La sanción comercial ratificada ayer por la UE contra Israel por su «nueva escalada de violencia» en la Franja es un gesto voluntarioso frente a ... la barbarie, pero insuficiente para poder atajar casi dos años de hostilidades tras la embestida terrorista de Hamás. En su primera reacción para frenar la crisis humanitaria de la población palestina, la UE se ha mostrado dubitativa y sin los reflejos y el cuajo necesarios para hacerse valer ante la declarada ofensiva del Gobierno de Netanyahu, que ha decidido apretar filas en su cerco sobre Gaza City, donde residen 600.000 personas. La imposición de aranceles para el 37% de las exportaciones del país hebreo tiene en la práctica una influencia muy limitada. Apenas supone un castigo de 227 millones. Mientras, Gobierno y oposición se enredaban ayer en la retórica, el Rey denunciaba en Egipto el «brutal e inaceptable sufrimiento» de la población gazatí y abogaba sin ambages por la creación de un Estado palestino. Frente al ruido, resulta crucial aunar fuerzas para redoblar la presión internacional en busca de soluciones. Y más viendo que la debilidad de la UE deja en manos de EE UU influir sobre Israel para poner fin al calvario palestino.
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