La montaña es lo que tiene...
El zumarragarra Iñaki Álvarez, Alex Txikon, el italiano Simone Moro y su equipo se quedan a mil metros de conseguir la cima invernal del Manaslu
Podía haber titulado estas columnas con algo así como 'el trabajo bien hecho' o 'una decisión acertada', o 'cuando el mal tiempo insistente', o 'sin ... factor suerte', etc. Si lo he titulado como lo he hecho es porque creo que queda más definido para explicar en síntesis lo que ha ocurrido, recogiendo en solo ese titular los otros cuatro ejemplos mencionados. Porque en el Himalaya, con toda la experiencia de Alex Txikon, su expedición Manaslu Eki Fundación ha realizado un buen trabajo; y además han medido muy bien la decisión de abandonar precisamente por ese insistente mal tiempo, sin presentarse en ningún momento esa suerte tan necesaria para los días de cumbre. Pero así es la montaña, en este caso, el Himalaya. Es lo que tiene ir a las grandes y más altas montañas del mundo, y más aún en invierno.
Les esperaban a Iñaki, Alex y Simone unas jornadas duras tras llegar al campo base del Manaslu el 13 de enero. Días de frío. Días de nieve. Días de sol. Días de viento. Días de mucho viento. Días sin suerte. Mientras tanto, y, a pesar de ese fuerte viento y la gran cantidad de nieve acumulada por las fuertes nevadas, entre tregua y tregua, iban ganando metros a la montaña, pasando en dos ocasiones de los siete mil metros, pero no hubo suerte para poder llegar a la preciada cima: «Casi casi, lo tenemos», decía un orgulloso Alex todavía con esperanzas de que llegara esa, tan deseada, ventana de buen tiempo.
Pero finalmente no llegó y comenzó a fraguarse la retirada el 19 de febrero, en el intento definitivo a la cumbre, cuando estaban a 7.050 metros de altitud, encarando la rampa que los llevaría al campo IV, decidieron retirarse: «La sensatez nos ha hecho darnos la vuelta. La seguridad de equipo está por encima de todo y si seguíamos con ese viento, seguramente no lo hubiésemos contado».
Sin duda todo el bagaje de experiencias y expediciones invernales que posee Alex Txikon hizo que la decisión de bajar fuese acertada. ¡Qué fuerte puede sonar eso de que seguramente no lo hubiesen contado si siguen adelante! Era el momento decisivo de la expedición. Había que bajar y bajaron.
Y finalmente, el 28 de febrero, tras mucho meditarlo y ante la ausencia de buen tiempo y el anuncio de alguna posible ventana para dentro de diez días, tocó decir adiós definitivamente a la expedición invernal al Manaslu: «Día de recogida. Manaslu Eki Fundación llega a su fin. Con pena de no haber logrado hacer cumbre». La montaña, el Himalaya en este caso, es lo que tiene...
Y antes de regresar, como colofón a esta historia del intento invernal al Manaslu, los sherpas Cheppal y Gelum, además de Migma, responsable de Sos Himalaya en Nepal y el propio Alex, casi sin descanso después de bajar del Manaslu, viajaron al hospital de la localidad de Seduwa, en el valle del Makalu y construido por la fundación de Iñaki Ochoa de Olza -Sos Himalaya-, montar dos instalaciones fotovoltaicas donadas por la Fundación Eki, empresa vasca que ha dado el nombre a la expedición de este año, y repartir bombillas a las niñas del pueblo. Esto es terminar la expedición Manaslu Eki Fundación con solidaridad montañera que ha hecho ver la luz en Seduwa.
Alex llegará la próxima semana y habrá que ver si se trae bajo el brazo otra invernal. Será para 2021-2022. Esperemos que ya fuera de toda pandemia...
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión