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La periodista de ETB Ana Aizpiri es la nueva cara visible de Covite en Euskadi. FÉLIX MORQUECHO

«Covite es aún necesario para que el capítulo negro de la bella Euskadi no se esconda bajo la alfombra»

Ana Aizpiri, portavoz de Covite en Euskadi: ·

«ETA sacó sobre mí el mismo rumor falso por el que justificaron el asesinato de mi hermano. No pensé que me fueran a matar, pero conozco la urdimbre del miedo»

A. González Egaña

San Sebastián

Jueves, 6 de junio 2019, 08:17

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La periodista elgoibartarra Ana Aizpiri Leyaristi no se calló cuando ETA asesinó, el 25 de mayo de 1988, a su hermano Sebastián, el propietario del restaurante Chalcha de Eibar y de una carnicería en Elgoibar. Denunció entonces el «chantaje mafioso» al que fue sometido el empresario -objeto de acusaciones y rumores anónimos sobre una presunta relación con el tráfico de drogas- y ha seguido haciéndolo de manera intermitente a lo largo de los últimos 31 años. Nunca lo había hecho desde una asociación de víctimas como Covite, colectivo al que se ha incorporado recientemente y del que este sábado formará parte oficialmente de su junta. Será la cara visible del colectivo en Euskadi para reivindicar la memoria de tantas víctimas como Sebastián y para «desactivar las tesis falsificadoras y las ideas que quieren edulcorar el pasado de terror». Su estreno como portavoz será mañana en la reunión del Consejo de Participación de Víctimas.

-Nunca había estado en un colectivo como Covite ¿Por qué ahora?

-Es mi hora. Siempre he estado en sintonía con Covite. Admiro muchísimo a las personas que lo fundaron y que han hecho un trabajo pionero e imprescindible para desactivar las tesis falsificadoras, las ideas que quieren edulcorar el pasado de terror.

-Este sábado el colectivo renovará su junta y usted es una de las incorporaciones. ¿Cómo asume ser la nueva portavoz en Euskadi?

-Lo acepto con humildad y con mucho honor, francamente, y estoy a disposición de todo aquello en lo que pueda ser útil.

-¿Con qué objetivo acudirá a la reunión del Consejo de Participación de Víctimas, en la que se abordarán los cambios de Herenegun! y en la que usted se estrena mañana como portavoz de Covite?

-El punto central será cómo se va a explicar en un futuro próximo a los jóvenes la realidad de cientos de personas a las que se ha apuntado, señalado y asesinado. Vamos a ver cómo se dan los pasos para que lo que se haga sea fundamentado en la ética de la pluralidad, del respeto a los derechos humanos, para desenmascarar las prácticas del terror, de la amenaza, de la injuria y del olvido.

-Entre las cuestiones que parece que se podrían suprimir de los vídeos de Herenegun! estaría la dedicada a los estragos generados por la heroína en Euskadi, que en los años 80 sirvieron de 'coartada' a ETA para algunos de sus atentados, como el de su propio hermano. ¿Va a poner el acento en exigir que esas referencias desaparezcan?

-Es un asunto en el que ha quedado negro sobre blanco la capacidad de ETA y de su entorno político civil, es decir de Herri Batasuna, de difundir falsos rumores, de injuriar y de desprestigiar para que luego se aceptara el asesinato de personas como mi hermano que nada, nunca, han tenido que ver ni con la incitación al consumo de drogas ni con su consumo, ni con el tráfico de las mismas. Pero el asunto prioritario es abordar la injusticia cometida, la barbaridad de la acción de ETA y que todo lo ocurrido se sepa y no se tape ni se emborrone.

-¿Su papel en Covite lo toma como homenaje a su hermano Sebastián?

-Mi homenaje a Sebastián es permanente. Fue una persona que vivía libremente, que hubiera podido hacer muchas cosas. No estaba guiada por el mal ni por la amenaza ni por hacer el mal al prójimo como ha ocurrido con los que terminaron con su vida. Mi participación en Covite es un homenaje y agradecimiento a todos las personas que han pugnado por la dignidad de las víctimas que hemos aguantado el temporal y lo seguimos aguantando.

-¿Siguen siendo necesarias hoy asociaciones como Covite?

-Las asociaciones de víctimas son más necesarias que nunca para impedir que todo este capítulo negro de la bella Euskadi se esconda debajo de la alfombra.

-¿Qué recuerda de aquel 25 de mayo de 1988? ¿Cómo conoció la noticia?

-Fue una llamada telefónica al caserío. No me podía creer el horror hasta que lo vi. No me lo podía creer hasta que vi el cadáver de mi hermano. Cuando mataron al director gerente de Sigma y le dejaron de aquella manera indigna en la carretera que iba a mi caserío, yo en mi ingenuidad no hubiera sido capaz de pensar que iban a matar a mi hermano años después. El zarpazo me llegó de esa manera y me despertó a muchas realidades crudas de este país.

-¿Llegó a tener miedo?

-Claro. Semanas después del asesinato tuve miedo y cuando seis años después sacaron un rumor falso muy similar sobre mí. Llamaban a ETB diciendo que me habían detenido por llevar droga cuando oían todos los días mi voz por televisión. Me parecía algo kafkiano y no pensé que ETA me fuera a matar, pero conozco la urdimbre del miedo. Y admiro muchísimo a las personas que han conseguido saltar sobre esa barrera. Hay muchas en Euskadi.

-Su familia no decidió marcharse.

-No es que lo decidas, es que no tienes opción. Con recursos, quizás me hubiera ido... No por deseo, sino porque te obligan y te expulsan.

-En ese momento usted era ya una joven periodista de ETB. ¿Cómo logró sobrellevarlo?

-A duras penas.

-¿Sintió arrope en su entorno cercano, en su trabajo...?

-Quienes me mostraron solidaridad se cuentan con los dedos de una mano. He sentido mucha soledad.

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