Take Away de lo más sabroso
Hace algunos años, pedir comida a domicilio nos obligaba a tomar pizza o platos chinos, pero eso ha cambiado. Ahora muchos restaurantes, además de ofrecer alta cocina in situ, dan la opción del take away de algunos de sus platos ya sea para recoger o con entrega a domicilio
guía repsol
Viernes, 23 de octubre 2015, 11:12
Sí, un cocido. En Lhardy gran parte de su carta está también disponible para llevar. Y sin salir de los clásicos madrileños, Edelweiss es otro que ofrece su codillo en modo take away. Continuamos en la capital con Alabaster, el restaurante que trajo a Madrid la cocina gallega de Alborada. En la barra podemos adquirir su empanada y tomarla en nuestro salón.
También en Picsa, la pizzería argentina de los artífices de Sudestada y Chifa, nos dan la posibilidad de llevarnos sus platos -o que nos los traigan a casa si vivimos en Chamberí, que lo traigan directamente a casa-. Pizzas singulares como las de queso azul y setas, pato e higos o papada de cerdo ibérico y alcachofas. Las pizzas también son la oferta de Andrea Tumbarello en Piccolo Andrea, nueve locales con el sello del cocinero para probar la pizza al corte, las pastas, las ensaladas o el café.
Junto a la plaza de Chueca abrió hace unos meses Pollo Gamberro, un local con comida para llevar bajo la firma de Sergi Arola. Además de asado (con salsa de coco y curry o mostaza antigua), el pollo aquí se toma en canelones, croquetas o hamburguesa (en la parte de abajo, Lets Dog hace lo propio con los perritos calientes). Y sin salir del barrio encontramos Celso y Manolo, una neotaberna con croquetas de bacalao, rabas o gambas rojas de Palamós listas para comer (en casa).
En Barcelona la oferta de comida preparada no tiene nada que envidiar a un restaurante al uso. Es el caso de Can Ravell, una antigua tienda de ultramarinos y mantequería que empezó a cocinar sus productos -para llevar a casa o en su pequeño espacio de degustación- y que ahora tiene en su carta confit de pato, capón del Penedès, canelones de pie de cerdo con butifarra negra y varios asados. O de La Cuina de Guinardó, que regentan Santi Velasco y su familia desde 1994. La tortilla de esta coqueta tienda es famosa en la Ciudad Condal.
Quien ha conseguido hacerse un hueco en el take away de alta cocina es Paco Pérez que, desde La Royale, su restaurante de la parte alta, prepara chupa chups de codornices, ensalada de quinua o hamburguesas y, desde L'eggs, croquetas de yema, cocotte de albóndigas o manitas de cerdo y pulpo.
En Bilbao, Lautxo comenzó como tienda de bacalao y hoy es el punto de encuentro de los adictos a sus 17 variedades de croquetas (txipirón encebollado, Idiazábal, espinacas, gambas y setas, bacalao a la vizcaína...) y a los canelones, los pimientos rellenos, los caracoles o el bacalao al pilpil. Y en Valencia quien se lleva la palma es Rausell, un restaurante familiar con cerca de medio siglo de vida que decidió ampliar su oferta a la cocina preparada y ahora vende, al peso, ensaladilla rusa, frituras, arroces o carnes.
Fuente: Guía Repsol