Era de esperar
Dada la composición del andamiaje partidista que sostiene al gobierno de Pedro Sánchez, era de esperar que sus aliados por la izquierda imprimiesen un elevado ... ritmo de cambio impositivo. Para ellos, para los de Podemos, es muy sencillo. Si su propuesta de darle varias vueltas a la tuerca de la presión fiscal tiene éxito, pues genial, y si no lo tiene, siempre les quedará el recurso de afearle a Pedro Sánchez su escasa audacia y su excesiva timidez y sentarse a esperar a las próximas elecciones a ver qué sucede en ellas.
La propuesta de Podemos es astuta. Quiere subir impuestos, aparentemente, sin molestar a casi nadie. Propone subir los tramos altos del IRPF, eliminar la tributación especial de las SICAV y las deducciones de los planes de pensiones y fijar unos mínimos en el Impuesto sobre Sociedades. Todo ello muy popular, muy dirigido a los poderosos y muy indoloro para la población en general.
No estaría yo tan seguro, y le pediría al Gobierno que antes de hacer nada estudie el caso sucedido en el Reino Unido con el dueño del gran complejo químico Ineos -es el hombre más rico del país-, quien, tras defender con ardor el 'Brexit' se ha 'brexiteado' él solito y se ha ido a tributar a Mónaco. O que tire de hemeroteca y compruebe lo que sucedió cuando las diputaciones vascas eliminaron las especialidades de las SICAV y las haciendas forales se quedaron sin ninguna SICAV. Y la propuesta de endurecer la tributación de los planes de pensiones choca abiertamente contra la idea lanzada por el lehendakari hace pocas semanas que pretendía aliviarlas.
El documento presentado por Podemos se titula 'Dejar atrás la austeridad'. Cabría recordar que las políticas de austeridad que se propone dejar atrás nos han conducido al mayor nivel de endeudamiento de la historia del país. Así que dejamos atrás ese espléndido nivel para ir... ¿exactamente a dónde?
¿Y deberíamos hacerlo justo cuando los tipos de interés van a subir y encarecer su coste? ¿Ha pensado alguien en ello? Por otro lado, este año alcanzaremos un récord histórico de recaudación y acabamos de negociar con Bruselas un alivio de la senda de reducción de déficit de casi 5.000 millones de euros. ¿No es eso suficiente? ¿Todo es poco para el convento donde moran los adoradores del gasto?
No será fácil -espero y confío- que estos planes salgan adelante, pues me imagino que el PNV, y quizás el PDeCAT, se opondrán a ellos y eliminarán la posibilidad de alcanzar el número mínimo de votos necesarios. Pero estos planes deberían afectarnos poco, en principio, al disponer de una amplia capacidad normativa propia. Quizás por ello me asalta un recuerdo que me produce dolor. Iba de un vecino al que le pelaban las barbas... Por si acaso, acabo de poner las mías a remojo.
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