de la localidad navarra y de Donostia.
«Hoy es un día muy especial», afirmó la consejera, «porque damos un significativo paso en el camino de la verdad de Mikel Zabalza». «La verdad es un derecho inalienable; una verdad presente siempre en el imaginario social que hoy adquiere rango institucional y oficial. Porque la verdad manipulada no es verdad, la verdad interesadamente reconstruida no es verdad, la verdad que repugna a la razón no es verdad. Y hoy, en nombre de la verdad, proclamamos a los cuatro vientos, como cita literalmente el dictamen, que han quedado suficientemente acreditados tanto los hechos ocurridos entre el 26 de noviembre y el 15 de diciembre de 1985, como la implicación en los mismos de los agentes del Estado-Guardia Civil», expresó Artolazabal.
"Víctimas de primera"
Junto a la que fuera la casa familiar de Mikel Zabalza, Beatriz Artolazabal reiteró que «todas las víctimas de la violencia y de vulneraciones de derechos son víctimas de primera. Todas fueron víctimas de una violencia injusta». «Hoy, aquí, desde Orbaizeta exigimos que se haga efectivo su derecho a la justicia. Su muerte, su verdad, exige llegar hasta el final. Exige ir más allá de la verdad judicial vigente hoy», reclamó. En este sentido, la consejera vasca estimó que deben reactivarse todas las vías para el total esclarecimiento de los hechos, «y, en su caso, el reconocimiento, la autocrítica y la asunción de responsabilidades por parte del Estado».
El documento firmado por unanimidad por la Comisión de Valoración consta de más de medio centenar de páginas en las que se recogen los hechos, los testimonios, las investigaciones y, en definitiva, el exhaustivo trabajo realizado. Entre sus conclusiones, la Comisión reconoce que «existen fuertes presunciones de hecho de que Mikel Zabalza fue detenido y sometido a tortura, penas y tratos crueles, inhumanos o degradantes que le pudieron llevar a la muerte».
También se afirma que los hechos no han prescrito, «teniendo en cuenta la interrupción de los plazos correspondientes a la luz de la extensa instrucción judicial que se prolonga hasta el mismo año 2010». En la argumentación del dictamen se cuestiona la versión oficial y se califica la hipótesis de la huida repentina de Mikel Zabalza como «muy improbable por no decir simplemente increíble a la luz de los datos disponibles». Y añade: «Desde que es detenido y llevado a dependencias policiales (sin contar con asistencia letrada ni con asistencia médica ni con libro de registros en que constaran entradas o salidas de detenidos, vehículos…) hasta que finalmente aparece muerto, estuvo de hecho en situación de desaparición por espacio de 19-20 días. Tiempo en el que estaba en un principio bajo la responsabilidad y a disposición de agentes del Estado, a la sazón, miembros de la Guardia Civil del cuartel de Intxaurrondo».
También se refleja el sufrimiento de la familia a lo largo de estos casi 40 años. Así, explica que las personas allegadas de Mikel Zabalza interpusieron una denuncia porque «querían preservar la presunción de inocencia de Miguel Mari», nombre con el que se le conocía en el entorno familiar, y porque querían restaurar «su honor y su imagen ante la sociedad». «La familia explicitó ante esta Comisión que su hermano quedó indefenso totalmente al aplicársele en primer lugar la Ley Antiterrorista y luego, ya muerto, se cerraran las vías judiciales», se recoge en el documento.
Conductor de autobuses en Donostia
Mikel Zabalza tenía 32 años cuando sucedieron los hechos, y era el mayor de cinco hermanas y cuatro hermanos. Fue arrestado por la Guardia Civil en la madrugada del 26 de noviembre de 1985 bajo la Ley Antiterrorista en su domicilio de Donostia, en donde trabajaba como conductor de la compañía municipal de autobuses. Su primo Manolo Vizcay, que estaba en la vivienda, también fue detenido, así como su novia, Idoia Aierbe. Ese mismo día fueron detenidos cuatro personas más en Orbaizeta, dos de los hermanos Zabalza, Aitor y Patxi, Ion Arretxe y Víctor Manuel Mediavilla.
Las evidencias, el conjunto de testimonios y los hechos demostraron que «ni Mikel Zabalza ni quienes fueron detenidos en la misma operación de la Guardia Civil pertenecían a ETA ni hacían de mugalaris para organización alguna», apunta el dictamen. Todos, menos Mikel, que murió estando bajo custodia policial, salieron en libertad sin cargos. Su cadáver apareció tras diecinueve días desaparecido.