Donostia homenajea por primera vez a María José Bravo, violada y asesinada por el Batallón Vasco español hace 41 años
Ayuntamiento, familia y vecinos recuerdan este mediodía con una ofrenda floral y la colocación de una placa a la joven que entonces contaba con solo 16 años
«Hoy recordamos a María José porque es necesario recuperar la memoria de las víctimas del terrorismo de nuestra ciudad y darles visibilidad en el espacio público». Así se ha expresado Eneko Goia durante el homenaje que el Ayuntamiento de San Sebastián ha rendido a María José Bravo, la joven de 16 años, violada y asesinada por el Batallón Vasco Español el 7 de mayo de 1980. En la plaza Latsari del barrio de Loiola, junto al portal de la casa donde vivía con sus padres y sus dos hermanos, se ha descubierto este mediodía una placa en su memoria, la primera que el consistorio dedica a una víctima de la extrema derecha. Con ella son doce las que ha colocado en la ciudad para dar visibilidad en el espacio público a las víctimas del terrorismo y la violencia de motivación política.
Decenas de rosas blancas y la música de la Banda de Txistularis han acompañado a los familiares, visiblemente afectados, de María José Bravo. La joven estudiante donostiarra tenía solo 16 años cuando un comando del grupo ultraderechista la señaló como etarra. Le pegaron una paliza a su novio y a ella la secuestraron, la violaron y la golpearon con un bate de béisbol hasta su muerte en un camino que va de Loiola a Zorroaga. Un brutal crimen que nunca se esclareció y que ocho años después se cobró la vida de su novio, Francisco Javier Rueda Alonso, que falleció como consecuencia de las secuelas que le dejó aquella agresión junto a su compañera sentimental. Reivindicado por el Batallón Vasco-Español, el asesinato nunca se investigó.
La familia de María José Bravo ha rememorado hoy un crimen silenciado durante 41 años en un acto muy emotivo encabezado por sus dos hermanos y su ahijada, Zuriñe Bravo, que han estado arropados por amigos, vecinos, la directora del Instituto de la Memoria Gogora, Aintzane Ezenarro, y representantes de todos los partidos del Ayuntamiento donostiarra, con su alcalde a la cabeza, salvo EH Bildu que, sin embargo, sí ha participado en el acto celebrado con anterioridad en el consistorio y ha excusado posteriormente su presencia en la plaza Latsari.
«Agradecemos este gesto. Cuando ocurrió no se hizo nada, ni una condolencia ni una palabra de un representante político. No fue nadie a decir nada a mi familia. Nos dejaron desamparados completamente», ha confesado emocionada Zuriñe, aunque ha subrayado que años después, el Gobierno Vasco de Patxi López la reconoció como víctima. Sin embargo, el Gobierno central no ha admitido todavía el caso de María José.