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Una dotación de bomberos en la puerta del bar donde se ha producido el incidente.

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Una dotación de bomberos en la puerta del bar donde se ha producido el incidente. De la Hera

«He salido a tender la ropa, he visto bastante humo y he empezado a avisar a los vecinos»

Ocho viviendas del Casco Viejo de Errenteria fueron desalojadas durante la mañana de este sábado tras un pequeño incendio en un bar

Marcela Salazar y Martin Sansinenea

San Sebastián | Errenteria

Sábado, 26 de abril 2025, 10:32

Afortunadamente quedó en un susto, aunque a alguno la presencia de los bomberos en el Casco Viejo de Errenteria le hiciera pensar en algo peor. Los vecinos de las ocho viviendas del número 4 de la calle Kapitanenea tuvieron que ser desalojados durante toda la mañana de este sábado después de que el Casco Viejo amaneciera con la presencia de una hilera de humo, procedente de uno de los bares ubicados en la parte inferior del edificio de estructura de madera.

La Ertzaintza recibió el aviso a las 8.47 horas de la mañana y como empezó a salir «bastante humo» del bar «hemos optado por desalojar a los vecinos porque el edificio es de estructura de madera», informaron desde el Departamento de Seguridad.

Aunque en un principio la aparatosidad del humo podría hacer suponer que el incendio era grave, el foco del fuego fue controlado rápido. Sin embargo, la mayoría de los vecinos tuvieron que salir a la calle en pijama y con lo puesto, recién levantados con el susto en el cuerpo en esta mañana de sábado. A eso de las 14.30 horas, unas seis horas después, todos pudieron volver a sus viviendas.

Una dotación de bomberos y humo en el lugar del incendio. M. C.

Según pudo saber este periódico, el origen del incendio podría haber estado en una freidora con aceite caliente, lo que provocó que comenzara a salir bastante humo del local que ocupa Irrintzi Berri Taberna, el bar que ha reabierto sus puertas hace apenas un mes y que se encuentra en la parte inferior del edificio.

En pijama

Nerea, una de las vecinas del edificio, fue la que llamó al 112 y dio la voz de alarma. «Mi madre me había dicho que saliera a tender la ropa y he visto que salía bastante humo. Se lo comenté a mi madre y rápidamente llamamos al 112 y empezamos a tocarle la puerta a los vecinos para que saliesen», contaba ayer todavía asustada y en pijama, minutos después de lo sucedido.

A pesar de los esfuerzos de Nerea y su madre para alertar a los vecinos, no todos fueron conscientes de lo sucedido hasta momentos más tarde. No fue hasta que llegó la Policía Municipal, tocando puerta por puerta para alertar al resto de residentes, cuando finalmente todos los vecinos del edificio fueron desalojados. En un principio cundió la preocupación porque hay «bastantes personas mayores» entre los vecinos, que fueron trasladados a dependencias municipales mientras los bomberos hacían su trabajo.

Finalmente, todo quedó en un susto. El humo, aunque aparatoso, no provocó daños estructurales en el edificio, que es de madera. «Gracias a la rápida actuación, el fuego y sus daños han quedado acotados al bar donde se ha iniciado», señaló la alcaldesa de la villa galletera, Aizpea Otaegi.

Horas después, a las 14.30, los técnicos del Ayuntamiento avisaron a los vecinos que ya podían regresar a sus casas, después de haber dado el visto bueno a la estructura del edificio.

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