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Aizkorri es una de las cumbres más populares entre los aficionados a la montaña guipuzcoanos. FOTOS BELAUTZARAN
Monte Aizkorri: Ruta circular y track desde Otzaurte

Aizkorri, preciosa perspectiva

La espectacular y exigente cima de Goierri muestra la belleza natural del valle guipuzcoano y la llanada alavesa con las campas de Urbia a sus pies

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Viernes, 16 de abril 2021, 09:20

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Una sensación extraña te inunda cuando llegas hasta el buzón y la cruz de Aizkorri. Una mezcla de emociones se apoderan de uno cada vez que supera la prueba de ascender a esta exigente montaña guipuzcoana, que ofrece como recompensa unas magníficas vistas del Goierri y de la llanada alavesa. Los habituales estarán acostumbrados a ese escalofrío que recorre nuestro cuerpo al pisar el punto más alto de la segunda cima del territorio, ya que aunque goce de renombre mundial, Aizkorri (1.528 m.) cede ese título a Aitxuri (1.551 m.).

Sea como fuere, Aizkorri es una de las cumbres más populares entre los aficionados y montañeros con más kilómetros a sus pies. No vale decir aquello de que «cualquiera sube a Aizkorri». Quien se lo plantee tiene que ser consciente de que se trata de una ascensión en la que casi no hay tregua para el descanso. Aizkorri pone a prueba a cualquiera, física y mentalmente, cada vez que se asciende a su cima. Sus 1.528 metros de altitud exigen tener claro que nos va a tocar dar mucho, pero la recompensa merece la pena.

La montaña goierritarra en el límite con Álava es la cima más baja de la sierra pero la que da nombre a la misma. Muy cerca se encuentran Aketegi (1.548 metros de altitud) y, a su lado, figura la cota mayor de la sierra: Aitxuri (1.551 m.). Un conjunto de seis cumbres –con Illarrabeltxeko gaina (1.533), Iraule (1.507 m.) y Arbelaitz (1.506 m.)– que convierte a la sierra de Aizkorri en la más alta de Gipuzkoa y Euskadi. En su cima se encuentra la ermita de Santo Cristo de Aizkorri que, según cuentan, «debe su nombre al crucifijo que allí se veneraba y que se consideraba milagroso, pues bien fuese llevado a Zegama o a Araia, al final siempre aparecía en la ermita de la encumbrada montaña de Aizkorri que domina toda la tierra vasca».

El diccionario de Madoz recoge que Aizkorri «es voz vascongada que significa peña roja o bermeja: está metida en un nicho de rocas una cruz de metal que hay en su cumbre, como de media vara, con una efigie del señor crucificado del mismo metal. En la misma montaña a media legua de aquella cruz, bajando hacia el noreste, mana una fuente tan copiosa que bien podría desde luego mover un molino: se llama este sitio en vascuence Iturbeguieta, que quiere decir ojo de fuente, y tiene en ella su origen el río Oria, el más caudaloso de la provincia... Desde su cima se extiende la vista prodigiosamente, y se alcanza a ver parte de Navarra y Castilla; pero no ambos mares, como soñaron algunos...».

Continuando con los datos que se pueden encontrar en torno al Aizkorri se puede destacar que el primer buzón alpino fue colocado en el año 1925 por el montañero tolosarra Domingo Rezola. No duraría mucho, y sería repuesto por otros (1928) que también fueron sustraídos.

Antigua casa de los miqueletes.
Imagen - Antigua casa de los miqueletes.

Desde Otzaurte a la ermita

El ascenso a Aizkorri se puede realizar por diferentes vías, indicadas todas ellas debidamente por marcas de pintura y señales. Las más frecuentadas por la parte guipuzcoana arrancan desde el santuario de Arantzazu y Otzaurte.

Si optamos por subir por Otzaurte, al que accederemos desde Zegama, en la zona del puerto se encuentra la venta, donde aparcamos nuestro vehículo y cogemos la pista cementada siguiendo las rayas de pintura roja-blanca y amarilla o el punto amarillo que nos acompañarán durante todo el trayecto. Allí mismo nos encontramos con una enorme roca que nos indica nuestra ubicación y en una placa nos muestra un mapa de los montes de la zona. Además, nos da como referencia que los 8,5 kilómetros que nos separan de nuestro objetivo nos exigirán tres horas de caminata. Dato importante que nos sirve de referencia para saber que la exigencia de la ruta es más que considerable.

Emprendemos la marcha, que en un primer tramo es por pista cementada hasta llegar a la zona de Beunde. Poco más adelante, junto a una chabola de cazadores, seguimos unos metros hasta llegar a un conjunto de señales que nos indican la dirección hasta San Adrián. A partir de ahí enormes hayas serán nuestras guías con sus marcas hasta llegar a la casa de los miqueletes. Desde allí podremos ver la cueva de San Adrián que deberemos dejar atrás siguiendo el camino medieval que nos llevará poco a poco a nuestro objetivo.

Ficha

  • Acceso Siguiendo la N-1 llegamos a Olaberria, donde se debe coger el cruce a Idiazabal/Segura/Zegama. Seguir la GI-2637 (8 kilómetros). Una vez en Zegama continuar dirección Altsasu.

  • Horario Los 8,5 kilómetros de ascensión desde Otzaurte exigen una media de entre 3 y 4 horas a paso tranquilo. En total, 6-7 horas.

  • Distancia 17 km

  • Desnivel positivo 730 m

  • Severidad del medio 7

  • Dificultad de orientación 4

  • Dificultad del terreno 7

  • Esfuerzo necesario 8

Las marcas de pintura nos acercarán por bosques de hayas hasta la zona rocosa que superaremos por un estrecho camino, que nos conducirá sin gran problema hasta nuestro objetivo. Las vistas impresionantes en los días soleados son una excusa perfecta para ir recuperando aliento en algunos tramos. Después comenzaremos a divisar la ermita del Santo Cristo. Se trata, evidentemente, de la ermita situada a más altura de Gipuzkoa. Junto a ella el refugio que los miembros de Aizkorriko bizirik se esfuerzan en mantener en perfectas condiciones para el beneficio de todos. Una vez allí, hemos logrado alcanzar nuestro objetivo.

Un túnel con mucha historia

Es habitual encontrarse con bastante gente en la cima, pero el paso de personas por la zona de Otzaurte y especialmente por la cueva de San Adrián y sus alrededores data de hace miles de años. A lo largo de estos últimos años, ha quedado de manifiesto que este túnel natural ha sido ocupado por los humanos desde al menos 14.000 años de manera prácticamente ininterrumpida.

Tras diversas campañas arqueológicas los expertos han excavado hasta un nivel de unos 12.000 años, que podría corresponder al período aziliense, llegando incluso al magdaleniense, la época de hace 14.000 años, que comenzó nada más acabar la última glaciación. Con los trabajos realizados han aparecido piedras trabajadas y fragmentos de huesos que, a primera vista, parecen de cabras, ciervos y corzos en la zona de la cueva en la que ya aparecieron restos de la Edad de Bronce y la Edad de Hierro.

Según los expertos, el túnel estuvo habitado en la Edad de Bronce, en la Edad de Hierro, se supone que también durante la época romana –aunque no han aparecido aún restos–, luego también en la Edad Media, en la que incluso hubo un castillo. El túnel fue un sitio de paso obligado para las gentes y las mercancías que de Castilla accedían al mar Cantábrico, y viceversa. Luego quedaría eclipsado por el Alto de Arlaban, en Leintz Gatzaga.

Buzón y cruz situadas en la cima del Aizkorri.
Buzón y cruz situadas en la cima del Aizkorri.

Cabe recordar que el nombre primigenio de San Adrián fue Leizarrate. En el mismo se encuentran una serie de galerías en las que hace unos 50 años apareció el llamado 'tesorillo', consistente en unas monedas de diferentes épocas medievales

A lo largo del siglo XIX hubo un puesto de miqueletes en la entrada «guipuzcoana» del túnel, destinado al cobro de impuestos por el paso de mercancías. En 1913 se produjo un incendio en esa edificación, y entonces acabó la ocupación humana del enclave. A partir de ahí, la ermita siguió en activo y el lugar sigue siendo sitio de paso para mucha gente.

Está claro que el paso de Aizkorri, la sierra de Aizkorri, sus hayedos y sus campas son un gran tesoro natural e histórico.

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