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Donde nace el viento

Océanos

La depresión es como un pozo profundo. Es como una piedra pesada que ha de llevarse a cuestas todas las jornadas, sin descanso

Sábado, 14 de septiembre 2024, 00:09

Pasó la jornada de regatas, arraigada competición, espectáculo sobre las olas de la bahía, objeto del deseo. Tiene razón quien afirma que, en el agua, ... todo es más hermoso. ¿Acaso no venimos del líquido primigenio? También los funerales, aunque sean en la forma moderna, montón de cenizas frías arrojadas con cariño y respeto, para que el viento las lleve adonde sus fuerzas llegan y luego la corriente las disemine, mezcladas con arena, en las diferentes calas, playas y fondeaderos, depósitos temporales, a merced de potencias ajenas. Tenemos el mar bajo la lengua, y las palabras afloran a impulsos del ánimo y con la determinación del carácter que hemos forjado. Nuestros cuerpos son como los barcos que flotan sobre el océano, y a veces la fiereza del temporal o el fluir de las mareas los empujan sin que se pueda controlar el timón, y se mueven sin desearlo, y, otras, cuando nada aparentemente los perturba, se quedan quietos, sin determinación, sin ninguna voluntad para emprender el rumbo.

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