Grises
'No hacer daño al prójimo' traería a la humanidad más ventajas que inconvenientes. Pero el ser humano actúa a veces cegado por la pasión...
Aporofobia es el miedo a los pobres, menesterosos y desdichados. Está más extendido de lo que se pueda pensar. Hay algunas variedades: la gente que, ... cuando ve a alguien pidiendo a la puerta de una iglesia, cambia de acera o se tapa ojos y oídos, para que la visión completa del mendigo no le perturbe sus facultades anímicas; y quienes en ese momento y trance depositan su óbolo y se persignan, pero cuando ven a alguien, revestido de las mismas características anteriores, cerca de sus domicilios, no dudan en llamar a la autoridad competente, por si acaso, no vaya a ser... Mejor prevenir que lamentar, según dicen.
Edadismo es el odio a las personas mayores o de cierta edad, quizás más de la deseada, y estipulada por los cánones de moda actuales, pero pocas personas conozco que tengan la edad que quisieran. Quienes viven conforme a la edad que tienen están, en general, satisfechos con la vida que llevan y la forma en que llevan, y se les nota, y es un placer su conversación, porque transmiten toda la sabiduría acumulada. Alguno conozco que cuenta historias del Paraíso, de cuando Adán y Eva, y son muchos años los pasados desde entonces. Hay, ciertamente, quienes se lamentan de la condición a la que han llegado, porque, a veces, a la edad se le amontonan la pobreza y la necesidad, también la escasez. Deploran su estado, porque no pueden desertar de la existencia, que ya ella se encargará de lo inevitable.
Machismo y racismo son otras tantas lacras de esta sociedad. En el fondo se definen por la aversión a quien es diferente, sea mujer, de raza negra o árabe, sea de ascendencia judía o magrebí, sea lo que sea... Hay tantas variedades que cualquier clasificación sería reductiva en extremo. Pero hay zonas grises, como en todo. No es nuevo: la víctima que, en un momento, se convierte en verdugo de otra persona forma parte también de la historia, al igual que el traidor que, por suerte, pericia o lucidez, se convierte en héroe, o el cobarde que, por circunstancias favorables y vueltas de la noria del azar, se sacrifica y pasa a la posteridad como un valiente.
No hacer daño al prójimo, creo que es un antiguo mandamiento, y que, si se aplicara en todos los aspectos, traería a la humanidad más ventajas que inconvenientes. Pero el ser humano actúa muchas veces impulsado por la pasión y cegado por el amor propio, antes que por cualquier otra consideración. Hay quien hace el mal, creyendo que hace el bien; y quien hace el mal, conscientemente.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión