
Más Kant y menos Trump
Siempre que ha llovido ha escampado. Pero no seamos pasivos, la paz y la democracia se defienden apelando al esfuerzo y la reflexión
Mikel Etxebarria Dobaran
Lunes, 10 de marzo 2025, 06:41
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Mikel Etxebarria Dobaran
Lunes, 10 de marzo 2025, 06:41
Bastante harto de oír hablar del tipo de rostro anaranjado, procuraré no hacer más referencias a él y me centraré en un verdadero referente para ... la Humanidad. Y es que he leído el muy recomendable y ameno ensayo 'El torbellino Kant', de Norbert Bilbeny, he releído 'El giro copernicano en la filosofía', de Joan Solé, y he vuelto a algunas fuentes originales del pensamiento de Kant, el filósofo de la razón. Al hilo de esto van mis siguientes reflexiones.
Vivimos a escala mundial tiempos convulsos. Con atrevidos perdonavidas al mando, con redes sociales propagando bulos sin rubor, con cuestionamiento de valores democráticos, con la conculcación de derechos humanos y derechos sociales, con la proliferación sin cortapisas de genocidios y ecocidios. Además, todo ello nos lo transmiten en vivo y en directo. Mientras, allí donde algunos afortunados podemos, intentamos seguir con nuestras vidas, familias y amistades, trabajos e ilusiones. ¿Ha cambiado tanto el mundo? ¿Antes era diferente?
A un nivel cercano, los que tenemos ya cierta edad y convivimos en una época con la dictadura y en otra con el terrorismo, podemos decir que los tiempos han cambiado, en general para mejor, dada la ausencia de manifiesta violencia. Si ampliamos la visión al conjunto y a la historia de la Humanidad, nos apercibiremos de que es una sucesión a la vez de horrores y de progresos. Y no necesariamente encadenados sino muchas veces coincidentes. Vemos que entre los grandes nombres que figuran en los libros de historia los hay por sus hazañas bélicas y los hay por su contribución al desarrollo de la Humanidad. Por desgracia, los más numerosos y agasajados son precisamente los criminales de guerra, ya que como decía Seneca si matas a una persona te consideran un asesino, pero si lo haces (o lo ordenas) con cientos o miles serás aclamado como héroe nacional.
Kant escribió 'La paz perpetua' en 1795. Buscaba la convivencia entre los Estados a partir del establecimiento de normas vinculantes y universales, por medio del acuerdo. Como cosmopolita (ciudadano del mundo) proponía un gobierno mundial de paz. La Carta de las Naciones Unidas, tan poco tenida en cuenta por los intereses egoístas y egocéntricos, se inspiró en ella. La propia Unión Europea, aunque propiciada en principio por motivos económicos, también ha servido para evitar enfrentamientos. Han pasado 230 años y algunos ni tan siquiera han oído hablar de Kant.
Kant, al igual que Unamuno, que se autodefinía como orejano (res que no lleva marca ni señal al no ser de ninguna ganadería), se consideraba un librepensador, no atado a ninguna escuela, partido o iglesia. Su legado es el mismo que el de la Ilustración, el del humanismo, la universalidad y la razón.
Dicen que la lectura de Kant es farragosa, pero voy a recordar algunas de sus frases (un decálogo) en las que bien se le entiende. 1. Su consigna y lema ilustrado: 'sapere aude' (atrévete a pensar), siguiendo a Horacio. 2. La inteligencia de una persona se mide por el grado de incertidumbre que es capaz de soportar. 3. Lo bello y lo sublime no son lo mismo; el día es bello y la noche es sublime; lo bello es finito y apacible, lo sublime es infinito y provocador. 4. Actúa de un modo en que trates a la Humanidad, tanto en tu propia persona como en la de los demás, siempre como un fin y nunca como un medio. 5. Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí. 6. Los humanos no podemos aspirar a la santidad, pero sí a hacernos personas: es decir, a la humanidad, que tiene un valor comparable. 7. La ciencia es la puerta estrecha que conduce a la teoría de la sabiduría, siendo la filosofía el guardián de dicha puerta. 8. Pensar nos hace humanos. 8. Ninguna voluntad particular puede ser legisladora para una comunidad. 9. Cada vez se hace más molesto mantener el cauteloso lenguaje de la razón. 10. Más que aprender filosofía hay que filosofar; más que repetir pensamientos, reflexionar.
Coincidimos, aunque suene a iluso, con Kant en que el género humano ha estado progresando siempre hacia lo mejor y así continuará en lo sucesivo. Siempre que ha llovido ha escampado. Después de la tormenta llega la calma. No obstante, no seamos pasivos, no nos dediquemos solo a rezar (aunque puede servir para reconfortar algunos espíritus) o a esperar que amaine el temporal. La paz y la democracia se defienden no dejándose pisotear y no tapándose los ojos cuando pisoteen a otros; se preservan apelando al respeto, el esfuerzo, la reflexión y el pensamiento.
La paz perpetua, como irónicamente denomino su ensayo Kant, no ha existido nunca más que en los cementerios. Lo que siempre hemos tenido es guerra perpetua, pero también esperanza infinita. No dejemos que nos la quiten.
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