Arranca la construcción de la nueva cárcel de Zubieta, que abrirá en primavera de 2023
La prisión y el CIS que sustituirán a Martutene contarán con capacidad para 500 personas y los gestionará el Ejecutivo vasco tras el traspaso de los Centros Penitenciarios
La nueva cárcel de Zubieta ya está en marcha. Los operarios y las máquinas llevan todo el verano realizando los trabajos de cimentación para ... construir el complejo Norte III que sustituirá a la antigua cárcel de Martutene en primavera de 2023. Esa es la fecha prevista para que concluyan unas obras que, después de años de demora y cambios de proyecto, comenzaron a finales de mayo, el último plazo comprometido, y tienen por delante otros 20 meses para su conclusión. La obra corre a cargo del Gobierno central, que la finalizará a pesar de que este viernes se materializará el traspaso de la competencia de Prisiones a Euskadi. Pero una vez que la nueva cárcel esté construida, pasará a manos del Gobierno Vasco, que será quien la gestionará desde el mismo día de su inauguración. En ese momento, los actuales terrenos de Martutene pasarán a ser de nuevo titularidad del Estado, aunque con la previsión de que el Ayuntamiento de San Sebastián los adquiera para continuar con la urbanización de toda la vega del Urumea.
En los terreno de Zubieta, situados en el polígono de Ezkuzaitzeta, ya se observan los primeros trabajos realizados. Entre varias grúas de gran tamaño, los operarios avanzan en el forjado de planta baja de varios edificios que conformarán el penal, que contará con capacidad para 500 reclusos. Además, el complejo dispondrá de un Centro de Inserción Social (CIS) para personas en régimen de semilibertad con 50 plazas.
LAS CLAVES
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22 meses es el plazo para construir el Centro Norte III. La construcción comenzó antes del verano y está previsto que finalice en la primavera de 2023.
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Capacidad Seis módulos con 234 celdas dobles, uno de ellos para mujeres, con 25 celdas. Tendrá hasta 500 plazas.
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Coste El proyecto se adjudicó por 38,8 millones, un 5,9% menos que el presupuesto de licitación (41,3).
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CIS Tendrá 52 habitaciones para personas en régimen de semilibertad.
La UTE de empresas formada por Acciona, Cycasa Canteras y Construcciones Murias se hizo con el contrato de 38,8 millones de euros, un 5,9% menos que la estimación original (41,3 millones sin IVA), con el plazo de 22 meses para edificar el centro que se presentó como «el más moderno de España» con una estructura destinada al objetivo legal de «la reeducación y reinserción social», y con un plan de eficiencia energética para lograr que sea «sostenible».
A pesar de que la construcción correrá a cargo del Gobierno central, será el Ejecutivo vasco el que asumirá la gestión completa de este penal a partir de 2023. La nueva cárcel ocupará un espacio de 35.800 metros cuadrados en el polígono donde se sitúa la incineradora. Según la descripción y la maqueta presentada, la estructura se asemejará a una «pequeña ciudad» donde los equipamientos se distribuirán en torno a una avenida central ajardinada que servirá de zona de paso entre los distintos edificios.
El centro penitenciario tendrá capacidad para unos 500 reclusos. Un tamaño medio suficiente para atender a las cerca de 300 personas que cumplen condena en Martutene.
La nueva prisión se dividirá en seis módulos residenciales con 234 celdas dobles. Uno de esos módulos, con 25 celdas, estará destinado a mujeres. El módulo de ingresos contará con 36 celdas. Y se dispondrán otras siete para el régimen disciplinario, aunque Zubieta no tendrá celdas de régimen cerrado o primer grado. El diseño orienta la estructura del complejo hacia el objetivo legal de «la reeducación y reinserción social», no solo para «la función punitiva» con la que fue concebida Martutene, según indicó en su día el ministro, que ahora deja en manos del Ejecutivo vasco la consecución de ese fin.
Nuevo espacio para perros
La prisión contará además con 15 camas en enfermería, cocina, lavandería, un edificio deportivo-cultural, cinco talleres productivos para el trabajo remunerado de los internos, patio o un edificio dedicado a las comunicaciones exteriores, con espacio para las visitas y con un sistema de videoconferencias reforzado. Tendrá, además, edificio de control de accesos, salidas y tránsitos o talleres productivo y ocupacional.
El centro de inserción social para reclusos en régimen de semilibertad dispondrá de 52 habitaciones. En él se instalará el Sistema de Gestión de Penas y Medidas Alternativas que administra los programas o trabajos en beneficio de la comunidad como sanción alternativa a la privación de libertad.
Además, como novedad, Siepse incluye en su información sobre el nuevo centro otra «construcción con caniles» para la «custodia de los perros que se utilizarán en talleres en los que los internos se interrelacionarán con estos animales». Hay ya experiencias de este tipo en marcha en otras prisiones, con el fin de que el cuidado de los animales ayude a reducir niveles de ansiedad y a mejorar conductas y la relación de los internos.
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