

Maddalen Iriarte
«La Diputación de PNV y PSE ha introducido al PP en la ecuación dejando en segundo o tercer plano a la ciudadanía»
Maddalen Iriarte (Donostia, 1963) ganó las elecciones forales de Gipuzkoa, pero al no lograr ningún socio cumple el ecuador de la legislatura como jefa de ... la oposición. Y lo hace muy crítica con la Diputación de PNV y PSE: «El Gobierno no tiene liderazgo ni rumbo». Y añade que en lugar de hablar de «cuidados», han estado hablando de «una estación de tren», en referencia a la conexión del TAV por Ezkio.
– Usted es periodista. ¿Cuáles son los titulares de la oposición en el ecuador de la legislatura del Gobierno foral?
– Este es un gobierno que nace para que los dos partidos que lo componen se mantengan en el poder y que introduce a un partido como el PP en la ecuación de manera activa dejando en segundo o tercer plano a la ciudadanía. Es un gobierno sin rumbo que gestiona una situación de inercia. Una anomalía porque no hay institución en la que PSOE y PP no estén todo el día el uno contra el otro de forma muy agria. Después de estos dos años encontramos un gobierno que nació para su propia supervivencia y que no tiene ni rumbo ni tiene nada que ofrecer a la ciudadanía.
– ¿Siguen pegados a la consigna como les reprochan los partidos de gobierno en Gipuzkoa o han aterrizado al principio de realidad sus planteamientos como presumen en el Parlamento Vasco?
– No tenemos consignas. Nosotros atendemos a lo que la ciudadanía nos reclama, que es para lo que hemos venido a la política. Oímos lo que los guipuzcoanos dicen en la calle y observamos las preocupaciones de la gente. Vemos que hay personas en situación de soledad no deseada o jóvenes que no pueden comprar una vivienda. También que los cuidados no son universales y que la gente se tiene que buscar la vida. Intentamos liderar un cambio desde esas premisas. En política, además de liderar y de ser propositivo, hay que tener alma y corazón.
– Habla de liderazgo. ¿Lo está ejerciendo la Diputación?
– Me parece que no. Es un gobierno que no tiene rumbo. Un gobierno que pacta con el PP algo tan clave para las políticas públicas como unos Presupuestos y que luego llega a un acuerdo fiscal con Elkarrekin Podemos demuestra que no tiene rumbo. No casan las dos cosas. No está liderando. ¿De qué se ha preocupado este gobierno? ¿De qué nos ha hablado? De cuidados no. Nos ha hablado de una estación de tren.
– ¿Aboga por la vía de Ezkio-Itsaso para la unión del TAV entre Euskadi y Navarra en vez de por Vitoria?
– La reflexión que quiero compartir con la ciudadanía es que estamos hablando ahora mismo, después de casi dos décadas, de por dónde va a ir un tren. Eso demuestra una mala gestión y una mala manera de hacer política, con el agravante de las discusiones entre cada uno de los socios de gobierno. Es un despropósito. ¿Por dónde tiene que ir el tren? Se están haciendo las catas. Y esa respuesta será la que nos dé más pistas. Llegados a este punto nosotros decimos que tiene que ser un tren social que no solo se mueva entre las capitales, sino que pueda llevar de un lado a otro a la ciudadanía. Más en este momento en el que tenemos que sacar la mayoría de coches de las carreteras.
«Que casi dos décadas después estemos hablando de por dónde va a ir un tren demuestra una mala gestión»
– La diputada general les emplaza a entrar en acuerdos de país. ¿Van a recoger esa propuesta?
– Estaremos en los acuerdos siempre atendiendo al contenido. Y el contenido se basa en cómo mejoramos la vida de la gente. Y se basa en la palabra que dimos a la ciudadanía de Gipuzkoa cuando gané las elecciones. Cuando esos contenidos estén en los acuerdos, habrá pactos sin duda ninguna.
– ¿Quiere repetir como candidata de EH Bildu a diputada general de Gipuzkoa?
– Estamos en el ecuador y creo que no hay que quemar etapas, porque una vez que entras en la refriega electoral los mensajes se van tergiversando o endureciendo y no permiten avanzar. Respecto a mí misma, cuando llegue ese momento ya lo decidiremos. Como siempre lo hemos hecho, los hombres y mujeres de EH Bildu pensaremos en quién es la persona que mejor puede responder al momento político al que tenemos que dar respuestas.
– ¿No se plantea presentarse a la alcaldía de Donostia?
– No lo había pensado. Creo que no hay que andar cambiando de un sitio a otro. He estado en el Parlamento Vasco y ahora estoy en las Juntas de Gipuzkoa. Tenemos grandes candidatos para la alcaldía de Donostia. Ya llegará el tiempo en el que haya que tomar decisiones. Pero todavía tenemos mucho margen para trabajar.
«Creo que no hay que andar cambiando de un sitio a otro. Tenemos grandes candidatos para Donostia»
– Están convencidos de que van a gobernar Gipuzkoa a partir de 2027, pero lograr una mayoría absoluta se antoja casi imposible. ¿Quién va a ser su socio para lograr ese objetivo?
– El 28 de mayo de hace dos años, cuando EH Bildu ganó las elecciones en Gipuzkoa, lancé una oferta para formar un gobierno colaborativo y compartido. Se pudo lograr en Pamplona. Ese modelo es tan importante que lo hemos recogido en las resoluciones de nuestro congreso. Las maneras de gobernar también tienen que cambiar y no podemos hacerlo como hace un siglo. Nos enfrentamos a temas complejos en los que la ciudadanía, de manera organizada, tiene que tener la posibilidad de opinar y de aportar a la causa común. Eso va a servir para cohesionar el valor comunitario que ha tenido este territorio. Y ante la extrema derecha y el ruido generalizado, nos va a centrar mucho a todos.
– El PSE les exige la condena de la violencia de ETA como paso previo a los acuerdos. ¿Lo harán?
– EH Bildu ha dado pasos importantes en la convivencia para la no repetición de situaciones que se han vivido en este país y para el reconocimiento de todas las víctimas. Por otra parte, no permitir que haya una comisión de investigación sobre los GAL me parece más extraño. La Audiencia Nacional ha dejado claro mediante el caso de Iratxe Sorzabal que en este país se ha torturado y en ese sentido también hay que avanzar. Tenemos que seguir trabajando por todas las víctimas y por todas las vulneraciones de derecho para reclamar justicia, verdad y reparación.
– En Pamplona, Navarra o Madrid ya han llegado a pactos con los socialistas sin líneas rojas.
– Anomalía es que el PSE aquí diera sus votos para que el PP estuviera en la mesa de las Juntas Generales cuando no hace falta más que encender la radio para ver cuál es el nivel de crispación que hay en todas las instituciones. A partir de eso, creo que las relaciones en Navarra son fluidas, también en Madrid, y el PSE tendrá que explicar cuál es la diferencia que existe entre EH Bildu en Euskadi, en Navarra o Madrid. Nosotros seguimos haciendo las mismas cosas en todos los territorios.
– El secretario general del PSE en Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, les recriminó ayer en una entrevista para este periódico que la izquierda abertzale está detrás de las denuncias realizadas por asociaciones a la incineradora de Zubieta. ¿Es así?
– Él sabe que eso no es así. Hay colectivos de personas que están preocupadas con la incineradora y tienen derecho a hacer lo que crean conveniente para los intereses que ellos tengan. EH Bildu está en política para mejorar la vida de la gente. Mezclar las dos cosas es una tentación que suele tener el señor Asensio a veces, pero que él sabe que no es así.
«El PSE tendrá que explicar cuál es la diferencia de EH Bildu en Navarra o Euskadi. Nosotros hacemos lo mismo»
– ¿Elkarrekin Podemos les ha dejado solos al aprobar con PNV y PSE la reforma fiscal?
– Hemos perdido una oportunidad cuando existían los mimbres suficientes para hacer un cambio estructural de la fiscalidad. Podemos ha apuntalado una opción que es un error. Este retoque fiscal no garantiza la redistribución de la riqueza de manera más justa, no garantiza que podamos tener una recaudación para la respuesta a los grandes retos que tenemos como la sanidad, vivienda, industria, transición energética... Es una lista de deducciones que no van a favorecer a las personas que menos tienen. A las personas que perciben menos de 20.000 euros no les va a favorecer. Bajo un epígrafe populista de decir que es para las personas que más necesitan, finalmente quien más tiene en este territorio no va a aportar mucho más. La fiscalidad tiene que ser solidaria y tiene que ser para el bien común. Y esto no se garantiza. Y había un acuerdo previo en Gipuzkoa para lograr esto.
– Las críticas vienen de EH Bildu pero también de la patronal. ¿Eso significa que la reforma está en el carril central?
– La patronal tendrá su opinión. Nosotros pusimos en marcha una ponencia, que es la única realizada en los tres territorios, que era adecuada y que respondía a los tiempos. Llegamos a un acuerdo con el PNV y el PSE en julio para realizar una reforma en profundidad. Quienes han dejado de lado ese acuerdo tendrán que dar las explicaciones de por qué lo han hecho.
– ¿La industria guipuzcoana está perdiendo competitividad?
– Gipuzkoa no es una isla y estamos sometidos a los avatares geopolíticos y a la situación de la industria de otros países. Ya ha habido advertencias sobre la necesidad de invertir. Para Gipuzkoa la industria, y sobre todo la pequeña y mediana empresa, ha sido un puntal fundamental para su riqueza y su bienestar. Y ahora mismo se enfrenta a unos cambios que necesitan un acompañamiento. Históricamente, la inteligencia que han tenido los empresarios y los trabajadores de ese sector ha demostrado que han sabido salir de crisis muy duras. Ahora hay nuevos elementos en el mundo que se llaman Trump o que se llaman aranceles que dan inseguridad. Desde la política tenemos que dar seguridad a todos los agentes del territorio.
– El PNV no apoyó el pasado jueves en el Parlamento Vasco la petición que si respaldó en las Juntas de Gipuzkoa para que se impulsen cambios legales que frenen las sentencias que tumban la exigencia del euskera en las OPEs. ¿A qué se debe ese desmarque?
– El PNV tendrá que explicar por qué aprueba una cosa en Gipuzkoa y no lo hace en Euskadi. En este momento, el euskera necesita dar un salto y así lo dicen todas las personas que conocen la situación. Estaría bien que hiciéramos un suelo común en el que podamos dar pasos adelante. Hay una ofensiva judicial que ha quebrado los acuerdos de las últimas décadas. Es el momento de revisar las leyes y los instrumentos que tenemos entre manos para volver a coser consensos.
«A nadie gustan los molinos pero hay que reflexionar»
– La diputada general ha dicho que en Gipuzkoa hay 8.500 puestos de trabajo sin ocupar y que hace falta atraer inmigrantes. ¿Cómo se debe abordar esta cuestión?
– Me parece intolerable que en un tema tan complejo como la migración se esté dando un debate a base de discursos y de titulares en medios de comunicación que además finalizan con broncas entre los miembros del gobierno. Es una irresponsabilidad. Los hombres y mujeres que migran no lo hacen porque quieren, migran porque no tienen posibilidad de hacer proyectos de vida en sus países de origen o porque están huyendo de guerras. Muchos son niños y niñas que vienen en pateras y tenemos la obligación de acogerlos con los mismos derechos y las mismas obligaciones que tenemos las personas de aquí. Sobre los 8.500 puestos de trabajo, ¿y si no nos hicieran falta? No podemos tener esa visión únicamente mercantilista de las personas que vienen aquí.
– ¿Ha notado recelo hacia la inmigración en el entorno social de EH Bildu?
– En el entorno de EH Bildu no he notado especial recelo. Pero es posible, por cómo percibimos la realidad, que la gente pueda tener dudas. Por eso digo que es un tema que hay que abordarlo en profundidad, compartirlo con la ciudadanía y abordarlo con la seriedad necesaria para darle una respuesta.
– ¿Está a favor de implantar proyectos eólicos en Gipuzkoa?
– Tenemos que hacer frente a una transición ecosocial importante, somos muy dependientes energéticamente y apostamos por una matriz energética renovable. Todo eso requiere una reflexión. En Debagoiena han puesto en marchan proceso de deliberación ciudadana para debatir y acordar sobre la transición y la emergencia climática. Probablemente a nadie nos gusta ver molinillos grandes, pero tendremos que reflexionar sobre la situación que vivimos. Necesitamos un modelo público comunitario en el que la parte privada también participe.
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