Los niños reinaron en los Sanfermines

Buena parte de los asistentes se trasladaron, pocos minutos antes de la una del mediodía, a las puertas de la casa de cultura para presenciar la salida de gigantes y cabezudos. Niños y adultos se sumaron a la kalejira que protagonizaron las figuras de cartón piedra mientras bailaban al son de un grupo de dulzaineros. Los astados provistos de ruedas abrían la marcha, seguidos de las creaciones inspiradas en una batelera de San Juan, un arrantzale de Trintxerpe y el emblemático marino Blas de Lezo, obras todas ellas del escultor sanpedrotarra Zugor García.

Mientras los más pequeños de la casa corrían para no ser alcanzados por las escobas de los cabezudos, decenas de personas tomaban asiento a los pies del tablado erigido en Biteri para disfrutar de las jotas navarras de Voces Riberas. La actuación fue seguida con auténtico interés por los espectadores, que no ahorraron en aplausos.

Además, a pocos metros, en plena calzada de la calle Hamarretxeta, las sociedades se batían en un intenso duelo gastronómico. Con Galepertarrak como anfitriona, las participantes trataban de cocinar el mejor marmitako del pueblo. Más tarde tendrían la oportunidad de degustar cada una de las propuestas culinarias en liza en una comida que reunió a un total de 110 personas.

La tarde dejó otros momentos para el recuerdo, como la batalla de gallos anunciada en Papín, la sesión presentada bajo el lema 'Dantzatzeko prest', una chocolatada y el tardeo con DJ en el Mimos. Los vecinos de Pasai Antxo dijeron adiós a sus fiestas de San Fermín con el tradicional 'Pobre de mí'. Lo entonaron a medianoche en el centro de este distrito y con una mezcla hecha a partes iguales de satisfacción por el éxito revalidado de los festejos y de nostalgia por su fin. Comienza la cuenta atrás para los Sanfermines de 2024.