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Mala Emde interpreta a Vera Brandes en 'Köln 1975'. ONE TWO Films

Un biopic para el disco superventas que estuvo a punto de no existir

'The Köln Concert' de Keith Jarrett tuvo que superar mil vicisitudes para poder interpretarse y grabarse, y la película 'Köln 1975' lo retrata al detalle

Lunes, 28 de julio 2025, 00:05

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La leyenda cuenta que Keith Jarrett le dijo que no dos veces a Miles Davis. Solo a la tercera aceptó unirse como pianista a su banda, probablemente la más importante e innovadora del planeta en ese momento. Era 1970, Jarrett tenía 25 años y Davis 44. Pronto terminaría la colaboración y el teclista tendría que buscar su camino. Las siguientes carambolas del destino, algunas realmente al filo de la navaja, le llevarían a grabar el disco de piano solo más vendido de la historia, 'The Köln Concert' (1975), es decir, el concierto de Colonia. Una hora y seis minutos de piano improvisado en el momento... grabado de milagro.

Esta historia de casualidades y voluntad se cuenta en 'Köln 1975', película alemana dirigida por Ido Fluk, actualmente en cartelera. Un biopic no tanto de un artista como de un concierto, y también un poco de cómo se mueve la industria y cómo se promocionan estos eventos. Porque el protagonista de la cinta no es Jarrett.

La de Vera Brandes, que por aquel entonces era la promotora de conciertos más joven de Alemania, es la historia que vamos a ir siguiendo hasta que, bien entrada la película, aparezca el pianista. Brandes, interpretada por una jovial y acelerada Mala Emde, tiene una trama con todos los ingredientes que marcaron ese momento histórico. Para empezar, lucha generacional: una juventud que quiere un mundo distinto, presta atención a las artes y se rebela frente a una generación anterior, encarnada en su rígido padre.

Magaro (Jarrett) y Emde (Brandes) en 'Köln 1975'. ONE TWO Films

La película cuenta cómo en Alemania el jazz duró como fenómeno juvenil más que en otros países donde se imponían el soul o el rock. En esos ambientes empieza Brandes a organizar conciertos y pequeñas giras con poquísimos medios, una pasión que le va alejando de su familia. Y entonces le toca encargarse del concierto de Jarrett en la ópera de Colonia, y de llenar sus 1.600 localidades. Brandes viajará a otra ciudad para presenciar su ritual de piano.

Entonces, le vemos por primera vez, interpretado por John Magaro (el tercero en discordia de 'Past Lives'). Ahí está, encorvado frente al piano, sentado con los brazos hacia el suelo, justo antes de empezar uno de sus recitales improvisados. En mitad de un silencio absoluto, la mano asciende lentísima y se encuentra a tientas con una nota blanca del piano. Nadie, tampoco él, sabe lo que va a pasar, lo que acabará sonando.

John Magaro interpretando a Keith Jarrett en 'Köln 1975'. ONE TWO Films

Hay una tercera pata para este banco: un periodista, al estilo del de 'Casi famosos' (2000), perseguirá una eterna entrevista con Jarrett, famoso por su hermetismo. Este personaje complementa con su verborrea el silencio permanente y buscado del pianista, que solo le cuenta cosas 'off the record'. Conocemos a un artista atormentado sobre todo por el dolor físico que tiene en la espalda, que empeora cada noche en sus recitales, pero también por la futilidad del espectáculo y la incomprensión que siente. Además, las glorias pasadas quedaron lejos, y ahora viaja 600 kilómetros en coche para tocar de ciudad en ciudad. El pianista no está para tirar cohetes.

A partir de ahí aparecerán un millón de palos en las ruedas, por ejemplo un piano de mala calidad y medio roto. El secreto de la película, por supuesto, no es si llegó a grabarse o no el concierto, pues su principal reclamo es el disco en sí y el éxito monumental que tuvo: se estiman cuatro millones de copias, es decir, el disco de piano solista más vendido de todos los tiempos. Como dicen al inicio, la cinta «no habla sobre el edificio construido, habla sobre el andamio». La belleza del film está en el proceso, igual que aquellos conciertos, en lo improvisado de la vida de aquellos tiempos. Surge una pregunta interesante, vista la cantidad de vicisitudes que hubo que superar: ¿habría cambiado algo el mundo de no haberse grabado 'The Köln Concert'? La película emociona cuando todo queda al borde del fracaso y pensamos que este artefacto de gran belleza pudo perfectamente no haber existido, y nadie se habría enterado.

El rechazo de Jarrett ante 'The Köln Concert'

Keith Jarrett ha mantenido siempre esa cerrazón ante biógrafos y periodistas. Wolfgang Sandner, uno de los pocos que sí logró ganarse su confianza, la perdió al hablarle elogiosamente de su disco más vendido. A Jarrett parecía atormentarle la paradoja de que uno de sus recitales más imperfectos y caóticos, sin un piano adecuado, se convirtiese de casualidad en un mito, pero así funcionan los productos culturales: se publican y se descontrolan. Siguiendo su espíritu, eso sí, merece mucho la pena bucear en el resto de su discografía, desde los inicios psicodélicos hasta sus últimos conciertos en 2016. Vera Brandes acabó organizando miles de conciertos y produciendo centenares de discos en Alemania.

Keith Jarrett en el festival de jazz de San Sebastián en el año 2000 Pedro Parraga

Una cosa sí se habría perdido de no existir este disco: casi veinte años después del concierto, Nanni Moretti, en su vespa, viaja hacia la playa de Ostia, en Roma. Va a ver lo que queda del monumento conmemorativo del lugar donde asesinaron, también en 1975, a Pier Paolo Pasolini. Lo que suena, durante esos 15 minutos impecables de 'Caro Diario' (1993), es la primera parte del concierto de Colonia de Keith Jarrett.

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