Aiako harria, la magia de lo bello

Sus preciosas vistas nos impresionan cada vez que nos acercamos hasta Aiako harria. La gran mole nos deleita con su magia y belleza natural que le rodea y ahora que llega a su fin el verano y comienza a asomar la nueva estación que inunda de ocres, amarillos y naranjas lo que le rodea, uno solo puede disfrutar de las magníficas vistas de los bosques que a los pies de Aiako harria llenan el valle de Oarsoaldea, flotar sobre el cielo que nos protege sobre nuestras cabezas y disfrutar de las vistas que ofrece del bravo mar Cantábrico, que nos gustaría tocas con la mano desde cualquier de sus cimas.

Erroilbide (837 m.), Hirumugarrieta (806 m.) y Txurrumurru (821 m.) son precisamente las tres escarpadas cimas que conforman el macizo de Aiako harria. Una peculiar montaña que la solidificación del magma en el interior terrestre en forma de masa cupular y la posterior erosión ha dejado al descubierto.

Esta singular mole de piedra se trata del único macizo granítico del territorio. Aiako Harria es para muchos la primera montaña de los Pirineos. Pugna por el título con Larrun o incluso Jaizkibel, aunque en lo que coinciden los expertos es que las rocas de Aiako harria se encuentran entre las más antiguas del país. Según los expertos, Aiako harria emergió del fondo del mar hace 280 millones de años. Pero algo antes, entre 300 y 380 millones de años, en las épocas llamadas Devónica y Carbonífera, habían surgido los montes –ahora bastante más bajos por la erosión– que rodean al macizo de Oarsoaldea, las zonas de Pikoketa y Elurretxe y la subida hacia Bianditz.

Aunque su nombre despierta intensos debates, al ser conocida como Aiako harria, Peña de Aia o en tierras labortanas, la peña de las tres coronas por las tres cimas consecutivas, el veterano montañero oiartzuarra Adolfo Leibaren descubrió cómo ya en el año 1203 el término aparecía documentalmente en singular. Según Leibar no es hasta 1898 cuando se transcribe por primera vez en plural, apareciendo también las otras denominaciones citadas (Coronas-Couronnes y Batallau). De hecho, en algunos textos según el oiartzuarra se recoge que «los pescadores de Hondarribia han llamado a esta montaña, bien visible desde la mar, con el nombre de Batallau». Fuera como fuese, el nombre oficial es Aiako harria.

Las curiosidades rodean a esta mítica montaña que se sitúa entre las más populares del territorio, ya que el nombre Erroilbide parece hacer referencia a la mítica figura de Roldán (Erroldan bide o Camino de Roldan). No falta quien atribuye a este personaje la hazaña de lanzar dos peñascos desde Aiako harria hasta la playa de Hondarraitz en Hendaia, donde hoy en día encontramos las visibles y legendarias peñas de Dube luzea y Dunbe zabala, también llamadas Aballarriak, origen de desastres marítimos y naufragios.

En cuanto a su situación, cabe destacar que el parque natural de Aiako harria se sitúa entre los ríos Urumea y Bidasoa. Los límites de sus de 6.913 hectáreas de extensión se sitúan en tierras de Hernani, Irun, Oiartzun, Errenteria y Donostia. Es peculiar en todos estos factores pero cabe mencionar que destaca por la altitud, que aunque moderada en términos absolutos (837 m.), es considerable si se tiene en cuenta la proximidad del litoral (menos de 10 kilómetros en línea recta). Fue declarado Parque Natural en 1995.

Una de las opciones para conocer este precioso rincón de Gipuzkoa y ascender a sus cimas es realizar el recorrido circular que desde el albergue de Arritxulo nos acerca Erroilbide (832 m.), Txurrumurru (823 m.) e Irumugarrieta (806 m.) para bajar hasta Elurretxe y regresar a nuestro punto de partida.  

Muy cerca de la zona minera de Oarsoaldea denominada Arditurri, explotada durante casi 2.000 años. Cabe destacar que la explotación romana fue el momento álgido de estas minas. Muy cerca de estas minas, se encuentra el albergue de Arritxulo, donde podremos aparcar antes de emprender nuestro camino.

Desde allí accederemos al collado de Aritxulegi, donde llegaremos a un cruce de caminos. Nos dirigiremos hacia la izquierda en dirección Elurretxe, siguiendo la GR- 121 con sus marcas rojas y blancas.

Avanzamos de manera tranquila hasta dejar de frente el camino que nos conduce a elurretxe y tomamos el camino que hay a la derecha, siguiendo el cartel de las cimas. Las marcas de puntos rojos nos guiarán hasta un cerco. Deberemos dejar el cerco y continuaremos nuestro recorrido atentos a los puntos rojos.

En una hora, más o menos, habremos llegado a nuestra primera cima, Erroilbide. Desde allí podremos contemplar numerosas cimas y el embalse que queda a nuestros pies. Preciosa estampa que los días soleados resulta impresionante.

El terreno no es fácil y exige extremar el cuidado tanto a la subida como en la bajada, exigiendo en ocasiones incluso, trepar. Es cuestión de tomárselo con calma y no arriesgar, ni merece la pena. La montaña no se va a mover y las prisas no son buenas compañeras de camino y menos en el paso de las anillas. Deberemos superarlo para poder alcanzar la cima de Txurrumurru que nos espera con su bonito buzón metálico con forma de pájaro. Una vez en él, como hemos hecho en Erroilbide nos tomamos un ratito para disfrutar de todo lo que nuestra vista alcanza, que es mucho y precioso.

Una vez habiendo llegado hasta allí, nos espera Irumugarrieta al que accedemos por un camino abrupto y que exige mucho cuidado a la hora de bajar de txurrumurru y la subida a la tercera cima de Aiako Harria.

Desde Irumugarrieta la perspectiva hacia el mar y la bahía de Txingudi es impresionante. Preciosa. Siempre nos causa un gran impacto la inmensidad que nos ofrece y nos embauca.

Tras el disfrute visual nos proponemos bajar hasta Elurretxe, punto que alcanzamos siguiendo el camino entre piedras que nos acerca hasta la cueva que alberga el altar que preside la Virgen de Juncal. Un lugar especial que a su salida ofrece una preciosa imagen hacia el mar. Muy cerca se encuentra la cima de Muganix, presidida por un pequeño buzón.Poco a poco seguiremos el camino de piedras hasta llegar al hayedo en el que nos encontraremos primero el búnker de cemento y después, el gran agujero en el que se almacenaba la nieve (elurzulo).

En cuestión de minutos alcanzaremos el collado de Elurretxe. Desde allí, siguiendo las indicaciones de las señales que nos encontraremos, deberemos seguir el camino que nos llevará nuevamente al collado de Aritxulegi. Nos encontraremos marcas rojas, blancas y amarillas que nos conducirán por la zona boscosa que se sitúa a los pies de la gran mole de Aiako harria.

Una vez en Arritxulo, podremos degustar un pequeño hamaiketako o merienda.