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El Movimiento Socialista continúa su estrategia de expansión a lo largo de España replicando las estrategias y acciones que GKS ha trabajado durante los últimos ... seis años en la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra. El objetivo es crear un partido internacional comunista que trascienda más allá de las fronteras nacionales, pero, conscientes de las dificultades que un proyecto tan ambicioso supone, el movimiento trata de asentar unas bases sólidas en el conjunto del Estado. Uno de los eventos anuales más importantes de GKS es el Topagune, encuentro que el pasado mes de noviembre reunió a más de 3.000 jóvenes en Altsasu, y que ahora trata de exportar a Guadalajara.
La Organización Juvenil Socialista (CSJ) –homóloga de GKS en España y que toma como referencia los pasos de la organización en Euskadi y Navarra– celebrará este encuentro los días 17, 18 y 19 de abril en La Toba y lo publicita en redes sociales como «un gran evento político y cultural abierto a toda la juventud trabajadora que quiera disfrutar de tres días de ocio, formación y deporte en un entorno natural». El modelo será similar al del Topagune, con debates ideológicos acompañados de eventos deportivos y conciertos de grupos ya conocidos como Biznaga o JMartina. Es muy probable que los representantes de Euskal Herriko Kontseilu Sozialista (partido de GKS) acudan y participen en las charlas.
En Euskadi, el Movimiento Socialista trata de ensanchar las bases de sus consejos locales y comarcales para seguir incrementando su capacidad movilizadora y su masa militante. Para ello, se han ampliado las relaciones con los movimientos sociales y los sindicatos –sobre todo en relación a la vivienda–. Fuentes de EHKS admiten que se mantienen también contactos cordiales con ELA. Así, la organización comunista quiere incidir en diferentes ámbitos que tienen que ver con 'las cosas del comer' para reforzarse y ganar músculo en las calles.
Las campañas contra la guerra y el fascismo –con la mirada fijada en el «genocidio» sobre Palestina, el aumento del gasto militar de los países europeos y el aumento de las reacciones racistas, xenófobas, legtifóbicas y machistas en Euskadi– lograron sacar a la calle el pasado 25 de enero en Bilbao, según fuentes de EHKS, a unas 6.000 personas. La organización comunista amplía ahora su foco de actuación con la organización de jornadas y charlas sobre educación, el cierre de las industrias o la crisis ecológica. Sobre esta última temática celebró EHKS unos encuentros el pasado fin de semana en Vitoria con decenas de oyentes.
Para implantar sus tesis en una amplia capa de la sociedad, en EHKS –y en todas las áreas del movimiento como pueden ser su sindicato de vivienda o la organización de mujeres trabajadoras Itaia– saben que las redes sociales juegan un papel fundamental. Admiten, además, que hasta ahora no han dado con la tecla de la viralidad, y que, como ocurre en la política institucional, la derecha está ganando a la izquierda la batalla en las redes. En este contexto, el movimiento socialista ha intensificado su actividad con nuevos formatos como podcast o vídeos en TikTok a través de su medio Gedar.
Recientemente también han creado 'diariosocialista', donde se escribe íntegramente en castellano para llegar a otro público en el resto del Estado. Tratan así de contrarrestar los mensajes virales de grupos como Frente Obrero, una organización política que también se considera «revolucionaria» y que es marcadamente antimigratoria, aunque con una base militante residual en Euskadi y en Gipuzkoa.
Precisamente, el acercamiento a la población migrante es una de las tareas pendientes del Movimiento Socialista, que sobre todo ha logrado tener contacto con este colectivo a través de los sindicatos de vivienda. «El proletariado migrante es un sujeto clave para construir una alternativa revolucionaria», aseguraban los miembros de GKS en una entrevista en Hordago-El Salto y admitían que «desde una organización política es difícil, cuesta llegar a estos estratos». En esta línea, GKS ha intensificado sus actividades, por ejemplo, en el barrio donostiarra de Egia tras la prohibición de las cenas solidarias.
Lo que también ha puesto en marcha EHKS es una discreta campaña de afiliación, que no ha tenido especial repercusión en redes sociales y que está impulsando en sus consejos locales a través del boca a boca. El partido comunista no ha publicado datos al respecto, pero aseguran que «bastante gente» va a realizar una aportación económica al movimiento. La cuota mensual va desde los 10 euros hasta los 100, y la anual desde los 120 hasta los 1.200. El movimiento trata así de ampliar sus ingresos, que se sustentan mayoritariamente en las txosnas y en la organización de otras actividades festivas.
La participación en unas elecciones todavía es un escenario muy lejano para la organización comunista, que desde su creación en 2019 ha criticado a los «políticos profesionales» y ha apuntado que «si participamos en las instituciones lo haremos para ahondar en la estrategia comunista». En todo caso, no descartan que las siglas de Euskal Herriko Kontseilu Sozialista puedan acabar en las urnas dependiendo de la contienda electoral y creen que en algunos pueblos de Gipuzkoa podrían lograr concejales e incluso ser decisivos en los ayuntamientos.
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