«Le pregunté a Zelenski si ha llorado alguna vez por la guerra»
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El autor barcelonés recoge 25 testimonios «desgarradores» en su libro sobre la guerra en Ucrania, que acompañan a una entrevista al presidente del paísA David Castillo (Barcelona, 1985) no le acompleja decir que 'La vida en tiempos de guerra' (Grupo Planeta), el libro sobre la invasión rusa a ... Ucrania que presenta hoy en el Fnac de San Sebastián (19.00 h.), «no pretende hablar de geopolítica o historia». El suyo, insiste, «es un libro de seres humanos, de sus vivencias y emociones». El autor afincado en Andorra ha recogido 25 testimonios «desgarradores» en su nuevo título, que acompañan a una entrevista en exclusiva a Volodímir Zelenski.
– ¿Que percibió de Zelenski?
– Sinceridad, compromiso y cansancio. Evidentemente, es un tipo demacrado. Basta con ver una fotografía de él antes de la guerra para darse cuenta, pero mostraba un compromiso inquebrantable. Era muy sincero.
– ¿Cómo llegó a entrevistarle?
– A base de ser muy pesado. Insistimos a través de todos los canales posibles y cuando parecía que ya no íbamos a conseguirlo, nos dieron una hora y una fecha, a una semana de entregar el libro a la editorial.
– ¿Y...?
– Me conecté a la llamada –la entrevista se realizó de forma telemática– y estuve casi tres horas esperando frente a la pantalla hasta que entro él. Charlamos durante media hora, bueno, 24 minutos en concreto.
– Le preguntó sobre su vida antes de la guerra.
– Me interesaba saber cómo era su rutina antes de la invasión; cómo era su vida cuando era actor; cuáles eran sus aficiones... Era difícil arrancarle una respuesta con un componente emocional alto. Se notaba que con ciertos temas cambiaba el 'chip' para volver a su papel institucional, de presidente de un país en guerra.
La vida en tiempos de guerra
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Autor David Castillo
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Estilo Entrevistas.
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Editorial Grupo Planeta.
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Páginas 294.
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Precio 22 euros
– ¿Por ejemplo?
– Cuando le pregunté si había llorado alguna vez desde el inicio de la guerra, me dijo que no lo recordaba. Quizás, esa respuesta fue responsable desde el punto de vista de su cargo como presidente de Ucrania. Creo que es muy posible que haya llorado alguna vez, como es normal, pero él debe mostrar entereza. Lo entendí.
– ¿Le reconoció algo que buscaba?
– Me habló sobre el inicio de la guerra, cuando supo por primera vez que había comenzado. Fue de madrugada y estaba en su casa con su mujer. Le llamaron y lo primero que hizo fue decirle a su mujer que 'ya' había comenzado. Se abrazó con ella, y se puso a trabajar de inmediato.
– Y le notó cansado.
– Sí, claro. Por mucho que digas una cosa, el cansancio en la mirada se nota. Sin embargo, cuando me decía que creían que iban a ganar la guerra, no mentía, no lo decía por decir, lo decía porque así lo cree de manera genuina. Es evidente que nunca me diría lo contrario, pero creo que me respondió sinceramente.
– ¿Se nos olvida el componente emocional en la guerra?
– No lo sé, pero creo que conviene prestar atención a las pequeñas historias. Porque desde ellas podemos observar la dimensión de la guerra.
– Así lo ha hecho usted.
– He hablado con madres, abuelos, padres, niños, soldados, embajadores... Hasta la persona más fría del mundo se rompería escuchando lo que me han contado.
– ¿Puede adelantar algún testimonio?
– Un soldado me contó que cuando volvió a su casa se encontró con su hijo muerto. Una mujer me dijo que su marido se suicidó cuando supo de la muerte de su nieto en el frente. Otra madre viajó 20 horas en su coche prácticamente sin parar con sus hijas escondidas en el maletero hasta llegar a la frontera. Con historias así es imposible que no te rompas.
– Ha recogido también historias de diarios.
– Sí, hay de todo. Queríamos que cada testimonio explicara el conflicto desde un punto de vista diferente, pero, sobre todo, humano. Que la guerra adoptara un componente más emocional, y que las historias personales llegaran al alma del lector.
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