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ETA dio a conocer ayer una declaración «sobre el daño causado», fechada el pasado 8 de abril, con una nota explicativa adicional en la que contextualiza la adopción de esta iniciativa en el «marco de un proceso de debate en el que la militancia de ETA ha considerado necesario mostrar empatía respecto al sufrimiento originado».
La banda ha decidido hacer pública esta declaración dos semanas antes de que confirme su desaparición definitiva. Una decisión que será avalada por mediadores internacionales que celebrarán un acto, probablemente el viernes 4 de mayo, cerca de Baiona. ETA sitúa su pronunciamiento sobre las víctimas en el marco de un proceso en el que asegura que su militancia «ha considerado necesario mostrar empatía respecto al sufrimiento originado». La iniciativa de ETA se produce ahora, porque una vez que confirme su propia desaparición, tendría poco sentido que volviera a apelar a sus siglas para, en nombre de una organización ya extinta, realizar una declaración «sobre el daño causado» durante su historia.
ETA ha pretendido, antes de confirmar su desaparición definitiva, protagonizar un gesto que pueda ser interpretado como una asunción autocrítica de su trayectoria terrorista, aunque en la declaración hecha pública ayer no admite en primera persona la injusticia del daño que ha causado con sus atentados y asesinatos. Se limita únicamente a reconocer «el daño que ha causado en el transcurso de su trayectoria armada», al tiempo que muestra «su compromiso con la superación definitiva de las consecuencias del conflicto y con la no repetición».
Fin de ciclo. El gesto llega en vísperas de su desaparición, que avalarán mediadores en un acto el viernes 4 de mayo
Proceso de debate interno. Declara que su militancia «ha considerado necesario mostrar empatía respecto al sufrimiento originado»
Exigencia de las víctimas. No se pronuncia sobre el esclarecimiento de másde trescientos atentados que están aún sin resolver
La banda intenta abrir, además, una puerta por la que puedan transitar en el futuro sus militantes encarcelados a la hora de acogerse a beneficios que puedan mejorar su situación penitenciaria.
Responsabilidad diluida. ETA contextualiza su declaración afirmando que «en estas décadas se ha padecido mucho en nuestro pueblo: muertos, heridos, torturados, secuestrados o personas que se han visto obligadas a huir al extranjero». Tras calificar este sufrimiento como «desmedido» en todo su conjunto, sin particularizar en lo que guarda relación expresa con su actividad terrorista, reconoce «la responsabilidad directa que ha adquirido en ese dolor». No obstante, cuando manifiesta que «nada de todo ello debió producirse jamás o que no debió prolongarse tanto en el tiempo», diluye su responsabilidad particular y evita reconocer la injusticia del daño que ha provocado, apelando a que «hace ya mucho tiempo que este conflicto político e histórico debía contar con una solución democrática justa. De hecho, el sufrimiento imperaba antes de que naciera ETA -aluden al bombardeo de Gernika-, y ha continuado después de que ETA haya abandonado la lucha armada».
Un primer paso. ETA da un primer paso en un reconocimiento autocrítico de su pasado cuando asegura ser consciente de que «en este largo periodo de lucha armada, hemos provocado mucho dolor, incluidos muchos daños que no tienen solución. Queremos mostrar nuestro respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA, en la medida que han resultado damnificados por el conflicto. Lo sentimos de veras». Con esta afirmación, la autocrítica de la banda se limita a un ejercicio de simple constatación, sin admitir la injusticia de su violencia terrorista y sin que el «respeto a los muertos, los heridos y las víctimas» que proclama, suponga por parte de la propia ETA la admisión autocrítica de una responsabilidad intransferible. Sobre todo, a la hora de haber podido evitar el sufrimiento provocado por su actividad terrorista y reconociendo también que sus atentados y asesinatos fueron algo injusto y que jamás debió haberse producido.
31 de julio de 1959 Estudiantes nacionalistas inspirados en movimientos de liberación revolucionarios fundan Euskadi Ta Askatasuna (País Vasco y Libertad), en plena dictadura de Francisco Franco
7 de junio de 1968 Un guardia civil es asesinado en San Sebastián, primer atentado de ETA, a la que se le atribuirán en sus cuarenta años de lucha armada la muerte de al menos 829 personas
20 de diciembre de 1973 Primer atentado de ETA en Madrid, donde mata al presidente del gobierno de Franco, el almirante Luis Carrero Blanco, en una explosión que hace volar su coche por los aires
15 de octubre de 1977 A dos años de la muerte de Franco, el primer gobierno democrático concede una amnistía general a los presos políticos, entre ellos los de ETA
25 de octubre de 1979 Aprobación del estatuto de autonomía del País Vasco
1980 El año más sangriento de ETA, que sigue con sus acciones clandestinas, con al menos 92 muertos en atentados
Diciembre de 1983 Creación de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), grupo parapolicial responsable de asesinar a 28 etarras hasta 1987
19 de junio de 1987 Un coche bomba estalla en el centro comercial Hipercor de Barcelona y mata a 21 personas, en el mayor atentado de la organización
12 de julio 1997 ETA pega dos balazos al concejal vasco del Partido Popular (PP, derecha) Miguel Ángel Blanco, de 29 años, tras un secuestro de 48 horas que tuvo en vilo al país. Sin poder ser salvado por los médicos, muere la madrugada siguiente, desencadenando una movilización sin precedentes de la población española en las calles
16 de septiembre de 1998 Anuncio de una tregua unilateral de ETA, que acaba 14 meses después al fracasar las negociaciones con el gobierno del Partido Popular
17 de marzo de 2003 Batasuna, brazo político de ETA creado en 1978, es ilegalizado
22 de marzo de 2006 Nueva tregua de ETA, que se rompe de facto en diciembre con un atentado en el aeropuerto de Madrid que dejó dos muertos
17 de noviembre de 2008 La policía detiene en Francia a Garikoitz Aspiazu, 'Txeroki', jefe militar de ETA. Sus cinco sucesores serán a su vez detenidos
9 de agosto de 2009 Últimos atentados de ETA en suelo español, en Palma de Mallorca. En marzo de 2010, su última víctima es un policía francés muerto durante un tiroteo cerca de París
20 de octubre de 2011 ETA anuncia «el cese definitivo de su actividad armada» y llama a París y Madrid a dialogar. Un mes más tarde, la coalición de la izquierda abertzale Amaiur entra en el Congreso de los Diputados
24 de noviembre de 2012 ETA dice estar dispuesta a negociar con España y Francia su «disolución»
8 de abril de 2017 La banda anuncia su «desarme total», entregando a la justicia francesa la lista de sus depósitos
20 de abril 2018 ETA reconoce el «grave daño» causado durante su lucha armada y pide perdón a las víctimas «sin responsabilidad» en el conflicto
Perdón selectivo. ETA establece en su declaración una categorización diferente entre todos sus damnificados. Pide perdón a las «víctimas que no tenían una participación directa en el conflicto, tanto en Euskal Herria como fuera de ella», argumentando que «obligados por las necesidades de todo tipo de la lucha armada, nuestra actuación ha perjudicado a ciudadanos y ciudadanas sin responsabilidad alguna», provocando «graves daños que no tienen vuelta atrás». Sin embargo, sobre aquellas víctimas que ETA excluye de la condición de haberlo sido como consecuencia de «errores o decisiones erróneas», la postura de la banda se limita a mostrar «respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA, en la medida que han resultado damnificados por el conflicto», limitándose a afirmar que «lo sentimos de veras».
Equiparación. ETA equipara en su declaración la injusticia de su actividad terrorista con la que atribuye a «acciones de la fuerzas del Estado y de las fuerzas autonomistas que han actuado conjuntamente, pese a utilizar el disfraz de la ley». La organización renuncia a protagonizar cualquier reconocimiento sobre la injusticia de su actuación. Es algo que deja en manos de terceras personas, cuando declara entender que «muchos consideren y expresen que nuestra actuación ha sido inaceptable e injusta, y lo respetamos pues a nadie se le puede forzar a decir lo que no piensa o siente». Una afirmación que se contradice con su propia trayectoria, inspirada en la amenaza y coacción frente a quienes pensaran de forma diferente. ETA evita cualquier autocrítica en esta materia y su posicionamiento se reduce a desear que «ojalá nada de eso hubiera ocurrido y ojalá la libertad y la paz hubiesen echado raíces en Euskal Herria hace mucho tiempo».
Reconciliación y verdad. ETA señala que, de cara al futuro, «la reconciliación es una de las tareas a llevar a cabo en Euskal Herria, un ejercicio necesario para conocer la verdad de modo constructivo, cerrar heridas y construir garantías para que ese sufrimiento no vuelva a suceder», subrayando que «dando una solución democrática al conflicto político, se podrá construir la paz y lograr la libertad en Euskal Herria, para apagar definitivamente las llamas de Gernika». Por último, aunque en su nota explicativa adicional, la banda asegura que «la verdad debe conocerse», no se pronuncia sobre su disposición en relación al esclarecimiento de sus más de trescientos atentados sin resolver, limitándose a señalar que el conocimiento de la verdad «vendrá de la mano de la sociedad civil, de los agentes y de los representantes institucionales de buena fe de Euskal Herria», añadiendo que «quienes trabajen en este tema podrán encontrar la información disponible a través de la historia de ETA, y quienes hayan militado en ETA, en la medida de sus posibilidades y con responsabilidad, estarán dispuestos a realizar su aportación».
El comunicado de ETA en el que reconoce el «daño causado en el transcurso de su trayectoria armada» y admite «la responsabilidad directa que ha adquirido en ese dolor» ha provocado críticas de las víctimas del terrorismo , el Gobierno Vasco y la mayoría de los partidos , salvo EH Bildu que lo ha aplaudido. Las distinciones entre las diferentes víctimas y la contextualización de sus acciones en un «conflicto» que retrotrae al bombardeo de Gernika son los principales puntos de discordia.
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