«La escasez de pisos no va a disminuir con la medida»

Una escasez que «no va a disminuir con medidas como esta», apuntan en Inmobiliaria Aterpe. Un negocio que ve cómo «cada vez se nos hace más difícil encontrar propietarios que consideren la opción de poner su vivienda en alquiler».

En esta agencia errenteriarra aseguran que la entrada en vigor en 2023 de la Ley de Vivienda, que entre otras cuestiones crea la figura de las zonas tensionadas, ha repercutido directamente en la oferta de alquiler y en su negocio. «Hace un año éramos seis trabajadores y uno se dedicaba específicamente al alquiler. Ahora somos cinco y ya no hay nadie para este tipo de negocio porque prácticamente ha desaparecido».

Una de las cuestiones que ha cambiado con la nueva ley es que los costes de la intermediación de las agencias inmobiliarias los asume el arrendador, en lugar del inquilino. lo que junto a otras medidas que contempla la norma como la intervención en el mercado, ha reducido la oferta de alquiler «a mínimos».

En Aterpe consideran que el problema de la escasez de vivienda «no se soluciona interviniendo en el mercado. El problema viene de atrás y es evidente que no se resolverá tan fácilmente». En su lugar, proponen que «se construyan más pisos, para que de este modo la oferta aumente, haciendo que los precios disminuyan».

Tal es la escasez de oferta de alquiler en Errenteria que «cuando ponemos una vivienda en alquiler, enseguida se llena el teléfono de llamadas, lo que demuestra que existe mucha gente interesada, pero que no encuentra opciones». En este sentido, en Aterpe lamentan la imagen que de los propietarios traslada la ley. «Tenemos que dejar de ver a los propietarios como un problema, ya que son la solución».

En la misma línea Melania Francia, de Inmobiliaria Melania, corrobora que «es muy difícil que alguien venga con un piso dispuesto a alquilarlo». Además, asegura que «los propietarios extreman las precauciones y exigen un tipo de inquilino muy concreto, y eso hace que los posibles arrendatarios no sean de su gusto». Del lado de los inquilinos, esta agente inmobiliaria constata que «hay gente con unos sueldos normales tratando de pagar alquileres elevados».

En este sentido, Isabel Antón, vecina de la localidad, admite no saber «exactamente qué medidas habría que tomar, pero lo que es evidente es que cada vez hay precios más altos». Unas rentas de alquiler que «no son equiparables a los salarios, por lo que muchos no pueden ni siquiera plantearse alquilar». En esta línea, afirma que «hablas con gente que conoce el tema y te dicen que es prácticamente imposible ver viviendas en alquiler».

Una afirmación con la que concuerda Julia Estévez, quien observa precios de viviendas en el escaparate de la inmobiliaria. «Tengo conocidos que han buscado una casa durante mucho tiempo, pero no han encontrado nada». Una falta de oferta que «impide a muchos jóvenes emanciparse». Precisamente «esto hace que en cuanto salga un alquiler haya muchas personas interesadas, lo que dificulta hacerse con una vivienda y que baje el precio», sentencia.