Franck Dolosor
El periodista labortano Franck Dolosor narra en un libro la historia de la única unidad militar vasca que luchó contra los nazis en Francia hace 80 años
El periodista y escritor Franck Dolosor presentó ayer en San Sebastián, de la mano de la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, su último libro ' ... Gernika Batailoia, askatasunaren ametsa' (Ed. Pamiela), en el que narra, en euskera, la historia de la única unidad militar vasca que luchó contra los nazis en Francia en la Segunda Guerra Mundial. «Este trabajo va más allá de la investigación, es un compromiso y un reconocimiento a aquellos gudaris. Debemos seguir recordándoles», asegura el autor.
–¿Qué fue el batallón Gernika?
–Fue una unidad de combate de unos doscientos hombres formada por el Gobierno Vasco en el exilio, la única unidad militar vasca que luchó contra los nazis en Francia hace 80 años. Combatió con el ejército francés en la batalla de la Pointe de Grave, cerca de Burdeos, uno de los focos de resistencia nazi que quedaba en Francia durante la Segunda Guerra Mundial.
–¿Por qué le ponen el nombre de Gernika?
–Ciertamente, el nombre de esta unidad militar llama mucho la atención porque todos pensamos en el bombardeo del 26 de abril de 1937, cuando la localidad vizcaína quedó arrasada. Muchos aseguran que fue, de hecho, el ensayo general de la Segunda Guerra Mundial. Y por eso mismo, ocho años más tarde, hace 80 años, el Gobierno Vasco y los gudaris retomaron ese nombre de Gernika para participar en una de las últimas batallas contra los nazis.
–En su libro 'Gernika Batailoia, askatasunaren ametsa' narra la historia de aquellos gudaris. ¿Tuvo la oportunidad de hablar con algunos de ellos?
–En 2015 nos encargaron un documental sobre el batallón Gernika en el que entrevistamos a dos gudaris y ahora, diez años después, este libro es una continuación de aquel trabajo. Profundizo en el contexto y aporto más datos, más documentos, fotografías, documentos inéditos y también dos nuevos testimonios. Este libro va más allá de lo que es una labor de investigación es un trabajo con mucho compromiso y con mucho respeto, es un reconocimiento a esos hombres. Todos ellos han fallecido, es triste, pero más triste sería no recordarlo. Debemos seguir recordando.
«Gracias a mi trabajo pude contar a la familia de Antxon Múgica la historia de su hermano. Solo sabían que murió en 1945»
–¿Cómo surgen esos dos nuevos testimonios?
–Después del documental pude entrevistar a otros dos gudaris. El donostiarra Javier Brosa, que vivió durante años en México, y el conocido como el gudari burgalés, Miguel Arroyo, que falleció el pasado febrero en Anglet. Arroyo se acercó un día a la proyección pública de documental en el museo Vasco de Baiona y al finalizar se levantó, vino hacia mí y me dijo: «Señor, todo lo que cuenta en su película es verdad, lo sé porque yo estaba allí. El segundo, detrás del comandante Kepa Ordoki, soy yo». Me quedé muy sorprendido. Arroyo me dio su testimonio, archivos, una caja para municiones y una fotografía inédita que se ha convertido en la portada del libro. Allí comenzó una gran amistad.
–¿Qué le llevó a investigar sobre el batallón Gernika?
–El batallón Gernika lo formaban hombres de los cuatro territorios, Gipuzkoa, Bizkaia, Álava y Navarra, que se encontraban en el exilio en los años 44 y 45, aquí en Iparralde. Bajo la supervisión del Gobierno Vasco, también en el exilio, organizaron esta brigada vasca, muy plural, con mucha gente del PNV, detrás del lehendakari Agirre, pero también socialistas, comunistas, anarquistas, y gente de ANV, como el propio comandante Kepa Ordoki. Menos los franquistas estaban todos representados. Eso me causó mucho interés porque es algo que ha pasado muy pocas veces en la historia del País Vasco. Tras el armisticio llevaron a 113 hombres a París, a un entrenamiento militar de muy alto nivel, por parte de británicos y americanos. El objetivo de esta misión secreta era crear el embrión de la Ertzaintza, reunir los vascos con mejor formación militar, pero finalmente se quedó ahí.
–Con la familia del gudari Antxon Múgica vivió una anécdota muy emotiva. ¿Cómo fue?
–Cuando grabamos el documental y hablamos de Múgica en los informativos de ETB, nos llamó la familia desde Donostia diciendo que habíamos citado a un hermano del que solo sabían que había muerto en el año 1945. Les dije que me acababa de enterar de la historia de su familiar porque habíamos estado en el lugar donde estaba enterrado y tenía fotografías de la tumba ubicada en un cementerio militar. Les dije que yo mismo me iba a trasladar a Donostia a explicarles todo lo que sabía. Para mí fue el día más importante de mi vida como periodista. La familia lloraba al descubrir setenta años después, gracias a nuestro trabajo, lo que le había pasado a su hermano Antxon.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.