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Finn Wolfhard, Caleb McLaughlin, Natalia Dyer, Joe Keery, Charlie Heaton y Gaten Matarazzo, en la quinta temporada de 'Stranger Things'. Netflix

'Stranger Things' decepciona en el inicio de su despedida

Los cuatro primeros episodios del final amagan con volver a la casilla de salida y cuentan con algunos de los peores guiones del conjunto. ¿Lo mejor? Su exquisitez audiovisual

Iker Cortés

Madrid

Miércoles, 3 de diciembre 2025, 00:35

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Más de tres años de diferencia son muchísimos cuando hablamos del lapso de tiempo entre el estreno de una temporada y la siguiente. Ese es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta 'Stranger Things'. Y no solo porque Once, Mike, Dustin, Lucas, Will y Max estén ya más grandes que el primo de Zumosol, sino porque el público ha olvidado buena parte de lo que aconteció en las anteriores entregas. A decir verdad, tampoco importa tanto. Lo deja claro la producción de los hermanos Duffer en el resumen previo al estreno de esta quinta y última temporada, con un batiburrillo de acontecimientos que sonarán (o no) a los espectadores en función de su fanatismo o retentiva.

Lo que sí hace bien la nueva entrega de 'Stranger Things', dividida en tres volúmenes, por aquello de aprovechar al máximo los réditos de la ficción más exitosa de Netflix, es situar al espectador en el momento actual. La excusa que utiliza para ello es inteligente: Robin (Maya Hawke) se ha colocado a los mandos de un programa de radio y será su voz en off la que describa qué ha sido de Hawkins después de que un espectacular terremoto sacudiera sus entrañas en la batalla que nuestros protagonistas libraron al final de la temporada anterior.

Tras un breve flashback que nos muestra por vez primera algunas de las penurias que Will (Noah Schnapp) pasó cuando estuvo atrapado en Del Revés bajo el poder de Vecna (Jamie Campbell Bower), una secuencia establece que Joyce (Winona Ryder) y sus hijos, Jonathan (Charlie Heaton) y Will, se han ido a vivir con los padres de Nancy (Natalia Dyer), Mike (Finn Wolfhard) y Holly (Tinsley Price). Mientras la ficción despliega escenas del día a día en Hawkins, Robin desvela a sus oyentes que el Ejército estadounidense ocultó la enorme cicatriz que había dividido el pueblo en dos con enormes planchas de acero y acordonó la localidad que pasa una tensa cuarentena -la población respiró esa suerte de ceniza que pulula en Del Revés cuando la tierra se abrió- bajo supervisión militar. De hecho, los militares han levantado una base protegiendo uno de los pocos portales que dan acceso al otro lado.

Arriba, planes y más planes, la ficción está llena de ellos; debajo, Linda Hamilton y Tinsley Price, que en esta temporada es uno de los pilares sobre los que pivota la ficción. Netflix
Imagen principal - Arriba, planes y más planes, la ficción está llena de ellos; debajo, Linda Hamilton y Tinsley Price, que en esta temporada es uno de los pilares sobre los que pivota la ficción.
Imagen secundaria 1 - Arriba, planes y más planes, la ficción está llena de ellos; debajo, Linda Hamilton y Tinsley Price, que en esta temporada es uno de los pilares sobre los que pivota la ficción.
Imagen secundaria 2 - Arriba, planes y más planes, la ficción está llena de ellos; debajo, Linda Hamilton y Tinsley Price, que en esta temporada es uno de los pilares sobre los que pivota la ficción.

¿Y cuál es ese día a día? Después de enfrentarse a Vecna, Max (Sadie Sink) continúa en coma. Lucas (Caleb McLaughlin) suele ir a visitarla al hospital, donde le pone 'Running Up That Hill' de Kate Bush, para tratar de devolverla al mundo. Continúa yendo a clase con Mike, Will y Dustin (Gaten Matarazzo), aunque este último sigue muy tocado por la muerte de Eddie en la pasada temporada. Por su parte Jim (David Harbour) y Joyce entrenan a Once (Millie Bobby Brown). ¿La razón? Jim está realizando peligrosas incursiones en Del Revés para dar con Vecna y acabar de una vez por todas con él y ha prometido a Once que se podrá sumar a las pesquisas cuando esté preparada. Por cierto, el equipo ha desarrollado un ingenio que, furgoneta en marcha, les permite comunicarse con quien está al otro lado a través de la radio siempre que estén en un punto relativamente cercano en el plano que comparten ambas realidades.

Una trama circular

Este es el estado de las cosas nada más comenzar una nueva entrega de una serie que parece haber agotado buena parte de sus ideas y que en sus primeros compases regresa, sin rubor alguno, a la casilla de salida. Solo así puede entenderse que el primer episodio acabe -ojo, un pequeño espóiler- con la pequeña Holly raptada por un demogorgon, de la misma manera que el primer capítulo de la temporada inaugural terminaba con Will apresado. Pero no es la única prueba de esta suerte de trama circular. Dustin, por ejemplo, vuelve a tener problemas con los abusones del colegio, Jonathan y Steve siguen compitiendo por la atención de Nancy y la relación entre Jim y Once no pasa, una vez más, por su mejor momento.

Son temas ya sobadísimos a los que el exceso de personajes y de metraje -los cuatro capítulos suman 283 minutos- les sienta especialmente mal, con diálogos de relleno, que no llegan a ninguna parte y que buscan elevar la tensión dramática de forma artificial. ¿De verdad los amigos de Dustin le están culpando de las palizas que le han dado unos matones del instituto? ¿De verdad vamos a escuchar de nuevo el enfrentamiento entre Jim 'yo solo quiero protegerte' Hooper y Once 'ya soy mayor para tomar mis propias decisiones'? Pocas ideas y un desarrollo más bien perezoso. La chicha de esta nueva temporada da comienzo cuando, en una de las incursiones de Jim en Del Revés, un demogorgon estropea sus planes y lo deja incomunicado. Pronto descubre que el ejército tiene también un laboratorio en esta dimensión alternativa donde la doctora Kay (ojo a la incorporación de Linda Hamilton al elenco) experimenta con las criaturas que pueblan esta dimensión. Incapaz de avanzar en sus resultados, exige a los militares que atrapen a Once y la lleven con ella.

Arriba, Jim y Once, torturando a un militar; debajo, Vecna y Will. Netflix
Imagen principal - Arriba, Jim y Once, torturando a un militar; debajo, Vecna y Will.
Imagen secundaria 1 - Arriba, Jim y Once, torturando a un militar; debajo, Vecna y Will.
Imagen secundaria 2 - Arriba, Jim y Once, torturando a un militar; debajo, Vecna y Will.

¿Es todo así? No. La quinta temporada de 'Stranger Things' introduce dos ideas interesantes. Por un lado, la manipulación mental de Vecna parece haberse apoderado de los demogorgon de Del Revés y también puede hacer pensar a sus víctimas que viven en el más idílico de los mundos o, quizá, ¿en un cuento? Hay algo ahí ya visto en películas como 'Freddy vs. Jason' y no es de extrañar: la cuarta temporada de la franquicia ya dejó claro su pasión por la franquicia de 'Pesadilla en Elm Street'. Por el otro, el papel cada vez más importante de Will como una suerte de puente entre ambos mundos que no se verá afianzado hasta el final del cuarto episodio.

Curiosamente, son los elementos a los que la producción destina el menor tiempo, quizá porque está dosificando lo único realmente novedoso de una ficción que sobresale fundamentalmente por su puesta en escena, sus exquisitos efectos especiales -qué gusto encontrar un CGI tan bien hecho- y unas secuencias de acción bien planteadas, en las que cabe destacar el trabajo de Frank Darabont, el director de películas como 'Cadena perpetua' o 'La niebla', como responsable del tercer episodio.

Así las cosas, 'Stranger Things' decepciona en el inicio de su despedida regresando una y otra vez a temas ya trillados. Quedan dos volúmenes más. Tres capítulos, que estarán disponibles a partir del 26 de diciembre a las 2:00 horas de la madrugada, y un último episodio, que se podrá ver el 1 de enero también a las 2:00 horas. Raro será que sorprendan, pero ojalá me equivoque.

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