La odisea de un automovilista para cobrar la reparación de su coche tras ser declarado «siniestro total»
A pesar de que la compañía ofrecía 2.500 euros por quedarse con el coche siniestrado, el propietario invirtió 6.700 euros en su reparación, logrando el reembolso íntegro
J. F.
Martes, 10 de junio 2025, 18:03
La necesidad de contar con un buen seguro de automóvil se pone de manifiesto cuando tenemos algún percance. Es entonces cuando somos conscientes de la robustez de la poliza contratada, especialmente si sufrimos un siniestro total del coche.
Esto es lo que le ha ocurrido a un automovilista de nombre Jesús que relata su caso en un vídeo de Taller Box en sus redes sociales y que pone de manifiesto las prácticas de algunas compañías para abaratar su factura. En este caso el automovilista relata que es el propietario de un vehículo del año 2008 con 81.000 kilómetros que compró nuevo y que se enfrentó a la decisión de su propia aseguradora de dar por perdido su coche tras un percance que lo dejó inutilizado.
El automóvil, que era «utilizado diariamente para trayectos cortos» por la mujer de Jesús, sufrió un incidente que lo dejó sin posibilidad de arrancarlo. La compañía aseguradora ofreció a Jesús dos opciones: 3.400 euros si ellos se llevaban el vehículo a un desguace o 2.500 euros si decidía quedarse con el coche siniestrado para repararlo por su cuenta. La diferencia de 1.000 euros se explicaba porque «la aseguradora vendería los restos al desguace por ese valor».
La aseguradora paga en cinco días
A pesar de que el coche tenía opciones de reparación, la aseguradora intentaba forzar un cambio de vehículo, según relata este hombre que recurrió a los servicios y asesoría de este taller ubicado en Cartagena. Jesús tenía una idea clara, reparar su coche desde el primer momento. La factura total por la restauración del vehículo ascendió a unos 6.700 euros, una cifra que casi duplicaba la oferta máxima de la aseguradora y superaba en más del doble lo que la compañía le hubiera abonado si se quedaba con el coche para su reparación.
A pesar de que las compañías suelen poner dificultades en estos casos, el taller enfatiza que el propietario tiene derecho a decidir si quiere reparar su coche o no, incluso si ha sido declarado «siniestro total». En este caso, el esfuerzo dio sus frutos. La aseguradora terminó abonando el importe completo de la reparación de forma sorprendentemente rápida: en tan solo cinco días desde que se envió la factura el dinero estaba en la cuenta de Jesús. El mecánico atribuye esta celeridad y cumplimiento a que la compañía «encargó un seguimiento pericial del trabajo que estaban realizando».
Los propietarios del taller lanzan el mensaje de que es posible conseguir este tipo de reparaciones con el asesoramiento y el buen hacer de talleres adecuados, aunque «haya que pelearlo». Su objetivo, del que reconocen que se benefician, es que los propietarios puedan elegir y no se vean forzados a desechar un vehículo reparable por la decisión unilateral de la aseguradora.
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