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Los nervios están a flor de piel en Navarra. Si para el día 28 de este mes el PSN y Geroa Bai no llegan ... a un acuerdo que permita la reelección de la socialista María Chivite como presidenta, la comunidad foral se verá abocada a repetir las elecciones. De lo contrario, el bloque de la derecha (UPN-PP-Vox) podría hacerse con el Ejecutivo al contar en el Parlamento foral con una mayoría simple de veinte escaños, suficientes para lograr este objetivo y situar como presidente a Javier Esparza (UPN), cuyo partido ganó los comicios. Esta posibilidad solo se puede cortocircuitar si EH Bildu se pone en acción y así ha sido ofreciendo su apoyo al PSN.
De momento las espadas entre el PSN y Geroa Bai siguen en alto y si ninguno de los dos cede la convocatoria electoral, con un resultado incierto, aparece como un escenario verosímil. De ahí que este martes EH Bildu, por boca de su portavoz en el Parlamento navarro, Laura Aznal, ofreciera sin condiciones la posibilidad de que la coalición desbloquee la situación votando a favor de la investidura de Chivite, previa consulta con la militancia.
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Aznal se ha mostrado crítica con «la guerra de cargos» en la que se han enzarzado los dos partidos coaligados en el Ejecutivo en la pasada legislatura, junto a Podemos. En este sentido, ha advertido de que está en juego «el futuro de la gente. No estamos dispuestos a desoír lo que han dicho las urnas: la sociedad navarra no quiere que gobierne la derecha». La portavoz de EH Bildu ha subrayado que los navarros no entenderían una repetición electoral porque existe la posibilidad de conformar mayorías alternativas.
Los 9 escaños independentista logrados el 28-M sumados a los 11 del PSN y a los 3 de Contigo sumarían 23 a favor de Chivite, insuficientes para auparla en una primera votación a la presidencia por mayoría absoluta, pero sí le permitiría alcanzar esta objetivo por mayoría simple en una segunda ronda. El bloque de la derecha dispone de 20 escaños y solo superaría al progresista si atrajera a Geroa Bai, algo impensable.
Esta postura pragmática ha sido una constante de EH Bildu a lo largo de la pasada legislatura. De hecho, sin la abstención de dos parlamentarios de esta coalición Chivite no habría sido presidenta de Navarra –los otros cinco votaron en contra–. El Ejecutivo formado por PSN, Geroa Bai y Podemos también ha contado con el apoyo externo de EH Bildu para la aprobación de los presupuestos.
Tras las elecciones del 28-M pocos ponían en duda que el tripartito se iba a reeditar y que seguiría contando con el balón de oxígeno de EH Bildu. Aquellos comicios dejaron a PSN, Geroa Bai y Podemos con 21 escaños, muy lejos de los 26 que suponen la mayoría absoluta y solo con uno más que el bloque UPN-PP-Vox. Por tanto, los 9 de EH Bildu vuelven a ser cruciales para conformar una mayoría progresista.
El choque entre el PSN y Geroa Bai no se produce por diferencias ideológicas insalvables. De hecho, en la pasada legislatura el Ejecutivo de coalición discurrió con relativa calma, alterado solo por cuestiones como la implantación del euskera.
El escollo radica en el reparto de las consejerías. El Gobierno que en 2019 pactaron los dos partidos en liza y Podemos (hoy en Contigo) dejó en manos de los socialistas la presidencia y ocho departamentos. Geroa Bai se quedó con cuatro y Podemos con uno.
La propuesta trasladada por los socialistas supone asumir nueve consejerías, mientras que para Geroa Bai serían tres y Contigo mantendría una.
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