¡Manda Colones!
El oficio de vivir ·
Si a ZP no le perdonaron que allanara el fin de ETA, menos consentirán a Sánchez que intente resolver el lío catalánEn torno a Colón se arraciman hoy tres levas, tantas como carabelas reunió el epónimo de la plaza. Una, la de Vox ejerciendo de nao ... capitana, bandera coronela y filas apretadas; dos, los del PP, con 'la Niña' Ayuso abandonada por los maricomplejines territoriales; y tres, 'la Pinta' de Ciudadanos arrendando otra libra de carne, como el mercader de Venecia, ya cerca de su entera canibalización.
Tienen en común la repugnancia a los indultos y un extendido gusto por los insultos. Si a Zapatero no le han perdonado que allanara el fin de ETA ('vender España al terrorismo', en su delirio), menos consentirán a Sánchez que intente resolver el lío catalán (léase 'arrodillar al Estado ante los criminales separatistas'), estropicio al que con ahínco aquellos han contribuido buscando rédito partidista.
Al frente de la convocatoria, un ejemplar mutante excepcional, Rosa Díez. Tras sus años felices como consejera con los nacionalistas y de ramalazos que hoy condenaría como liberticidas tal que afirmar que «si alguna vez la mayoría de los vascos quisiera la independencia, la democracia se adaptaría» (La Vanguardia, 11/06/1999), hizo de la visceralidad el modus operandi de su posterior carrera. La que se soñó Aurora Bautista de la escena política (en guisa de Alba de América, de Agustina de Aragón y hasta de abanderada de la República Polisaria), hoy rinde en una Gracita Morales sin gracia... ¡Señoríiiiiito!
Y ahí está el profesor Savater, al que admiramos tanto y tanto le debemos como maestro de pensar, ironista escéptico y tipo genial. En su regocijante autobiografía 'Mira por dónde' confiesa: «creo haber jugado siempre, a todo, con todo: a escribir, a filosofar, a ser profesor, a enamorarme, a hacer política...». Acaso ese ludismo explique su personal ley de los cambios. Allá por los años áureos evocados por la convocante Unión 78, el filósofo se opuso a la persecución penal de dos diputados de HB, 'Ortzi' Letamendía y Telesforo Monzón, acusados por el Supremo de 'apología del terrorismo' y 'resistencia a la autoridad'. Entendía Savater que «no han hecho sino expresar el sentir y el pensar de sus votantes», y que entregarlos a la justicia suponía «una concepción trivial y unanimista del Parlamento, privado de su dimensión de confrontación radical, que es precisamente la que mejor podría rescatar sus restantes insuficiencias» (El País, 26/12/1979).
Pues eso, que vale tomarse la vida con humor y sentido de juego, pero con tiento, que todavía no hay vacuna contra la ludopatía.
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