Estancamiento y Presupuesto
Pedro Sánchez parece decidido a presentar un proyecto presupuestario para 2026 tras encadenar dos prórrogas consecutivas, a tenor de la arriesgada maniobra asumida al reconocer ... a Carles Puigdemont en su forzado aislamiento en Bruselas para eludir la acción de la Justicia. La anomalía política no es tanto no haber planteado aún unas Cuentas, consciente de la precariedad parlamentaria. Quizás lo sea más el planteamiento expresado sin rubor por el presidente del Gobierno de recurrir a la prórroga del Presupuesto en el caso de que los socios de investidura le den la espalda, en vez de adelantar las elecciones. Otra cosa es cómo podría utilizar Sánchez el riesgo cierto de desplante en el bloque de investidura, habida cuenta del uso meramente partidista que algunas siglas hacen de su respaldo al Gobierno. Un rechazo a los Presupuestos sin desencadenar una convocatoria de los comicios abocaría la legislatura a la angustia permanente y forzaría al Gabinete PSOE-Sumar a gobernar a golpe de decreto, bajo el peligro de la enmienda en cada votación en el Congreso. Un escenario de pesadilla para los dos años que quedan de mandato y, lo más importante, para una agenda social que lleva estancada demasiado tiempo.
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