Amaia Guridi: «Deben pedir perdón, a todas las víctimas y a la sociedad, por todo el daño injusto causado y por destrozarnos la vida»
Viuda de Santiago Oleaga, director financiero de El Diario Vasco, asesinado por ETA el 24 de mayo de 2001 ·
«Tienen que decir que matar estuvo mal, que ETA nunca debió existir y que todos los asesinatos fueron injustos»A. GONZÁLEZ EGAÑA
SAN SEBASTIÁN.
Viernes, 4 de mayo 2018, 06:56
En apenas 20 días, el próximo 24 de mayo, se cumplirán 17 años del asesinato de Santiago Oleaga. A pesar del tiempo transcurrido, su viuda, Amaia Guridi, se sigue sobrecogiendo cuando recuerda aquella trágica mañana de 2001 en San Sebastián, en la que ETA asesinó a su marido, el director financiero de El Diario Vasco. Hoy, cuando la banda terrorista acaba de anunciar su desaparición, sigue sin entender «cómo han podido generar tantos años de sufrimiento» y «por qué no han sido capaces de parar antes». Guridi reivindica el relato «veraz». En su caso es muy claro: «Me quedé sin marido y mis hijos sin padre injustamente, por una sinrazón», describe mientras recuerda que Santi acudía desde hacía un mes a la Fundación Matía para realizar ejercicios de rehabilitación por una lesión en el hombro provocada por su afición a la pala, y allí mismo, a las ocho y media de la mañana, fue tiroteado por la espalda y alcanzado por siete disparos mortales efectuados por el etarra Luis María Carrasco Aseginolaza, mientras Ibon Etxezarreta Etxaniz estaba esperando en los alrededores del centro. Acababa de estacionar su vehículo en el aparcamiento, se bajó y le acribillaron hasta la muerte.
-¿Saber que ETA desaparece le puede ayudar a sobrellevar un dolor que, en su caso, dura ya casi diecisiete años?
-Sí. Para mí lo importante ocurrió el 20 de octubre de 2011 cuando dijeron que paraban de matar, de extorsionar y que dejaban en paz a esta sociedad que ha sufrido tanto. Para mí, ahí se acabó todo. Lo demás son florituras, creo que solo están pensando en sus presos, no en las víctimas, pero es que además me da igual. No me interesa nada más. Además, me parece todo muy poco creíble, no me convence. Me pasó igual con el comunicado sobre el daño causado. No vi nada positivo hacia las víctimas. Y que hagan distinciones entre unas víctimas y otras me parece totalmente cruel.
-¿Qué estado de ánimo le deja la noticia de este final definitivo?
-Mi estado de ánimo empeoró con el comunicado sobre el daño causado. Lo he leído varias veces y cada vez me produce más estupor. Si realmente lo tienen súpersencillo, no tienen que adornar nada. Con pedir perdón a todas las víctimas y a toda la sociedad y decir que fue injusto, no hace falta nada más. Pero, no lo dicen y creo que no lo van a decir. La palabra injusto tenía que estar repetida continuamente en su comunicado y no la he visto por ningún lado. Ninguno debió ser asesinado.
-¿Qué le parece que haga hoy el acto de 'despedida' en una villa señorial en Kanbo?
-Me deja indiferente. Lo que tienen que decir muy claro es la palabra disolución. ¿Por qué han tardado tanto tiempo? No veo más que justificaciones. Han pasado seis años y pico desde el cese de su actividad armada y no llego a entender que no hayan sido capaces de dar el paso hasta ahora.
-¿Es el momento, ahora, de centrarse en el relato y que sea «veraz», como ha reclamado usted en alguna ocasión?
-Lo importante es escuchar a todas y cada una de las víctimas porque cada una tiene su relato, su dolor y su vivencia. Eso es lo que hay que plasmar. Hemos llevado el dolor como hemos podido. Para mí no hay más historia que el relato de cada víctima.
-¿Cuál es el suyo?
-Mi relato es que me quedé sin marido y mis hijos sin padre injustamente, por una sinrazón. Te cambia la vida de tal manera... De estar disfrutando de un recorrido vital perfecto, he tenido que vivir otro que no quería y que me lo ha impuesto la banda terrorista ETA.
-¿Teme que tras la desaparición de ETA la sociedad se olvide de las víctimas?
-Va a haber un deseo de cerrar ya la pesadilla que ha tenido esta sociedad. Pero, para las víctimas, es muy importante que haya siempre un recuerdo, porque son más de 800 asesinados que merecen memoria y un relato veraz y justo. También creo que está en la mano de las víctimas que no se olvide. Nosotras, desde luego, no vamos a hacerlo porque no podemos, vivimos con ello. ¿Cuántas generaciones tienen que pasar para que se vaya mitigando tanto dolor?
-¿En el caso de sus hijos, que siempre se han mantenido muy reservados, este nuevo escenario les puede ayudar a aflorar sentimientos que hasta ahora han mantenido «ocultos en un cajón», como suele explicar usted?
-Lo que más les influyó fue la decisión de 2011 cuando ETA anunció que dejaba de matar. En ese momento pensaron que ya nadie iba a pasar por lo que habían pasado ellos. Eso les alivió porque es inhumano lo que nos han hecho pasar, es un sufrimiento que no se imagina más que otra víctima.
-¿Qué papel cree que tienen que tener las víctimas ahora?
-Tenemos mucho que decir en el relato que va a quedar para la historia. Hablar de lo que le pasó a Santi es muy doloroso para mí, para mis hijos y para toda mi familia. A mí me cuesta mucho, pero debemos contar lo que hemos pasado y lo injusto que ha sido.
-A algunas víctimas de ETA les molesta que a la hora de hacer el relato se incluya a los afectados de todas las violencias «en un mismo saco». ¿Usted qué opina?
-Creo que no hay que mezclar a las diferentes víctimas. Es suficientemente amplio el tema como para no mezclarlo con nadie. Apoyo completamente a todas las víctimas, pero no encuentro sentido a que se mezclen con las de ETA. Algunos pueden caer en la tentación de que cuanto más grande sea el saco, se diluya a las víctimas del terrorismo. Y además ¿por qué?, ¿qué sentido tiene?, ¿para qué se quiere diluir?, ¿para que no se explique tan crudamente y con tanto dolor todo lo que ha pasado? No me parece ni justo ni necesario.
«Para mí lo importante ocurrió el 20 de octubre de 2011, cuando dijeron que dejaban de matar»
«Mi relato es que me quedé sin marido y mis hijos sin padre por una sinrazón»
«¿Cuántas generaciones tienen que pasar para que se vaya mitigando tanto dolor?»
«Era una buena persona, entregado a su familia y a su trabajo. Fue tan injusto que le asesinaran...»
«La distinción entre víctimas me pareció muy cruel y me generó más daño todavía»
«Los más culpables son los que han estado detrás tramando todo»
-¿Cómo se debería actuar en ese terreno, entonces?
-Se puede hablar de todo, pero en distintos 'libros', no tenemos por qué abrir un 'libro' y mezclar todo. Yo me los voy a leer todos, pero no hace falta mezclar. ¿También vamos a sumar a las víctimas del bombardeo de Gernika como decía ETA en su comunicado? Es un sinsentido... No encuentran excusas, no encuentran cómo edulcorarlo... En su último comunicado tenían que haber utilizado cuatro palabras, dos frases...
-¿Cuáles?
-Primero pedir perdón. Y eso que a mí personalmente me da igual, me han destrozado la vida. Debe ser un perdón al conjunto de todas las víctimas y a esta sociedad, a la que han condenado a este horror de años de sufrimiento. Y tienen que decir que matar estuvo mal y que ETA nunca debió existir y que todos los asesinatos han sido injustos. Y ya no digas nada más. Punto final.
-¿Se creyó la afirmación de ETA de que reconoce el daño causado?
-Pienso que algunos habrán hecho esa reflexión y lo sentirán, pero, en general, no. Porque creo que no va dirigido a las víctimas ni a la sociedad, únicamente tiene que ver con el problema que tienen con sus presos. Yo no necesito ningún perdón.
-¿Le dolió la distinción entre víctimas que hizo ETA en el comunicado del daño causado?
-Me pareció muy cruel y lo que me generó fue más daño. Me pareció inhumano. Lo cierto es que tampoco esperaba humanidad de una banda terrorista cuando han matado a mi marido...
-¿Al leer los últimos comunicados le ha venido a la cabeza el recuerdo de aquel 24 de mayo o ya, con el paso del tiempo, ha aprendido a controlar los sentimientos?
-Ahora voy más a analizar si hay sinceridad, si hay algo que me alivie, pero es que no he encontrado nada. Y nada es nada. Y lo más terrible es que diferencien entre unas víctimas y otras...
-¿Si tuviera la oportunidad de escribirle una carta a ETA, qué le diría por haber causado tantos años de sufrimiento a tantas víctimas como usted?
-Uf! (silencio) Lo primero que le diría es que no puedo entender que se haya tenido que padecer ese sufrimiento durante tantas décadas. Me parece terrible. En esa carta yo escribiría: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?... Tantos como los más de 800 y pico asesinados que han causado. ¿Qué habéis ganado?
-¿Se sigue preguntando por qué Santi? ¿Le gustaría saber la respuesta?
-Yo creo que ni ellos saben por qué. No fue porque era Santi, sino por lo que representaba. Si hubiera estado trabajando en el hotel María Cristina, por ejemplo, no le hubieran asesinado. Fue por trabajar donde trabajaba, no porque era Santi de Durango. Eso lo tengo muy claro. No me lo han dicho ellos, pero no hace falta que me lo digan. Tenían un objetivo que era El Diario Vasco, vieron que no llevaba escolta y que era un blanco fácil. Así de claro lo veo. ¿Qué me van a explicar ellos ahora?
-¿Cómo le gustaría que se recordara a Santiago Oleaga?
-En abril hubiese cumplido 71 años, estaría jubilado, encantado de la vida. Me gustaría que se le recordara como una buena persona, entregado a su familia y a su trabajo. Me parece tan injusto que le asesinaran, tan injusto...
-¿Los gobiernos han actuado correctamente con las víctimas? ¿Se ha sentido arropada?
-Con el Gobierno Vasco me he sentido muy respaldada desde un principio con apoyo psicológico y con otro tipo de ayudas. Y lo mismo con el Ayuntamiento de San Sebastián, que han tenido muchos gestos, tanto por parte del PSE como ahora por parte del PNV.