Errenteria
«No creo que Errenteria fuese tal como la conocemos hoy sin Koldo Mitxelena»Oscar Picazo. Autor del libro sobre el 50 aniversario de Koldo Mitxelena
Koldo Mitxelena BHI cumplió hace dos años el 50 aniversario y como colofón a los actos que se llevaron a cabo, Oscar Picazo (Errenteria, 1975) ... ha resumido en un ejemplar su historia y trayectoria con entrevistas de alumnos y profesores, tanto actuales como antiguos, así como anécdotas curiosas. El libro se puede adquirir en el mismo centro.
–Las bodas de oro siempre tienen un significado especial. En el caso de Koldo Mitxelena, ¿qué destacaría de su evolución en estos 50 años?
–Hay muchas cosas para destacar, sobre todo si atiendes a las historias individuales de todas las personas que, de un modo u otro, han tenido relación con el instituto a lo largo de este tiempo. A algunas las he podido conocer de primera mano y me emociono al recordarlas. El contexto histórico, social, lingüístico o educativo era muy distinto en los inicios –a principios de los 70– del que conocemos hoy. En el intervalo se han vivido situaciones muy diversas de todo orden y el instituto ha tenido que adaptarse a todas ellas. Creo que ha sabido hacerlo muy bien. Con mucho trabajo y esfuerzo, me consta, pero con gran acierto, sin duda. Eso es lo que destacaría mayormente, su capacidad de adaptación, su resiliencia.
–Ello merece un libro-homenaje como el que ha elaborado. ¿Qué se esconde en su interior?
–Muchas vidas, una pequeña muestra de todas las generaciones que han pasado por las paredes de Koldo Mitxelena. El libro intercala entrevistas con artículos a modo de reportaje que ponen luz sobre algunos de los acontecimientos o procesos más significativos de estos 50 años. Procesos que, en su mayoría, ya se habían narrado a lo largo de los diferentes actos que se desarrollaron durante la conmemoración del cincuentenario del centro, aunque de otro modo, utilizando otros canales de comunicación distintos al libro.
–¿Está dirigido exclusivamente a exalumnado y profesorado del centro o es un ejemplar para que lea la ciudadanía en general?
–Evidentemente, lo disfrutarán mucho más todas aquellas personas que hayan tenido una relación directa con el instituto, pero creo, como alguno de los entrevistados también apunta, que un centro educativo, y más uno de la envergadura y alcance del Koldo Mitxelena, traspasa en su influencia las paredes del edificio que lo alberga, e incide en su entorno de manera importante. No creo que Errenteria, ni Oarsoaldea me atrevería a decir, fuesen tal como las conocemos hoy por hoy si el instituto no hubiera existido.
–¿Quién le propone realizar este libro y cómo surge la idea?
–Cuando el centro se preparaba para su cincuentenario yo contacté con ellos para ver si, desde mi empresa (dedicada al diseño gráfico, imprenta y servicios de comunicación a empresas), podíamos colaborar con ellos, ayudándoles en la elaboración de los distintos actos que tenían previstos, en la comunicación, en el desarrollo de soportes, y en la idea general de qué y cómo contar. Lo que encontré fue un grupo de trabajo con muchas ganas, y con ideas muy precisas de lo que querían contar, y un organigrama ya bastante desarrollado, lo que facilitó mucho el trabajo de lo que nosotros pudimos aportar.
–(...)
–Pero constatamos que los eventos que se habían programado, desde la inauguración en el centro, hasta el evento de cierre en Lekuona Fabrika, pasando por conciertos, charlas y, por supuesto, la exposición que se pudo ver en la Sala Xenpelar, tenían todos un carácter efímero, y les hicimos ver que era necesario dejar un testimonio permanente de esos 50 años, y de lo que se había hecho para conmemorarlos. Ese es el germen de este libro, que no pudo realizarse durante el año que dedicaron a la celebración, pues ya esto era un trabajo añadido a la tarea docente que, claro está, continuó con su dinámica habitual durante ese tiempo. Así, Mariasun Apalategi, que por entonces era la secretaria del centro y una de las personas que estaba al frente de la coordinación de los eventos, y con quien trabajé codo con codo durante ese tiempo, recibió el encargo de hacer ese trabajo de compilación una vez terminados ya todos los actos de celebración previstos. Pero para ese momento ella estaba muy próxima a la jubilación, y no lo veía factible, así que, me llamó y me dijo: Yo no voy a poder, pero si tú te animas, yo te ayudo en todo lo que pueda. Y así fue. Nos reunimos con el equipo directivo, con Arantxa Igartua a la cabeza y, contagiados unos y otros de la ilusión, de la energía de los 50 años, nos pusimos manos a la obra.
–¿Qué valoración hace del proceso de investigación?
–He tenido mucha ayuda para ello, empezando por Mariasun, y por el equipo directivo (Arantxa, Alba, Gurutze...), y también por los bedeles (Antonio y Pepelu) y el personal administrativo. Igualmente fue maravilloso contar con la colaboración de los personas que entrevistábamos. Por ejemplo, cuando entrevisté a Maite Gabarain, que entonces tenía 96 años, se ilusionó tanto con el tema, que se puso a investigar por su cuenta y fue ella quien consiguió dar con Juan Antonio Erviti, el primer director del centro.
–¿Se le ha quedado algo sin incluir?
–Estoy seguro de hay mucho que no está; no era posible, y no era el objetivo, además. La idea era reflejar lo que ha dado el centro en estos 50 años, a partir del punto de vista de quienes han pasado por allí. Lo estructuramos de manera que entrevistábamos a los directores, y luego les pedíamos que nos pusieran en la pista de algún estudiante de su época que recordaran especialmente por cualquier motivo, y nos poníamos en su búsqueda. Ha sido emocionante, y ha sido divertido. Espero que ambas cosas se reflejen en el libro.
–¿Destacaría a alguna figura que se muestra en el libro?
–A todos, a todos los que salen en el libro, y a todos los que no salen en él, porque todos y cada uno de ellos han ayudado al Koldo Mitxelena a ser lo que es hoy en día. Pero si me pides nombres concretos, tendría que volver a repetir los que ya he dicho, y alargar la lista con aquellos con los que he tenido o tuve, en mi época de estudiante, contacto: Maite Toca, Beatriz Monreal, Marta Gallano, Isabel López, Modesto, Rafa Mitxelena, Basurko, Itziar Aizpurua, Conchi Macías, Xabi Juanes...
–¿Y del centro?
–Destacaría su carácter plural, abierto y libre. En la época en que yo estudié allí, había una cosmogonía de personas tan salvaje, tan rica, tan improbable de encontrar en ninguna otra parte, que es imposible no recordarlo, y no ser consciente de que eso nos marcó como personas, y nos ha marcado como pueblo, como el pueblo plural, rico y palpitante que somos.
–¿Si se cumplen otros 50 años, le gustaría hacer el de los 100?
–Me encantaría, aunque creo que me quedo fuera de rango. Pero me dejaré tentar... Si me lo paso la mitad de bien de lo que que me lo he pasado haciendo este (y ha costado lo suyo, no creas) valdrá la pena.
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