Más de 1.000 soldados rusos regresan del frente para presentarse a las elecciones
Hasta 81 de las 89 regiones que el país reconoce como suyas acuden este domingo a las urnas, con los veteranos de guerra como aspirantes a convertirse en la nueva élite política
Rusia celebra este domingo elecciones regionales. Hasta 81 de las 89 provincias que reconoce como suyas, incluidas las anexionadas de Ucrania, pasarán por las urnas ... para renovar su Parlamento y los puestos de gobernador y alcalde. Votarán en Altái e Irkutsk, en Siberia; Daguestán e Ingushetia, en el Cáucaso; o Komi y Arjanguelsk, en el Ártico. Y en 18 poblaciones se elegirá regidor. En total, 55 millones de personas están llamadas a participar en los comicios.
Aunque la previsión de un cambio relevante en el poder es muy improbable, el mayor interés de estas elecciones recae en los 1.600 candidatos que han regresado del frente para incorporarse a la vida pública. El objetivo es que centenares de militares que lucharon en Ucrania con el ejército ruso se conviertan en la «nueva élite» del país. El analista Denys Kolesnyk, al frente del 'think tank' Mena Research, explica que la nominación de estos veteranos para los comicios supone un movimiento «significativo en la estrategia política del Kremlin», que los presenta como la futura clase dirigente. Y, de paso, «fomenta el apoyo a la guerra, recompensa a soldados leales y los integra en el sistema político». Se trata, dice el experto, de una especie de «escalera social».
Medios independientes rusos en el exilio han analizado a parte de estos candidatos y advierten de que algunos de ellos podrían estar involucrados en crímenes de guerra. Otros 2.500 de los aspirantes que este domingo pueden salir elegidos para algún cargo regional o local han sido condenados por delitos como robo, fraude y vandalismo. El regreso de los militares del frente no es un asunto sencillo de gestionar y la prueba es lo que ha ocurrido en otras ocasiones, cuando algunos de los reclutados en centros penitenciarios llegaban incluso matar a su vuelta de la guerra.
«Imagen de legitimidad»
Tanto la oposición como los expertos denuncian la falta de pluralidad real en estos comicios. La formación oficialista Rusia Unida (RU) gobierna en la mayoría de las ciudades y regiones relevantes con amplia mayoría y los otros grupos (Partido Comunista, Partido Liberal-Demócrata, Rusia Justa, Nueva Gente) no pueden disputarle el poder. En todo el país se presentan las mismas siglas, y en algunas circunscripciones hay candidatos independientes. Los analistas recuerdan las irregularidades detectadas en anteriores citas con las urnas. Kolesnyk apunta que Rusia celebra «diferentes tipos de elecciones para mantener la imagen de legitimidad democrática y consolidar el poder de RU y del presidente Vladímir Putin».
«La oposición es eliminada y los candidatos independientes se enfrentan a barreras muy complicadas, haciendo que cualquier desviación sea algo muy improbable»
Denys Kolesnyk
Presidente del 'think tank' Mena Research
El margen para que de estos comicios salga un liderazgo diferente es estrecho, pero en regiones como Arjanguelsk e Irkutsk se prevé un resultado reñido entre los candidatos comunistas y los oficialistas. Las formaciones que se presentan a las elecciones en Rusia están consideradas, en la mayoría de los casos, como una «oposición sistémica», es decir, una supuesta alternativa que en la práctica no pone en riesgo el poder de Rusia Unida. En las últimas presidenciales lo ejemplificó Leonid Slutski, el aspirante del Partido Liberal-Democrático, que aseveró entonces que votaría por su rival, Putin, y dijo que votar por él no suponía hacerlo en contra del mandatario.
El experto de Mena Research retrata con claridad el escenario electoral: «La oposición es eliminada y los candidatos independientes se enfrentan a barreras muy complicadas, haciendo que cualquier desviación sea algo muy improbable». Aun así, Kolesnyk cree que «pueden aparecer algunas 'sorpresas' por el descontento con la situación económica, especialmente en las regiones que tienen frontera con Ucrania o que han enviado a más hombres a la guerra». Se trataría, por ejemplo, de Kursk, que sufrió la primera invasión de un territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial, Bélgorod, una de las zonas más castigadas por el actual conflicto, o Daguestán, Krasnodar e Irkutsk, que han aportado más soldados al frente. El Cáucaso y Siberia -es decir, la periferia- destacan como las provincias donde más vecinos se han alistado en las fuerzas armadas, impulsados por el aliciente económico, especialmente atractivo en las áreas menos favorecidas del país.
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