Begoña Pedrosa, continuismo para afrontar grandes desafíos

Pradales apuesta, de esta manera, por un perfil continuista al frente de una cartera que afronta grandes desafíos. Algunos son inmediatos, como la huelga en la concertada, donde los sindicatos amenazan con retomar las movilizaciones, o el conflicto con el transporte escolar, que puede poner en jaque, otra vez, el arranque de curso. En el medio y largo plazo, deberá afrontar la preocupante caída en el nivel académico de los estudiantes vascos. El próximo año escolar será el primero con la nueva Ley de Educación en vigor, el instrumento principal con el que cuenta Euskadi para ello.

Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Deusto, Pedrosa habla con fluidez euskera, castellano, inglés y catalán y ha trabajado como profesora e investigadora, área a la que más años ha dedicado de su carrera profesional. Es doctora en Lingüística Aplicada por la UPV/EHU. También se ha formado en la Universidad de Illinois (Estados Unidos) y en la Universidad de Mondragón, donde cursó un máster en Business Administration.

Su vínculo con esta última institución académica es clave en su trayectoria. Fue decana de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación entre 2014 y 2020 y desde este puesto dio el salto al departamento para formar parte del equipo de Jokin Bildarratz. La Universidad de Mondragón tiene mucha influencia en las políticas educativas vascas.

Casualidad o no, en Mondragón también estudió la carrera, el doctorado y fue líder estudiantil Pello Otxandiano, uno de los cerebros de EH Bildu en materia educativa y ahora jefe de la oposición. Precisamente Pedrosa fue la principal artífice de los contactos entre el Departamento de Educación y la coalición abertzale en el contexto de la reforma educativa. Si bien finalmente Bildu votó en contra de la norma, lo cierto es que buena parte de sus contenidos llevan su firma. Por ejemplo, los consejos escolares municipales, los órganos en los que están presentes centros educativos y ayuntamientos para diseñar y definir algunos aspectos de los currículos académicos u organizar las extraescolares.

Pedrosa ha sido una pieza clave en todo ello. Desde que llegó a la consejería, su figura no ha hecho más que crecer. En el último año ha sido el rostro visible del departamento en diversas iniciativas de calado: la formación del profesorado para contrarrestar los efectos de la pornografía entre los menores; el nuevo plan para reforzar el papel de los orientadores escolares; el cribado para detectar alumnado de altas capacidades; o el impulso a los planes de lectura. Y todo esto mientras no se desgastaba con problemas de gestión, como la huelga en la enseñanza concertada o el conflicto en el transporte escolar. Sí tuvo que dar la cara tras los pésimos resultados en el informe PISA, pero lo hizo de forma conjunta con Bildarratz.

Pero quizás el asunto que más ha proyectado su figura política ha sido todo lo relacionado con el uso de teléfonos móviles en los colegios, un tema que ha cobrado especial relevancia en toda España durante este curso. Euskadi es la única comunidad autónoma que ha renunciado a establecer una normativa común para todos los centros. Pedrosa fue la encargada de explicarlo y señalar que Euskadi tiene su «propia hoja de ruta» en cuanto a digitalización.