Una fragata rusa equipada con misiles hipersónicos llega a Sudáfrica para participar en maniobras navales

Se trata de «ejercicios trilaterales» con motivo del Día de las Fuerzas Armadas de la República de Sudáfrica, país que detenta actualmente la presidencia rotativa de los BRICS, organización que incluye además a Brasil, China, India y Rusia. Según la Flota del Norte rusa, el objetivo de las maniobras consiste en «contrarrestar las amenazas a la seguridad marítima, demostrando la disposición de las fuerzas de las flotas concernidas para mantener de manera conjunta la paz y la estabilidad regionales». Las fuerzas navales de Rusia, Sudáfrica y China ya organizaron en aguas de Ciudad del Cabo las primeras maniobras de este tipo en 2019.

En días pasados, antes de su incorporación al operativo, la fragata hizo escala en los puertos sudafricanos de Ciudad del Cabo, en donde se reabasteció de agua potable y alimentos, y de Durban. La embarcación rusa zarpó en enero desde el puerto ruso de Severomorsk en una singladura de «larga distancia» calificada como de «combate» y ha surcado el océano Atlántico, el mar Mediterráneo y el Índico. Según su capitán, Ígor Krojmal, la nave está equipada no solo con misiles Tsirkón, sino también con cohetes de crucero 'Kalibr', utilizados habitualmente por la Flota del Mar Negro en sus bombardeos contra Ucrania.

Estaban previstos disparos con misiles durante las actuales maniobras, pero, al parecer, por petición expresa de China y Sudáfrica, Rusia ha terminado renunciando a ello. Un oficial de la Marina rusa, el capitán Oleg Gladki, en declaraciones a la prensa, se ha limitado a informar que estos proyectiles de la nueva generación no serán empleados, pero no ha entrado en detalles del porqué.

«El arma hipersónica no se usará en el marco de estos ejercicios», ha anunciado Gladki. Según sus palabras, «no hay ningún significado oculto en este dispositivo». La agencia rusa TASS, sin embargo, aseguró a principios de este mes que, durante las maniobras en Sudáfrica, la fragata rusa haría al menos un lanzamiento de prueba del sistema de misiles Tsirkón, arma que, según el presidente Vladímir Putin, es «imparable», ya que se asegura que se desplaza a una velocidad «cinco veces superior a la del sonido» y es capaz de alcanzar objetivos situados a mil kilómetros de distancia.

A principios de enero, Putin presenció por videoconferencia la entrada en servicio de la fragata Admiral Gorshkov equipada, por primera vez, cono los proyectiles Tsirkón. «Estoy seguro de que armas tan potentes permitirán proteger de forma eficaz a Rusia de las amenazas exteriores y ayudarán a defender los intereses nacionales», afirmó entonces el primer mandatario ruso en compañía del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, quien explicó que la tripulación del navío «se entrenará en el despliegue de las armas hipersónicas y de misiles de crucero de largo alcance». Shoigú declaró también que los Tsirkón «tienen capacidad para superar cualquier sistema de defensa antiaérea actual o venidera (…) y pueden efectuar ataques potentes y precisos en mar y tierra».

Días después, a finales de enero, el navío ruso efectuó en un lugar no especificado del Atlántico un «simulacro» de ataque con los cohetes Tsirkón contra un objetivo situado supuestamente a 900 kilómetros de distancia, informó el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.