Pikuta, el balcón de los gentiles

El silencio absoluto es el señor de Pikuta (841 m.) o Martxabaleta y todo lo que le rodea. Únicamente el viento se atreve a hacer algo de ruido y sus resoplidos rompen la paz que se ha apoderado de las campas de Aralar. Impresiona, nos absorbe y nos envuelve en una sensación de tranquilidad que hace olvidar de dónde venimos, de ese mundanal ruido que nos lleva al extremo del agotamiento mental. El paseo por la calzada de Enirio hasta Pikuta nos sana y ayuda a afrontar el regreso del paraíso que nos hemos encontrado, una vez más, en el bello parque natural.

A partir de este lunes, 1 de mayo, esa paz se verá troncada por el sonido de los cencerros, balidos y relinchos de los animales que pastarán por las campas de Aralar. Un año más, hasta octubre pastarán alrededor de 19.000 cabezas de ganado: 17.000 ovejas, 1.000 vacas y 750 yeguas disfrutarán del alimento de los pastos de la Mancomunidad Enirio-Aralar. Serán los afortunados que los próximos meses paseen sin límite de tiempo ni espacio por el paraíso terrenal que los humanos debemos preservar para poder compartirlo con ellos.

El parque natural de Aralar abarca una superficie de 10.971 hectáreas que se reparten en los términos municipales de Abal-tzisketa, Amezketa, Baliarrain, Ikaztegieta, Orendain, Altzaga, Arama, Ataun, Beasain, Gainza, Itsasondo, Lazkao, Legorreta, Ordizia y Zaldibia. De todos ellos, el territorio comunal regido por la Mancomunidad de Enirio Aralar tiene una extensión de 3.500 hectáreas.

Los pastos de Aralar son un gran tesoro natural del que, como decimos, disfrutan unas 19.000 cabezas de ganado, pero no es el único destacable a preservar. A lo largo y ancho del parque natural de Aralar nos encontramos numerosos monumentos megalíticos. Entre todos ellos, en nuestra salida de esta semana a Pikuta nos hemos acercado a Jentillarri. Monumento de los que más impresionan y nos gusta visitar. Se halla en un paraje espectacular y la magia le rodea. A Jentilarri y al bosque que a escasos metros muestra un manto verde intenso plagado de florecitas. Precioso. Se trata de un sepulcro de galería con túmulo de 15 m. de diámetro y 1 m. de altura. Presenta una cámara de 6,50 m. de largo. Fue descubierto en 1879 y excavado en 1917, aportando abundante material entre los que destacan puntas foliáceas y 11 fragmentos de cerámica y restos humanos de al menos 27 individuos. Recientemente ha sido reconstruido por parte de algunos vecinos. Un escrito de Jose Miguel Barandiaran sitúa al dolmen de Jentilarri a 770 metros de altitud y según destaca en el mismo informe, «es el centro de los monumentos megalíticos de la zona. Por el Norte, da frente al de Aranzadi, clavado en el cerro del mismo nombre, a 810 metros de altitud. Por el Este, a los de Algena y al de Zearragena. Al Sur, a los de Oidui, con un crómlech y un menhir».

Jentilarri, como su nombre indica, era la piedra de los gentiles. Los gigantes que vivieron en el mundo antes que los humanos. Según cuentan, estaban poseídos de «una fuerza prodigiosa, realizaban sin esfuerzo trabajos espectaculares y jugaban con los pedruscos, arrojándolos de una montaña a otra. Se dice que eran mejores cristianos, pues eran muy amigos y compasivos. En un momento dado, por la aparición de una niebla, todos murieron repentinamente y quedaron enterrados para siempre bajo los dólmenes».

El dolmen de Jentilarri es uno de los más conocidos y más importantes. De hecho, fue declarado en 2001 como Bien Cultural Calificado, con la categoría de Conjunto Monumental de las Estaciones Megalíticas de Gipuzkoa. El dolmen de Jentilarri está formado por piedras alineadas a cada lado y encima tiene una gran losa como techo.

Ruta de las bonitas por calzadas rodeadas de hayas y preciosas campas verdes. Aparcamos en el área recreativa de Olakosaroi, junto al refugio de Akapulko. Comenzamos andando por la GR35 y nos dirigimos hacia los depósitos de Arkaka Txiki. Depósitos alimentan una pequeña central hidroeléctrica perteneciente a la empresa CAF. A partir de los depósitos el camino asfaltado termina y comienza la calzada de Enirio. Siguiendo la misma llegamos a la fuente de Gaintzola, rodeada de grandes hayas.

El lugar es especialmente bonito, por el que han transitado rebaños de ovejas durante generaciones, al tratarse de una de las rutas más importantes de la trashumancia de Gipuzkoa. Avanzamos hasta encontrarnos el desvío hacia Larraitz, sendero que lleva a la cima de Ausa Gaztelu. Descartamos ese sendero para tomar el de la derecha en dirección a Lizarrusti.

De manera tranquila, siempre ascendente, avanzamos por el valle de Arkaka y para ello seguimos por la GR35. Antes de llegar a Urruztiederra llegamos a una primera borda junto a la calzada. En una de las vaguadas se encuentra la fuente de Iturtxo, que la encontramos seca. Pasamos por las bordas de Arrantsaro. Todo este tramo desde Arrantsaro hasta los depósitos de Arkaka Txiki es muy bonito. Nosotros seguiremos por la calzada hasta las bordas de Urruztiederra.

Tras dejarlas atrás, llegaremos al monte Pikuta o Martxabaleta. Para ello subiremos una pequeña cuesta antes de disfrutar de las magníficas vistas con Ausa gaztelu, Irimo, Oiz, Urko, Izazpi, Kilixketa, Beleku, Gañeta Arastortz. Precisamente, esta última es una de las entradas al Domo de Ataun, estructura geológica con forma de cráter. Se denomina domo «a la meseta formada por los montes Jentilbaratza, Aizkoate, Aizkorrandi, Arastortz, Agautz, Leizadi, Asundi, Loibideko Mailoak e Ikarandieta».

Desde allí accedemos al collado y las bordas de Mendibil para visitar el dolmen de Jentillarri. En esta ocasión regresamos para desandar el camino realizado hasta la cima y regresar por la calzada de Enirio hasta Urruztiederra, donde nos tenemos que desviar hacia la izquierda. Desde allí optamos por visitar la preciosa cascada de Osinberde. Precisamente, por este camino que desciende nos topamos con el canal del mismo nombre. Continuamos bajando y dejamos un edificio a nuestra derecha. Más abajo llegamos a la borda de Bikastillo. Desde aquí iremos a la cascada de Osinberde por una pista forestal en cuya entrada nos encontramos unas marcas verdes y blancas.

La zona es el paraje de Erreka Amundarain. Un lugar paradisíaco en el que el verde inunda cada rincón. Siguiendo la pista forestal llegamos a la cascada de Osinberde y su poza. Para regresar a nuestro punto de partida tomamos la misma pista hasta alcanzar la borda de Bikastillo y nos dirigimos hacia el canal de Osinberde. Vamos a recorrer su último kilómetro hasta llegar a los depósitos de agua de Arkaka Txiki. Siguiéndolos alcanzamos el espolón Haitzarte que por esta parte tiene varias vías de escalada. Subiremos hacia el edificio. Justo detrás está la GR35 por la que inicialmente pasamos. Recomendable llevar track descargado.