Las últimas horas de Fernando Buesa en Donostia
La capital guipuzcoana acoge hasta el 16 de enero una exposición sobre el exdirigente socialista asesinado por ETA en el año 2000
Aquel martes, sin ser consciente de que un destino cruel le estaba acechando, Fernando Buesa se encendió un puro, como era habitual en él, ... y puso rumbo a San Sebastián. Acudió a la presentación de un manifiesto por la paz, la libertad y el diálogo, además de participar en un acto de precampaña de la candidatura del PSE a las elecciones generales. Una visita fugaz a la capital guipuzcoana que también se produjo el sábado anterior, cuando el exdirigente socialista se unió a la manifestación de Basta ya! para exigir el fin del terrorismo de ETA. «San Sebastián –explicaba este martes Marta Buesa– tiene un significado especial y hasta simbólico, porque aquí pasó mi padre las últimas horas de su vida».
La hija de Fernando Buesa, asesinado junto a su escolta, Jorge Díez, el 22 de febrero del 2000, contaba este martes emocionada los últimos pasos que dio su padre antes de morir por la explosión de un coche bomba que ETA detonó a su paso en Vitoria, a primera hora de la tarde. Lo hizo este martes durante la apertura de la exposición 'Buesa. El valor de la palabra. El valor del compromiso' que acogerá hasta el próximo 16 de enero el Convento de Santa Teresa de la Parte Vieja donostiarra. Una muestra en la que, a través de fotografías, artículos de prensa, carteles, diversos materiales audiovisuales y objetos que pertenecieron a Buesa, se refleja su trayectoria personal y política, además de exponer la labor que la Fundación Fernando Buesa ha llevado a cabo desde que se cometió el atentado.
«Quisieron acabar con su voz, pero su familia y amigos quisimos mantener vivo su legado», sostuvo Marta Buesa, que aseguró que, con su vuelta a la capital guipuzcoana, «cerramos un círculo». «Esta exposición, además, es un tributo, una contribución a la memoria y a la deslegitimación del terrorismo de ETA», continuó la hija de Buesa, que defendió que «la memoria es imprescindible para que no se olvide lo que pasó, como un antídoto para que no se vuelva a repetir».
Los objetos personales
A lo largo de la exposición, destaca una vitrina donde se recopilan algunos de los objetos personales de Buesa: el segundo puro que guardaba aquel día en el bolsillo de su americana, el doble llavero en forma de corazón que compartía con su mujer desde que celebraron sus bodas de plata, una carta manuscrita dirigida a su hijo Carlos, el 8 de julio de 1988, mientras pasaba el verano en unos campamentos... Todo un sinfín de recuerdos que resumen una vida entera segada por la sinrazón etarra.
«Trayendo esta muestra a Gipuzkoa queremos completar las iniciativas que hemos desarrollado en el décimo aniversario del fin de ETA al recordar la figura de un político comprometido con la libertad y la pluralidad de nuestra sociedad», manifestó Harkaitz Millán, diputado foral de Cultura, departamento que ha colaborado junto a la Fundación Buesa en la organización de la muestra. Una exposición que, según destacó Eduardo Mateo –uno de los comisarios, junto a Antonio Rivera– «hace un recorrido por la historia de Euskadi, a través de la vida de Fernando Buesa, de lo que ha supuesto el terrorismo».
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