Anjel Oiarbide: «Hemos sacado el derecho a decidir del barrizal en el que estaba»
Anjel Oiarbide (Portavoz de Gure Esku Dago) ·
«El reto en la nueva etapa es plantear a ciudadanía y partidos cómo adquirir y legalizar las herramientas democráticas paratomar decisiones»Anjel Oiarbide (Idiazabal, 1974) ha sido el alma mater de Gure Esku Dago, la plataforma ciudadana por el derecho a decidir ... que ha celebrado más de doscientas consultas ciudadanas en municipio y dos masivas cadenas humanas en sus seis años de existencia. Anjel Oiarbide volverá a su trabajo como arquitecto técnico en una empresa de su pueblo y cede la portavocía en la nueva etapa que la asociación abrirá este domingo en el Euskalduna de Bilbao.
- ¿Está el derecho a decidir más cerca de materializarse hoy que hace seis años?
- No tengo ninguna duda. Está mucho más cerca. En estos seis años hemos hecho el camino previo. Decíamos en su día que el derecho a decidir, el derecho de autodeterminación, estaba en el barrizal y en estos seis años lo hemos limpiado y socializado. Era un tema visceral y hemos demostrado que podemos debatir y acordar sobre él sin enfadarnos. Y hemos demostrado la capacidad de la sociedad de influir en las instituciones. Estos seis años han sido un ensayo, hemos alimentado un debate y complicidades, y en la nueva etapa toca pasar a los compromisos.
- ¿En esta nueva etapa de Gure Esku Dago, aunque usted ya no esté al frente, se marcan un plazo de tiempo para aplicarlo?
-La mayor garantía para llegar a este escenario es la voluntad y determinación de la sociedad. Hace seis años dijimos que en Europa se había puesto en marcha un tren que tenía una parada en 2014 en Escocia y cuyos carriles llegaban a Cataluña. Veíamos lejos que llegaran aquí pero hoy es el día en que aquí se está institucionalizando el debate.
«El día en que Euskal Herria haga una consulta vinculante, la participación será histórica»
«Hay que sincronizarla reivindicación con Cataluña y las consultas de monarquía o república»
- En el contexto se aprecian problemas. Una gran incertidumbre en Cataluña con el juicio del procés, y unas elecciones en España en las que puede imponerse una mayoría de derechas con aires recentralizadores. ¿Cómo lo ve?
- Nosotros no hablamos de independencia sino de crear un espacio democrático. Lo que no podemos tomar como normal son escenarios anormales como el del Estado español hacia Cataluña, o el del mismo Estado español. El escenario normal es el que se está dando en países de Europa donde los problemas políticas tienen las suficientes herramientas democráticas para pasar de ser un problema a ser un reto político. No vamos a asumir como normal que a estos retos se les den salidas jurídicas o penales. Nos sorprende cuando se habla de sensibilidades políticas que sostienen o no el derecho a decidir. Esto en el Reino Unido ni se plantea, porque todas las sensibilidades soportan la democracia. No es un tema identitario o de banderas, sino de cultura democrática y de respetar la voluntad de la ciudadanía.
Cadenas y consultas
- Pero en Euskadi este tema siempre ha estado muy polarizado. ¿Una espina para Gure Esku Dago ha sido el no atraer a sectores del constitucionalismo español, singularmente del PSE-EE?
- Este es un camino para un punto de encuentro de toda la sociedad, aunque luego haya quien luche por el 'no', como ocurrió con la independencia de Escocia. Hay que profundizar muchísimo porque todavía existen vacíos en este punto de encuentro y no debe verse como normal que un constitucionalista no quiera el derecho a decidir. El derecho a decidir no debe ser algo que se refleje solo en el 74% de los electos que lo defienden en el Parlamento de Vitoria, sino que es del cien por cien de la ciudadanía vasca. Ahí no sobra nadie.
- ¿En estos seis años qué ha sido lo más satisfactorio. Las dos multitudinarias cadenas humanas de 150.000 y 200.000 personas?
- El día álgido está por llegar. Gure Esku Dago no nacía solo para reivindicar sino para hacer la transición desde la reivindicación a la decisión.
- En el otro lado de la balanza, ¿le hubiera gustado más participación en las consultas populares organizadas en los municipios? ¿Se ha cojeado ahí?
- No creo. El día en que se haga una consulta jurídicamente vinculante, esa participación será histórica en este pueblo, como fue en Escocia. Este tema importa y muchísimo a la sociedad vasca. Las consultas locales de Gure Esku Dago no contaban con los millones de las consultas institucionales y al día siguiente físicamente no cambiaba nada. Pero aun y todo ha participado un 20,5%, uno de cada cinco. Hay que compararlas con algo parecido, por ejemplo con las consultas catalanas, de Arenys de Munt a Barcelona, entre 2009 y 2011. La participación fue del 18% con un debate más profundo y polarizado que aquí. Y nadie puede decir hoy que aquellas consultas fueran un fracaso, porque el actual procés no se explica sin ellas.
- ¿En la nueva etapa que abre Gure Esku Dago se confirma que no habrá más consultas? ¿Organizarán nuevas cadenas humanas en la calle? ¿Qué modelo de actos prevén?
-Si en la última cadena humana de junio nos unieron 2019 razones para decidir, ahora tenemos que adquirir y legalizar las herramientas democráticas para tomar esas decisiones. Y para ello Gure Esku Dago pone sobre la mesa un reto de país para llegar a ese escenario articulando un trabajo conjunto entre la ciudadanía y los movimientos políticos, sociales y sindicales.
- ¿Puede concretar?
- No va a ser el proyecto de Gure Esku Dago sino el que va a compartir con los distintos agentes de este país. A la espera de los detalles, las líneas maestras son sincronizar el espacio de reivindicación democrática con Cataluña y su Gobierno, sintonizar con movimientos sociales del Estado español como el Movimiento del Derecho a Decidir de Madrid o los impulsores de las consultas sobre monarquía o república. Y en Euskal Herria, el reto es sincronizar los tres ritmos diferentes de los tres ámbitos de decisión con un mismo ejercicio o acción.
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