¿Crisis de gobierno tras las vacaciones?
ANÁLISIS ·
Después de la profunda renovación en la dirección del PSOE, Pedro Sánchez podría barajar cambios en su gabineteUn año después de que Pedro Sánchez acometiera en su gabinete una profunda remodelación en la mesa del Consejo de Ministros los astros parece que ... pueden alinearse para que el presidente vuelva a meter el bisturí en su Ejecutivo y enseñar el túnel de vestuarios a más de un ministro chamuscado por los rigores de la gestión gubernamental. La abultada derrota que encajaron los socialistas en Andalucía ha obligado a reaccionar a Sánchez para echar mano a su particular 'manual de resistencia' con el fin de remontar el terreno perdido en los últimos meses, tanto en las urnas –véase Madrid, Castilla y León y Andalucía– como en los sondeos demoscópicos, en los que hasta el CIS de Tezanos ya sitúa al PP de Feijóo por delante de los socialistas. Sin duda, las alarmas ya han comenzado a sonar en Moncloa y Sánchez ha decidido echar el resto antes de la celebración de las elecciones generales a finales del próximo año.
El presidente, que no pudo disimular su contrariedad en la ejecutiva federal del PSOE que se celebró al día siguiente de las elecciones andaluzas, tenía claro que debía darle la vuelta al calcetín de su partido si quería recuperar la iniciativa política, difuminada según se han ido celebrando las últimas citas electorales.
Tras la cumbre de la OTAN en Madrid, donde el presidente logró abrillantar su hoja de servicios en la gestión de esa trascendente cita de la alianza atlántica, Sánchez abrió en canal el partido para ubicar en lo más alto del aparato de dirección a ministras de su máxima confianza –Montero y Alegría– para mejorar y reforzar la coordinación en el trabajo de equipo entre Ferraz y Moncloa, que en algunos momentos del devenir de esta legislatura había quedado en evidencia. Por ejemplo, la negociación de la Ley de la Memoria con EH Bildu antes del debate del estado de la nación fue una piedra sobrevenida en el zapato del presidente. Todavía hay voces internas que consideran que ese acuerdo se podía haber situado en otras fechas del calendario y que además tampoco se reaccionó en tiempo y forma para contrarrestar el relato de los independentistas sobre su influencia en esa ley. Sin embargo, y a pesar de esas disfunciones, el presidente salió airoso del debate, pudo amortiguar el temible 'efecto Feijóo' y, de paso, cogió oxígeno para acometer un revolucionario cambio de alineación en la dirección del PSOE, con el 'fichaje' de Patxi López incluido.
El presidente busca mejorar la coordinación entre Ferraz y Moncloa de cara a las elecciones
Sánchez, que afrontará 2023 con una dirección en Ferraz de marcado espíritu 'monclovita', quiere batirse el cobre en las municipales, que serán como una especie de primera vuelta de las generales de final del próximo año. Expertos demoscópicos consideran que si los socialistas aguantan la 'escapada' de los populares en las encuestas y entre ambos partidos no se abre una brecha importante en las municipales, Sánchez podría vender cara su derrota en las generales.
Para evitar que elementos externos económicos, como la inflación, las medidas energéticas o la alargada sombra de una recesión, puedan erosionar a su Gobierno en la recta final de la legislatura, desde diferentes medios políticos se baraja que Sánchez, a la vuelta de las vacaciones, pueda abrir una crisis de gobierno para incorporar en su gabinete a nuevos ministros de marcado carácter político que defiendan con solidez las siempre delicadas medidas que en los próximos meses se puedan tomar para resistir los embates de la crisis. También Sánchez deberá tener cuidado en no cometer errores de bulto, como el de no trasladar ni compartir el contenido del plan de medidas energético con las autonomías. La gestión del departamento dirigido por Teresa Ribera sobre estas medidas ha sido muy mejorable. El lehendakari Urkullu tenía razón.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión