Nagore Fernández | Protagonista de 'Trouble Woman'

«No me gusta definirme, soy de las que pienso que en la variedad está el gusto»

– Hasta ahora le conocíamos como cantante de Radio Rebelde Covers, pero ahora algo más.

– He de decir que soy la misma de antes, una mujer a la que le gusta desde hace tiempo componer sus canciones con diferentes versiones, pero tenía la necesidad de reinventarme. Hace tres años monté Radio Rebelde y estoy encantada con los músicos. ¿Qué ha pasado ahora? Que a mí me gustan los retos y como ya tengo un proyecto montado, necesito exponerme todo el rato a cosas nuevas. Me enteré que había un programa en Naiz Irratia, el cual te daba la oportunidad de presentar las canciones o los discos a los grupos de música. Para sorpresa mía, no pude participar porque decían que con versiones propias no valía. A mí me fastidia que me cierren las puertas. Entonces, fue el momento de hacer algo nuevo. Decidí buscar a un guitarrista más rockero. Ahora formamos un trío acústico que yo lo definiría como un pop-rock feminista, no solo por las letras que intentan transmitir ese mensaje. Hay que hacer un esfuerzo para componer en positivo y pensar qué mensaje quieres mandar hacia afuera.

– ¿Y por qué 'Trouble Woman'?

– Es lo que me define a mí. Muchas veces, en mi entorno, se me ha clasificado como una mujer conflictiva o problemática y yo me enfadaba mucho con eso. Fíjate que ahora hasta yo misma me autodefino así. Soy una persona que ante la injusticia o el maltrato no puedo y no dejo una batalla sin librar, aunque no tenga tiempo. El otro día me pasaba con los de Euskaltel. Cuando veo que se me vulneran mis derechos, no lo puedo dejar pasar. Las mujeres tenemos que defender nuestros derechos y yo lo llevo al extremo.

– ¿No cree en un solo estilo no?

– Para nada. Soy de las que pienso que en la variedad está el gusto. Además de pop y rock, también hay una rumba, también hay un reggae, hay dos canciones en euskera, mezclo el inglés con el castellano... Parece que a veces la sociedad quiere que nos definamos, pero yo lo único que quiero es que me dejen tocar en directo, que a mí es lo que me llena y lo que me hace feliz. Con esto no pretendo sonar en las radios ni de convertirme en una cantante famosa, no es mi objetivo. A mí me hacía mucha ilusión tocar en el Atlantikaldia y me venían rechazando desde hace tres años. Yo soy de las que no se rinden. Me decían que habíamos tocado mucho ya en el municipio, pero les decía que esto era un grupo totalmente diferente, con canciones propias. Insistí hasta que nos dijeron que sí. Muy contentos.

– ¿Con qué se va a encontrar el público en el concierto?

– Nosotros vivimos la música con mucha intensidad y una vez nos subimos al escenario, nos transformamos y nos debemos mucho al público. Aunque sean canciones propias, van a tener unos estribillos fáciles de corear, les vamos a chinchar un poco y van a ver un espectáculo bonito con una puesta en escena muy chula. Como se ve en el disco, intentamos marcar una estética vintage o retro, con diferentes colores, es una puesta en escena que cuida la estética. Tenemos una sorpresa que, si te parece, no voy a desvelar. Como pista te diré que hemos invitado a un músico local, conocido y querido en Errenteria para tocar una canción con nosotros a mitad del concierto.

–¿Cómo lleva eso de compaginar la música con el colegio (es profesora de Telleri-Alde)?

–No quiero elegir la música o el colegio. ¿Por qué tengo que elegir? A mí me gustan las dos. A veces me gusta componer en euskera, otras en inglés y otras en castellano. Cualquier estilo me gusta, no me gusta definirme. Me defino como la no definición: la rebeldía, las no normas, no seguir el guion...

–(...)

–Para mí la música tiene que ser divertida, no tienes que tener miedo a nada. Con Radio Rebelde podemos versionear desde una canción de Nirvana hasta una de Rafael. Hay músicos que dicen que eso es caer muy bajo, pero no, todos queremos divertirnos. Hay muchos que dicen que por tocar en un bar tienes menos nivel, pero no es así. Hay veces que tocamos en escenarios muy grandes pero la gente está muy alejada y no le sientes cerca.

– ¿Cuentan con el apoyo del Ayuntamiento para actuar cuándo y dónde quieran?

– Me gustaría decirte que sí, pero aquí no lo tenemos. Necesitas permisos para tocar y el Ayuntamiento responde con una yinkana de burocracia y reuniones que no dan ningún tipo de facilidades. Este pasado domingo tocamos en Kirol Taberna de Fanderia y tanto a mí como al hostelero le pidieron hacer un seguro de responsabilidad civil concreto para el evento. En diciembre del año pasado, tocamos en el Errota y en abril pasaron los recaudadores de impuesto por el bar a exigirles 115 euros por utilizar suelo público para el concierto. El Ayuntamiento de Irun pone un dinero para que se organice unos circuitos de Kilometro 0. En Donosti haces una solicitud online y te responden. Nosotros tocamos en Beasain, Andoain, Hernani, Irun... dentro y fuera, y el único sitio donde tenemos este problema es el Ayuntamiento de Errenteria. Una vez hablé con el alcalde de Donostia y me respondió a la hora y media, aquí necesitas tres meses para reunirte. Hay que denunciarlo de alguna manera para que se pongan las pilas. La música no se termina en el Atlantikaldia, tendría que haber un seguimiento. ¿Cómo van a conocer los ciudadanos a los grupos locales si no se les deja tocar? No les pedimos dinero, sino que nos dejen tocar. El quiosco de la Alameda está muerto de la risa.