Minucioso y laborioso

Establecidos en la disco como base de operaciones, comenzamos la intensa tarea de revisar cada uno de los cuerpos del trineo y sus ataduras. Esos amarres unen los travesaños de los que se compone el trineo a los patines del mismo y a la plataforma deslizante de polietileno. Toda esta labor es un trabajo minucioso y muy laborioso que nos ha tenido ocupados a los siete (Ramón, Luci, Bego, Anne, Marcus, Carlos y yo) siete días, naturalmente combinando con otras tareas.

Mientras trabajamos no dejo de admirar lo que nos va contando Ramón, director de la expedición Sos Arctic 2022, respecto a lo que estamos haciendo, explicándonos la lógica de cada amarre, cómo se comporta el trineo de viento cuando navega por el hielo, su versatilidad, su adaptabilidad al terreno hostil. Son como unas profundas clases magistrales de lo que es este invento de su creación, mezcla de las más ancestrales técnicas inuits combinada con la tecnología actual, dando al trineo una semblanza y una ligereza, dentro de su pesadez, absoluta.

Todo esto nos sirve de aprendizaje para saber de primerísima mano las vicisitudes e intríngulis de cómo funciona el trineo de viento para cuando estemos navegando. En principio la fecha del vuelo en helicóptero hacia el hielo está programada para hoy mismo. Pero ayer, cuando escribía estas líneas no sabíamos a ciencia cierta si volaríamos o no. Aquí todo depende de las cambiantes condiciones atmosféricas.

Una vez terminadas las tareas de reconstrucción y arreglo del trineo, hicimos la prueba de fuego el pasado jueves, instalando en el exterior del local, en la calle, donde no faltó el público nativo para observarlo, todo el trineo con sus verdaderas cargas en cada sitio y la verdad que una vez montados los cuatro vagones con sus tiendas de campaña, etc. que sumarán más 13 metros de largo por cerca de 4 de ancho, sin duda la sensación de aventura es total. Todo adopta un aspecto espectacular, al tiempo que crecen en el grupo nuestras ganas de estar ya metidos en el hielo y comenzar la travesía. Por cierto, el permiso definitivo de las autoridades de Groenlandia para la expedición lo confirmaron el pasado lunes. Un respiro más, un problema menos.

Seguimos en Nasarsuaq hospedados justo enfrente del aeropuerto en la oficina-casa que tiene Ramón Larramendi en este lado del fiordo donde desayunamos y cenamos. Nada más llegar el pasado 26 de abril, montamos tres tiendas fuera de la casa. En una individual duerme Anne, Ramón en otra y Marcus y Carlos en la tercera. Bego, Luci y yo nos repartimos entre la cocina-comedor-oficina y el almacén de la casa.

De momento, el tiempo está siendo bastante benévolo y no demasiado frío (un grado). La noche del día 30 tuvimos un regalazo encima de nosotros. Fue una delicia para nuestros ojos tener el privilegio de poder observar el cielo con ese colosal espectáculo que comportan las auroras boreales. Diría yo que, hasta indescriptible.