Una escisión de los socios de la izquierda abertzale en Córcega se alía con la ultraderecha antinmigración en Francia
El motor de esta alianza antinatura se encuentra en las posturas de ambos en contra de la inmigración y ha supuesto una auténtica sacudida para estas dos visiones de Francia aparentemente irreconciliables
La política francesa puede dar giros cada día más sorprendentes. El último ha sido la inesperada coalición que se ha producido en Córcega entre la ... ultraderecha de Le Pen y un sector de los independentistas más radicales, vinculados en el pasado al terrorismo en la isla. El motor de esta alianza antinatura se encuentra en las posturas de ambos en contra de la inmigración y ha supuesto una auténtica sacudida para estas dos visiones de Francia aparentemente irreconciliables: el centralismo y el independentismo. El nexo de unión es también un rechazo al Islam y su influencia creciente en Francia, similar al que impulsa a la formación independentista y ultra Aliança Catalana, una formación bendecida ahora por las encuestas, en las que sus dos escaños actuales podrían convertirse en una veintena..
El origen de esta unión entre independentistas y ultras tiene un nombre: Nicolás Battini. Este independentista tiene un pasado como terrorista, ya que cumplió seis años de prisión por su participación en un atentado con un artefacto explosivo contra un edificio gubernamental en la isla. Este ataque se produjo en 2012, cuando tenía 19 años. Battini procedía de las juventudes independentistas de la isla, vinculadas al Frente de Liberación Nacional Corso (FLNC). Este grupo mantiene de forma histórica contactos con la izquierda abertzale. El año pasado, por ejemplo, la exdirigente de ETA Elena Beloki participó en un mitin del FLNC en el que encapuchados armados aparecieron en el escenario. En ese momento, Battini estaba alineado con las tesis más violentas del independentismo.
Atentados de Bataclán
Pero Battini tiene una trayectoria personal que ayuda a entender su evolución. Se encontraba encerrado en una prisión francesa en 2015 cuando se produjo el atentado yihadista de Bataclán en el país, en el que 130 personas fueron asesinadas en París. Según ha contado él mismo en un libro, esa noche, en su celda, escuchó los gritos de alegría de muchos de sus compañeros de prisión, seguidores del Islam. Para él supuso descubrir que quienes consideraba compañeros de lucha contra el colonialismo francés solo deseaban la muerte de infieles.
El independentista corso estudió historia y cultura corsa en prisión y consiguió adelantar su salida de la cárcel. Battini rechazó la violencia y, una vez en libertad, comenzó a trabajar para Gilles Simeoni, el independentista moderado corso, líder de 'Femu a Corsica', que llegó a presidir el gobierno autonómico de la isla. Simeoni también es un conocido en Euskadi. En 2020 fue recibido por el lehendakari Iñigo Urkullu, quien le devolvió la visita dos años más tarde. Ese año, en marzo, se había producido un crimen transcendental en la isla y que cambiaría la perspectiva política de Battini: el 21 de marzo de 2022 fue asesinado en prisión el terrorista más emblemático de la isla, el miembro del FLNC Yvan Colonna, condenado por el asesinato del perfecto de Córcega, Claude Érignac. Colonna murió a manos de un yihadista que cumplía condena por su relación con Alqaeda..
'Wokistan'
Battini, según cuenta en su libro, se desencantó con sus compañeros cuando comprobó que obviaban el supuesto carácter religioso del crimen. Además, se mostraba también contrario al progresismo y a la doctrina woke de sus correligionarios. Según su análisis, la brújula política del independentismo corso estaba orientada por un nacionalismo 'tercermundista', en referencia a la retórica anticolonial de los 60 que seguía impregnando por las lucha ideológicas contra la metrópoli amparadas por la izquierda que la realidad había dejado atrás hace mucho tiempo. Battini cortó entonces amarras con Simeoni, escribió el libro 'El sobresalto corso: la identidad antes que la independencia' y fundó el partido Mossa Palatina. Estas son las siglas que se unirán a la formación de Marine Le Pen, Rassemblement national (RN). Al presentar esta coalición, Battini pronunció una frase que explica su giro político radical: «¿Qué haríamos con la autonomía ante la inmigración masiva, la ruina de los últimos bastiones de la tradición y los valores de nuestros padres? ¿Qué haríamos con ella si no crear un 'wokistán' local envuelto en eslóganes en corso, sin duda escritos con un estilo inclusivo?».
La estrategia política detrás de esta unión sin precedentes surge de un hecho particular. Mientras que en las elecciones locales son los partidos nacionalistas los que obtienen los mejores resultados, en las generales la ultraderecha se dispara en las urnas. Por ejemplo, en las elecciones a la Asamblea del año pasado, RN consiguió el 40% de los votos. Mediante su unión con un independentista corso reconvertido, la formación de Le Pen buscaría asentarse todavía más en la isla. Para Mossa Palatina, el objetivo es aumentar la base de un movimiento que considera que la defensa de los valores tradicionales corsos, desde la lengua a la religión, se defienden mejor dentro de Francia. Esta mezcla se pondrá a prueba el año que viene, cuando se celebren las elecciones municipales galas.
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