Revisiones periódicas para mayor tranquilidad

Si se quiere reducir drásticamente la posibilidad de quedarse 'tirado' en la carretera, como señala Alquiber –importante empresa de alquiler de vehículos de renting flexible–, nada mejor que hacer periódicamente un repaso preventivo del estado del coche.

No hace demasiado tiempo, un destornillador, cinta americana, y unas nociones básicas de mecánica podían sacarle de un apuro si el coche se quedaba tirado en mitad de la carretera. Hoy, el nivel tecnológico de los vehículos actuales deja la solución de averías fuera del alcance de los no muy expertos, por lo que es más aconsejable que nunca mantener el vehículo bien cuidado. Así las cosas, aunque es un tema ya conocido, conviene recordarlo de vez en cuando.

Neumáticos. Es la única superficie del vehículo en contacto con el asfalto y, por ello, hay que asegurarse periódicamente que la presión es la correcta de acuerdo con las indicaciones del fabricante. El adecuado estado de los neumáticos aumenta el agarre al pavimento y disminuye las probabilidades de encontrarse ante situaciones de riesgo. Además, es recomendable hacer el paralelo al coche para ajustar los elementos de dirección y suspensión según los valores establecidos por el fabricante: alineando las ruedas de cada eje, y los ejes entre sí, para conseguir que apoyen bien en el asfalto y que rueden perfectamente.

Sistema de refrigeración. En marcha, las altas temperaturas de los motores de los vehículos pueden dispararse. Por eso, no debe haber fugas en el radiador y los manguitos y que estén bien ajustadas las conexiones, mantener el radiador limpio, asegurarse de que el depósito está en el nivel indicado por el fabricante, y dedicar más atención al indicador de temperatura en el panel de instrumentos sirven para evitar sorpresas.

Sistema de frenado. Los frenos también son un punto clave durante cualquier recorrido, ya sea en recorridos por ciudad como por autopistas o autovías. Una revisión del estado de las pastillas, y la comprobación del nivel del líquido de frenos garantiza una mayor seguridad y hará que frenen y reaccionen correctamente en cualquier situación.

Niveles. Esta misma vigilancia también hay que aplicarla al resto de niveles del vehículo, con la comprobación del nivel del aceite y del agua del limpiaparabrisas como medidas imprescindibles. De manera periódica hay que asegurarse de que están bien.

Filtros. Un filtro obstruido puede acarrear diversos problemas, entre ellos, que el motor se gripe. Al igual que los fusibles son la primera barrera de protección para el sistema eléctrico, el filtro de aire y el filtro del aceite son una protección fundamental para el buen funcionamiento del motor. Del mismo modo, hay que prestar especial atención al filtro antipolen o filtro de cabina, ya que en marcha las partículas de la carretera pueden quedar en suspensión en el aire y ser absorbidas por el coche.

Batería. Una batería descargada de golpe y sin previo aviso puede ser factible en cualquier momento. Por eso, es recomendable revisarla y sustituirla si fuera necesario. Además, en el caso de los vehículos 100% eléctricos, esta vigilancia es vital, ya que su punto clave para funcionar es la batería eléctrica. Si falla, puede incluso afectar a su autonomía, ya que la frenada regenerativa se puede ver alterada.