El euskera en la función pública y el estatus tensan las costuras de la coalición PNV-PSE
Los socialistas endurecen su perfil ante un posible escenario en el que los jeltzales busquen la sintonía con EH Bildu en debates identitarios
El nuevo curso político vasco viene marcado por un distanciamiento en las relaciones entre el PNV y el PSE, que han tensado las costuras de ... su alianza. En principio, ninguno de los dos partidos piensan realmente que la sangre pueda llegar al río. En el trasfondo de este alejamiento sobresalen dos cuestiones de notable alcance político. Por un lado, la negociación sobre la reforma del Estatuto de Gernika, en la que los socialistas ya han dejado claro que no admiten una revisión del marco jurídico-político que implique adentrarse en el terreno del derecho de autodeterminación. Por el otro, el reciente desencuentro entre el PNV y el PSE sobre una revisión de la Ley de Empleo Público en relación con las exigencias de euskera para acceder a puestos de trabajo en la Administración. El pasado jueves, PNV y EH Bildu dieron luz verde a presentar sendas propuestas para blindar el marco normativo ante recientes sentencias judiciales que han considerado excesivo el establecimiento de determinadas exigencias lingüísticas en algunas OPE locales . El PSE votó en contra.
Ambos factores enredan la alianza, aunque en el PNV y en el PSE se cree que el desacuerdo por las exigencias de euskera no se va a trasladar al debate del estatus del autogobierno. Desde EH Bildu se ha planteado una estrategia de concertación estratégica con el PNV que, en el fondo, busca acentuar las contradicciones en el seno de la coalición entre jeltzales y socialistas a partir de una premisa: no se puede obviar que existe una mayoría política y sociológica abertzale que debe marcar la orientación del debate. Los socialistas entienden que esta lógica resulta excluyente de la mitad del país, podría terminar en un choque de bloques identitarios que colapsaría la reforma del Estatuto y dinamitaría el consenso alcanzado para la normalización del euskera al comienzo del autogobierno.
Este es el contexto en el que el secretario general del PSE, Eneko Andueza, lanzó ayer todo un aviso para navegantes en una entrevista en El Correo en la que advirtió que si el PNV sigue esa deriva de más nacionalismo y derecho de autodeterminación, la coalición sí podría ponerse en peligro. Es un toque de atención. No tanto al lehendakari Imanol Pradales pero sí a Aitor Esteban, a quien se le señala que el PNV no puede actuar permanentemente bajo el síndrome de la rivalidad con EH Bildu, con miedo a perder por el flanco más soberanista. Si el PNV se decanta por esa línea más autodeterminista, el PSE entenderá que se quiebra el espíritu y la letra del acuerdo de gobierno, que recoge una apuesta por la reforma del Estatuto y un nuevo pacto «dentro de la legalidad».
No es previsible que el disenso sobre la exigencia del euskera se traslade a la discusión del estatus
Desde hace meses PNV y PSE tenían asumido su discrepancia en relación con la aplicación de algunos perfiles en la Administración. Este conflicto arranca con determinadas resoluciones judiciales que invalidan determinadas OPE municipales, que elevaban los niveles de exigencia en el conociniento del euskera por encima de los perfiles establecidos en función de la realidad sociolingüística de cada municipio y de las tipologías de los puestos que deben cubrirse. Para PNV y EH Bildu, existe una ofensiva judicial contra el euskera. Los jueces alegan que esos consistorios han pretendido cercenar el principio de igualdad en el acceso a un empleo público y que, por ejemplo, resulta discriminatorio pedir el conocimiento del euskera para una plaza pública que no tiene relación con los vecinos.
El asunto es espinoso. Para salir de este atasco, PNV y EH Bildu proponen debatir sendas reformas de la Ley de Empleo Público. El PSE se opone porque cree que las propuestas de los nacionalistas lesionan los derechos laborales.
Modelo confederal
Otra cuestión es el debate del estatus. El debate de fondo no estriba tanto en torno al derecho a decidir, sino a la definición de un modelo singular que sea viable con el modelo autonómico y la propia Constitución. Los socialistas ya han advertido que su defensa de un nuevo pacto estatutario no implica que avalen el cambio hacia un nuevo modelo confederal de forma encubierta. El PNV cree que Andueza juega a la escenificación pero sabe que, sin los socialistas, no hay reforma factible.
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