El Gobierno Vasco ha puesto en primera línea de sus prioridades presupuestarias las principales preocupaciones que sus ciudadanos señalan en las últimas encuestas: sanidad, educación ... y seguridad. De hecho, los dos primeros apartados suman algo más de la mitad del monto previsto en las Cuentas del próximo año. Los Presupuestos de 2026, señal de la solidez del pacto PNV-PSE tras el cruce de reproches entre sus líderes, afrontan también el riesgo de haber asumido un fuerte endeudamiento para dedicarlo a inversión, especialmente en los planes de impulso a la industria con el fin de superar los notorios achaques del motor económico de Euskadi. El proyecto presentado ayer por el consejero de Industria apuesta por los grandes retos del País Vasco vinculados a la mejora de los servicios públicos, aunque la letra pequeña viene a recordar la importancia de una gestión certera. Vivienda es el área que experimenta la mayor subida de partidas porque partía de una posición de desventaja con respecto a consejerías 'estrella', mientras que los amplios fondos que absorben los salarios del personal sanitario y docente obligan a ser muy eficiente en el diagnóstico de los problemas reales.
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